La siguiente investigación se realizó con el objetivo de caracterizar el proceso de pensamiento en una muestra de 20 pacientes con trastornos neuróticos (se asume esta categoria de trastornos neuroticos, en vistas de guiar el sentido tradicional que encierra la misma aun cuando ya este en desuso), pertenecientes al servicio de atención primaria en el periodo comprendido de Febrero del 2007 a Junio 2007, en el centro de salud mental del municipio Santa Clara, Provincia Villa Clara. Partiendo esencialmente de que los trastornos neuróticos no escapan de cifras alarmantes (tocante a la salud mental) que caracterizan a la modernidad, el 10% de la población mundial según OMS sufren de este tipo de trastornos y se considera que un tercio de los pacientes que asisten a consulta externa lo hacen por esta afección.
Inglaterra por ejemplo exhibe cifras de 22000 millones de días de trabajo afectados por trastornos neuróticos. En los EEUU del 5 al 10 % de la población muestra síntomas neuróticos en cualquier momento, mientras que el 20% de las personas han mostrado o mostraran reacciones psiconeuroticas en momentos críticos de la vida. En la practica clínica se ha demostrado que los pacientes neuróticos, muchas veces, se muestran incapaces de para la autorregulación de su conducta y del conocimiento de los elementos que los afectan así como del establecimiento de estrategias para afrontarlos. De ahí que la actividad o el proceso de pensamiento revista una vital importancia en el funcionamiento psicológico de estos pacientes y en su posterior recuperación.
Estudio del proceso de pensamiento en pacientes con trastornos neuróticos.
Danny Echerri Garces.
Universidad Central de las Villas.
Resumen
La siguiente investigación se realizó con el objetivo de caracterizar el proceso de pensamiento en una muestra de 20 pacientes con trastornos neuróticos(se asume esta categoria de trastornos neuroticos, en vistas de guiar el sentido tradicional que encierra la misma aun cuando ya este en desuso), pertenecientes al servicio de atención primaria en el periodo comprendido de Febrero del 2007 a Junio 2007, en el centro de salud mental del municipio Santa Clara, Provincia Villa Clara. Partiendo esencialmente de que los trastornos neuróticos no escapan de cifras alarmantes (tocante a la salud mental) que caracterizan a la modernidad, el 10% de la población mundial según OMS sufren de este tipo de trastornos y se considera que un tercio de los pacientes que asisten a consulta externa lo hacen por esta afección. Inglaterra por ejemplo exhibe cifras de 22000 millones de días de trabajo afectados por trastornos neuróticos. En los EEUU del 5 al 10 % de la población muestra síntomas neuróticos en cualquier momento, mientras que el 20% de las personas han mostrado o mostraran reacciones psiconeuroticas en momentos críticos de la vida. En la practica clínica se ha demostrado que los pacientes neuróticos, muchas veces, se muestran incapaces de para la autorregulación de su conducta y del conocimiento de los elementos que los afectan así como del establecimiento de estrategias para afrontarlos. De ahí que la actividad o el proceso de pensamiento revista una vital importancia en el funcionamiento psicológico de estos pacientes y en su posterior recuperación.
Introducción
Pensar en la relación subjetividad-sociedad, en esta época, es un paso necesario para reformular la comprensión de la enfermedad mental. En el ámbito mundial, la población con trastornos mentales alcanza actualmente a 400 millones, correspondiendo un 24% a trastornos psiquiátricos mayores que afectan a adultos, niños y adolescentes por igual; en América Latina y el Caribe, cerca de 17 millones de niños padecen trastornos psiquiátricos que requieren intervención sin que estos servicios se les presten (OPS, 1997); en 2010, en la región de América Latina y el Caribe, cerca de 36 millones y medio de personas se verán afectadas por trastornos de depresión; es decir, un número mayor que la población sumada de varios países centroamericanos(OPS 1997).
En realidad, existe la noción errónea de que los trastornos de la infancia desaparecen con la edad, es decir en el proceso de desarrollo. Es verdad: algunos trastornos pueden desaparecer, pero la mayoría no, e interfieren en el proceso de aprendizaje condenando a muchos jóvenes a la pobreza. Por otra parte, cuando el niño es tratado, no lo es en un servicio especializado: el Atlas de la OMS sobre el estado de los programas de salud mental en el mundo muestra que el 40% de los países carece de servicios especializados en niños; en África el porcentaje se eleva a 62.
Se trata sin duda de conclusiones inesperadas que, en función de la carga mundial de enfermedad y dado el impacto de estos hallazgos en el desarrollo humano - especialmente en los países con economías precarias-, convierten a la Cenicienta de la salud en la princesa (de ahí que el Banco Mundial, para asesorar a los países que presenten propuestas de desarrollo en salud, haya incluido un psiquiatra en su equipo técnico).
Todos estos factores aquí tomados en cuenta colisionan provocando una calidad de vida por debajo de lo esperado y llevan a estos altos niveles de insalubridad mental.
Los trastornos neuróticos no escapan de estas cifras alarmantes que caracterizan a la modernidad, el 10% de la población mundial según OMS sufren de este tipo de trastornos y se considera que un tercio de los pacientes que asisten a consulta externa lo hacen por esta afección. Inglaterra por ejemplo, exhibe cifras de 22000 millones de días de trabajo afectados por trastornos neuróticos. En los EEUU del 5 al 10 % de la población muestra síntomas neuróticos en cualquier momento, mientras que el 20% de las personas han mostrado o mostraran reacciones psiconeuroticas en momentos críticos de la vida.
Es difícil subestimar la importancia que tienen hoy día los trastornos neuróticos, en lo fundamental aquellos provocados por las actuales condiciones de vida. Las enfermedades mentales provocan en el ser humano una disociación y en el peor de los casos un deterioro de la personalidad que afecta su integración al medio social y familiar.
En la practica clínica se ha demostrado que los pacientes neuróticos, muchas veces, se muestran incapaces de para la autorregulación de su conducta y del conocimiento de los elementos que los afectan así como del establecimiento de estrategias para afrontarlos.
De ahí que la actividad o el proceso de pensamiento revista una vital importancia en el funcionamiento psicológico de estos pacientes y en su posterior recuperación.
La separación tradicional de lo cognitivo y lo afectivo provocó un distanciamiento en estos análisis, por un lado los motivos, la necesidades intereses, actitudes, etc. , y por otro el pensamiento, la percepción, la atención y la memoria como componentes esenciales del carácter procesal de la inteligencia.
Esta dicotomía subsiste, a veces, hasta nuestros días, tal vez esta puede ser una de las causas, y esto que quede solo a nivel de supuesto, de que existan tan pocas investigaciones del proceso de pensamiento en pacientes con trastornos neuróticos.
Las alteraciones del pensamiento constituyen uno de los síntomas mas frecuentes en las enfermedades mentales, con variantes clínicas muy diversas. Algunas de estas alteraciones del pensamiento se consideran típicas para una u otra forma de enfermedad (prolijidad o detallismos en trastorno neurótico obsesivo-compulsivo por ejemplo).
Según el enfoque histórico-cultural el pensamiento es una actividad que se apoya en un sistema de conceptos, dirigida a la solución de una tarea, subordinada a un objetivo, y que toma en cuenta las condiciones en las cuales se realiza la tarea. (Zeigarnik, B. V. 1979),
Las alteraciones del pensamiento según B. V Zeigarnik se sale en esencia de los limites de las alteraciones de los procesos cognitivos y deben considerarse como la imposibilidad de concienciar y valorar la propia conducta en total, o sea, como una criticidad hacia la propia personalidad, como una consecuencia de la alteración de la subordinación al control de la conducta (autocontrol) en el amplio sentido de la palabra, la alteración de la subordinación al control de la conducta adopta distintas formas , en la misma medida que la forma del pensamiento alterado. Estas ideas se toman en cuenta desde un punto de vista teórico fundamentalmente, asumiendo al pensamiento alterado como causa de afectación hacia lo emocional, y viceversa, como efecto de afectaciones emocionales.
De ahí la importancia que tiene establecer un estudio del pensamiento en pacientes portadores de trastornos neuróticos, las alteraciones del pensamiento han sido estudiadas fundamentalmente en pacientes esquizofrénicos o con otro tipo de psicosis, por lo que la investigación desde un punto de vista teórico se ve apoyada en escasas investigaciones anteriores, por lo que la misma puede servir de pivote hacia profundizaciones teóricas a largo plazo.
Desde un punto de vista metodológico se ha tomado en consideración los postulados de una metodología cuali-cuantitativa que se explicará mas adelante, lo que ha permitido cuantificar los resultados y a su vez cualificarlos en función de un análisis más complejo y profundo.
De acuerdo a lo novedoso del tema, y a las escasas investigaciones anteriores, se considera interesante profundizar en las particularidades de la actividad de pensamiento en pacientes portadores de trastornos neuróticos, lo que permitirá en última instancia, dadas las características de esta investigación, caracterizar dichas particularidades en aras de una comprensión de los procesos cognitivos en estos pacientes, específicamente, el proceso de pensamiento.
Partiendo de los argumentos antes expuestos se considera como problema de esta investigación:
¿Qué particularidades presentan en la actividad de pensamiento los pacientes portadores de trastornos neuróticos?
En relación con el problema planteado se definen los objetivos a cumplir en esta investigación:
Objetivo general:
• Caracterizar el proceso de pensamiento en un grupo de pacientes con diagnostico de trastornos neuróticos atendidos en el centro de salud mental del municipio Santa Clara, provincia Villa Clara.
• Objetivos específicos:
• Identificar los trastornos del pensamiento con mayor incidencia en estos pacientes que asisten a la consulta de centro de salud mental diagnosticados como neuróticos.
• Precisar cuales son los principales trastornos neuróticos diagnosticados y su relación con los trastornos del pensamiento.
• Valorar como se han estructurado las alteraciones del pensamiento en los pacientes estudiados.
Desarrollo
1. Aproximación al concepto y a los criterios diagnósticos de los trastornos neuróticos
Aun cuando las neurosis se encuentran entre los trastornos más comunes de la práctica médica, probablemente ninguna otra entidad clínica es, con tanta frecuencia, tan mal comprendida. En vez de utilizarlo exclusivamente para un grupo específico de trastornos mentales, la palabra se ha vuelto de uso popular para describir trastornos emocionales de la más diversa naturaleza. Con mucha frecuencia se titula de "neuróticos" a individuos con un comportamiento excéntrico o un poco inestable.
Su significado literal (lleno de nervios) fue utilizado durante el siglo XIX (diecinueve) como término general para todos los trastornos nerviosos de etiología desconocida.
Los neurólogos del siglo pasado decían que era un mal adoptado por la civilización como una consecuencia de la vida acelerada. Pero la verdad es que la neurosis se conoce desde los tiempos de Hipócrates, en ese entonces se les llamaba hipocondrías relacionándola con la tristeza y la debilidad del enfermo.
Se descubrió el sentido de los síntomas neuróticos mediante el estudio y la acertadísima derivación de un caso de histeria. 1
Freud hizo sus observaciones acerca de las bases psicogénicas de la histeria y de los estados obsesivos, él designó a un subgrupo de trastornos mentales con el nombre de psiconeurosis; en la nomenclatura más reciente el término neurosis se emplea exclusivamente para este subgrupo.
Los ámbitos académicos de mayor jerarquía intelectual en el campo de la psicopatología han suprimido el término neurosis, y por ende su equivalente psiconeurosis, de los sistemas de clasificación psiquiátrica de los trastornos mentales. Tanto la World Health Organization (cf. International Clasification of mental and behavioural disorders [ICD-10]), como asimismo la American Psychiatric Association (cf. Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders [DSM-IV]), no sólo dejaron en desuso el concepto de neurosis sino que además suprimieron el criterio mediante el que se clasificaban los trastornos mentales como entidades nosográficas discretas, con lo cual también ha sido suprimido el término psicosis. Como contrapartida, los nuevos criterios clasificatorios se han basado en la suposición de que los trastornos mentales no deben describirse como entidades aisladas sino mediante tipos con rasgos definidos que pueden compartirse por diversos cuadros. De este modo se hace difuso el límite entre las neurosis y las psicosis a fin de evitar inconsistencias que surgían de anteriores sistemas clasificatorios.
No obstante, se puede definir la neurosis según Henri Ey (citado en Bustamante 1975): Como una enfermedad mental menor, con respecto a la psicosis, con predominio de los síntomas subjetivos, dados generalmente por mecanismos más o menos inconscientes, para defenderse de la ansiedad, siempre presente. El concepto de enfermedad menor se refiere a que los fenómenos psíquicos presentes en la neurosis son fundamentalmente cuantitativos, en oposición a los cualitativos propios de la psicosis.
Sin embargo, la naturaleza neurótica de determinados trastornos psíquicos no parece haber sido abandonada completamente. Esto surge de los propios manuales –entre sí compatibles– producidos por la World Health Organization y por la American Psychiatric Association. La idea de “trastorno neurótico” (Neurotic, stressrelated and somatoform disorders), se halla literalmente presente en el primero de ellos.
Según CIE10 en su introducción a este apartado:
Los trastornos neuróticos, secundarios a situaciones estresantes y somatomorfos se incluyen juntos en un grupo general debido a su relación histórica con el concepto de neurosis y porque muchos de ellos (no se sabe cuántos) están en relación con la presencia de motivos psicológicos. En la CIE-10 el concepto de neurosis no se ha mantenido como un principio fundamental de organización, pero se ha cuidado el permitir la identificación fácil de trastornos que algunos usuarios pueden aún querer considerar como neuróticos, en un sentido particular del término
Las formas más leves de estos trastornos se ven principalmente en asistencia primaria y en ellas son frecuentes las mezclas de síntomas (la coexistencia de angustia y depresión es, con mucho, la más frecuente). Aunque es necesario decidir en cada caso cuál es el síndrome que predomina, existe una categoría para aquellos casos en los cuales la mezcla de angustia y depresión haría artificial forzar la decisión (F41. 2)
El segundo manual, en cambio, es algo más controvertido pues refiere “trastornos de ansiedad” (Anxiety disorders) en su sistema clasificatorio, tanto para describir la neurosis obsesiva, el ataque de pánico, la fobia como también el trastorno de ansiedad generalizado.
Los criterios diagnósticos tomados en cuenta en nuestro país y en los centros donde se realizo esta investigación responden esencialmente al CIE10, por tanto estos son los que se toman en cuenta para esta investigación.
El hecho de resultar imposible el completo abandono de la idea que subyace al término neurosis sugiere que el concepto que cae bajo dicha nomenclatura continúa resultando operativo en cuanto a modelo teórico referencial para la clínica psicoterapéutica y para la investigación científica, ya que transformar un sustantivo (neurosis) en un adjetivo (neurotic) o bien sustituir una entidad delimitada (neurosis) por uno de sus efectos clínicos (Anxiety disorders) no implica una transformación conceptual relevante. Ahora bien, el hecho de continuar vigente la idea que enmarca la neurosis dentro de un modelo psicopatologístico, no significa que aquella se halle definida de manera unívoca y precisa sino que, por el contrario, parecen existir tantas definiciones de neurosis cuantos autores se dedicaron al tema.
Por ejemplo:
• Para H. Ey son “enfermedades menores de la organización de la personalidad cuyos síntomas simbolizan los conflictos inconscientes y las defensas contra la angustia”. Implican tres elementos esenciales: ser una enfermedad menor, preponderancia de los trastornos subjetivos y el carácter artificial de las defensas simbólicas contra la angustia.
• O. Fenichel, en las neurosis “la manera normal y racional de manejar tanto las exigencias del mundo externo, como los impulsos externos, ha sido sustituida por un fenómeno irracional, que parece extraño y no puede ser controlado voluntariamente”.
• Vallejo Zaguera, por su parte, señala que el concepto de neurosis es bastante complejo, equivoco y controvertido, de tal forma, que es preferible sustituirlo por el de psiconeurosis, que serian síndromes psíquicos que tienen un origen psíquico puro, cuyos síntomas cualitativos y cuantitativos son inespecíficos, indefinidos en lo que respecta a su evolución, sin que jamás se altere definitivamente el psiquismo.
• C. Jung prefiere mantener en cambio tal denominación, pero la considera como “una reacción que persigue la salvación a todo trance de tendencias fundamentales y fines creados por el individuo, no obstante las resistencias internas y los obstáculos externos”.
• H. Castro y Barrientos plantean que las neurosis “son trastornos producidos por un aprendizaje anormal sobre cierta predisposición constitucional, desarrollados en la interacción con el medio”.
Pretender establecer un criterio universal para la conceptualización de dicha psicopatología puede colisionar con el relativismo cultural que sostendrá que la normalidad es relativa al Standard de cada cultura en particular, de modo que la necesaria diferenciación entre la normalidad (bienestar mental) y el desvío respecto a la misma impondría un concepto de neurosis propio de cada organización sociocultural. Por otra parte, sostener un criterio de neurosis fundado exclusivamente en el sustrato biológico común al género humano perderá de vista el procesamiento de la psicopatología que se opera en cada individuo a través del medio social en que se desarrolla. Una misma tendencia impulsiva se puede canalizar o no en un conflicto intra psíquico que implique consecuencias neuróticas, según el medio social de que se trate, como ya lo había advertido Margaret Mead (cf. adolescencia y cultura en Samoa), y por el contrario, un misma exigencia social puede generar conflictos intra psíquicos que se pueden procesar bajo una resolución neurótica o no según la constitución de cada individuo. En consecuencia, la definición del concepto de neurosis se deberá tener en cuenta simultáneamente ambos enfoques, el culturalista y el biologista.
Freud fue uno de los primeros en definir a la "conducta normal", para él, la salud mental consistía en una participación consciente y activa del individuo en cuanto a que acepta la realidad que lo rodea, sin negarla como en el caso del neurótico además de que el individuo sano mentalmente es capaz de transformar su entorno objetivamente y no en su imaginación.
Por otro lado, se pueden encontrar en las nuevas corrientes de la psicología diferentes criterios para definir lo que es enfermedad y salud mental; algunos de ellos son la inadecuación cultural, el malestar subjetivo, la deficiencia psicológica, el criterio estadístico y el criterio normativo, entre otros.
La inadecuación cultural retoma estudios antropológicos que demuestran que el concepto de normalidad en otra persona depende de valores y tradiciones de la cultura en que estemos inmersos, es decir, los valores de la cultura X pueden ser malos para la cultura Y y viceversa ; es por eso que un individuo de la cultura X no podrá sentirse "adecuado" estando dentro de la cultura Y. Un ejemplo claro es el siguiente : en Argelia las mujeres llevan velos y van totalmente cubiertas al salir a la calle, ahora si se imaginan a una sueca obligada a vivir en esta cultura ; es obvio que la sueca va a revelarse a esta costumbre, pero no puede considerarse neurótica o loca por este simple hecho. Por lo tanto, la inadecuación cultural no puede tomarse como un criterio absoluto para definir a la salud o enfermedad mental.
El malestar subjetivo se utiliza para designar las emociones o experiencias internas que siente una persona, pero que los demás no pueden observar directamente. Podría considerarse como un criterio más cierto, pero algunas personas con desequilibrios mentales graves niegan sentir algún tipo de malestar emocional al cometer asesinatos, violaciones, etc. Por esto es que tampoco podemos considerarlo válido.
La deficiencia psicológica se refiere a las conductas que el individuo externa; un estudiante brillante que de pronto comienza a bajar sus calificaciones, un profesionista exitoso de repentinamente fracasa o una persona alegre que comienza a ser retraída y taciturna, son ejemplos de deficiencia psicológica, la cual no les permite desenvolverse en sus respectivos roles como ellos quisieran.
El criterio estadístico considera la relatividad de los conceptos de enfermedad y salud mental. Este criterio surge - al igual que el de inadecuación cultural - de los estudios en antropología cultural sobre los diferentes pueblos, costumbres y estilos de vida de la humanidad. Siguiendo la línea de pensamiento del criterio estadístico, la persona sana es la que se encuentra adaptada a la cultura de la sociedad en donde vive, a diferencia de aquella que no se adapta y se revela contra lo establecido. En este punto hay un debate acerca de lo que debe considerarse salud y enfermedad mental, pues algunos autores ponen en duda si la adaptación del grueso de la sociedad a la cultura que muchas veces les es impuesta no raya en la enajenación, pues hay personas que aceptan de buen grado las normas que existen en su comunidad, pero a pesar de eso, sufren inhibiciones, ansiedad y son infelices no obstante que su conducta externa corresponde a la cultura en la que viven.
El criterio normativo se refiere a analizar el comportamiento del individuo dentro de un conjunto de normas, llámense estas morales, éticas, religiosas o jurídicas. La salud o enfermedad mental dependerá de que el individuo se conduzca dentro de ellas o no, respectivamente. Es este el criterio más débil e inadecuado que existe pues las normas pertenecientes a una cultura determinada - morales, éticas, religiosas y jurídicas - están en constante cambio, no son estáticas.
Como se ha visto, quizá ninguno de los criterios anteriores pueda ser suficiente por sí mismo para dar una definición precisa. Barclay Martin da una definición que podría parecer más acertada: "En resumen, se puede afirmar que la mayoría de las formas de conducta anormal son inadecuadas desde un punto de vista cultural, que se acompañan de malestar subjetivo y reflejan una deficiencia psicológica, una disminución de la gama de respuestas que hace difícil enfrentarse a las exigencias y tensiones de la vida". (Martín, 1991) Como se observa, Martín utiliza la conjunción de los tres primeros criterios analizados.
Una fuente que es importante citar es la de la Organización Mundial de la Salud, la cual nos dice que la salud mental es el estado completo de bienestar físico, mental y social, y no solo la ausencia de enfermedad. Esta definición es muy vaga, porque tal vez el individuo neurótico crea que encaja aquí a la perfección al no sentir ningún malestar físico, mental ni social - recuérdese lo hablado en el criterio de malestar subjetivo -.
Por lo analizado , los conceptos de neurosis varían en función de las posiciones ontológicas , epistemológicas y metodológicas de cada autor , así también con cada cultura, los clasificatorios cambian con el tiempo , no obstante el termino, como se decía anteriormente, de manera general puede servirnos para movernos desde lo general hacia lo especifico de los síntomas y del cuadro clínico del paciente, no obstante , lo mas importante es conocer la persona, penetrar en su mundo subjetivo , el clasificatorio de las enfermedades mentales nos acerca a un posible funcionamiento patológico del individuo o individuos en estudio , de acuerdo a su tipicidad, no obstante lo mas importante es conocerlo, en el caso de especifico de esta investigación penetrar en su funcionamiento cognitivo, esencialmente en el proceso de pensamiento.
1. 2 pensamiento, proceso complejo.
Es importante, aún sin arribar a una conceptualización de pensamiento, destacar determinados aspectos esenciales que se han perfilado de una manera u otra en las diferentes escuelas psicológicas encontrando una mayor sistematización, profundidad y definición en el enfoque histórico-cultural.
El pensamiento es un proceso de carácter mediado, generalizador y motivado que parte de la realidad objetiva conocida por los sentidos, elevándose al plano de las acciones mentales en la búsqueda y construcción de un conocimiento cualitativamente diferente. Desempeña un papel esencial en el desarrollo del resto de las funciones psíquicas: “Todo el sistema de relaciones de las funciones entre sí lo determina en lo fundamental la forma de pensamiento predominante en la etapa del desarrollo en que se halla el niño” (Vygotski, 2001, 400), hecho que conduce a la intelectualización progresiva de las mismas y a la pérdida de su automatización. Sin embargo, a su vez el pensamiento posee un carácter mediado, aunque sería más adecuado referirse a una multimediación dada en primer lugar precisamente por el resto de las funciones psíquicas superiores ya que el pensamiento se encuentra influido inclusive por el momento perceptual inicial que no constituye un agregado de elementos aislados sino un cuadro con cierta organización espacio-temporal.
Un lugar especial en la mediatización del proceso del pensamiento le corresponde al lenguaje, función psíquica superior y producto histórico-cultural; Vygotski (1968, 66) expresó: “(…) el desarrollo del pensamiento está determinado por el lenguaje, es decir, por las herramientas lingüísticas del pensamiento y la experiencia socio-cultural del niño. ” En el mismo momento en que el pensamiento se torna verbal, éste encuentra una poderosa fuente para encauzar sus procesos en la palabra y con ella, el significado.
Al respecto Petrovski expresa:
“Sólo con la aparición de la palabra se hace posible abstraer del objeto cognoscible una u otra propiedad y, por así decirlo, fijarla, fijar la representación o el concepto sobre él en un vocablo especial. El pensamiento encuentra en la palabra la indispensable envoltura material, en la cual y sólo a través de la cual deviene la realidad inmediata, directa, para otras personas y para nosotros mismos. ” (Petrovski, 1982, 343).
El sujeto con base en la palabra comienza a generalizar su conocimiento de la realidad objetiva en forma de conceptos y a dirigir el proceso de su pensamiento de manera verbal, se produce una mediación instrumental a través de los signos que revela de manera evidente la naturaleza histórico-cultural del pensamiento.
Así, el pensamiento tiene su origen y mediación en el aspecto histórico-cultural; hallándose una mediación social dada por las relaciones que se establecen entre los sujetos y los grupos sociales y una mediación instrumental, a través de las herramientas creadas por la cultura para la transformación de la realidad (véase Morenza & Terré, 1998). La sociedad puede definir formas de pensar a través de la evaluación, tanto del proceso del pensamiento como de su producto, transmitiendo y delimitando los conocimientos y las habilidades necesarias para una inclusión exitosa del sujeto en su círculo social.
El pensamiento también halla una mediatización en las características del sistema nervioso central en tanto éste a través de su dinámica y las peculiaridades de la fuerza, movilidad y equilibro de sus procesos de excitación e inhibición influye en la cantidad, la rapidez y la calidad del establecimiento de las conexiones necesarias para que el proceso del pensamiento fluya adecuadamente.
Sin embargo, una mediatización usualmente olvidada puede encontrarse en los propios procesos y operaciones del pensamiento, en el establecimiento de hábitos y estereotipos mentales así como en la utilización preferente de determinadas estrategias y la conformación final de un estilo de pensamiento que va a restringir o ampliar el proceso de búsqueda de soluciones y formación de conceptos incidiendo en su calidad y objetividad. Desde esta perspectiva se analiza al pensamiento en la solución de problemas de cualquier índole, que incluyen la esfera afectivo-motivacional, a tono con esta investigación.
En este sentido, actualmente el término estilo de pensamiento ha venido a constituir un puente entre pensamiento, emoción y personalidad; sin embargo la relación entre pensamiento y personalidad rebasa los límites de esta categoría. Vygotski refiere al respecto:
“Al igual que las fases formales principales que recorre la personalidad del niño en su formación, estas fases están ligadas inmediatamente al grado de desarrollo de su pensamiento, ya que, del sistema de cognición en que se realice toda la experiencia interna y externa del niño, dependerá el aparato psíquico que la divida, analice, conexione y elabore. ” (Vygotski, 2001, 401).
Pero a la vez comprende la influencia de la personalidad en el pensamiento:
“La esencia del desarrollo cultural consiste, como hemos visto, en que el hombre domina los procesos de su propio comportamiento. Pero la premisa imprescindible para ese dominio es la formación de la personalidad, de modo que el desarrollo de una u otra función depende, y está siempre condicionado por el desarrollo global de la personalidad. ” (Vygotski, 2000, 329).
De esta manera, la búsqueda activa de nuevos conocimientos, el planteamiento de interrogantes, el discurrir a través de diferentes vías para hallar soluciones constituyen indicadores de carácter cognitivo pero a la vez son expresión de la capacidad autorreguladora de la personalidad. “Las operaciones del pensamiento en este nivel, son operaciones de la personalidad, orientadas al conocimiento del objeto, como un momento de la expresión integral de la personalidad hacia la esfera general del conocimiento. ” (González, 1986, 90).
Por supuesto, muy relacionado con la mediación personológica pero sin identificar ambas áreas, se halla el carácter motivado del pensamiento en tanto este persigue una finalidad determinada que le imprime intencionalidad. Rubinstein (1967, 386) plantea al respecto: “Todo acto mental real del sujeto deriva de cualquier motivo. El factor inicial del proceso mental es, por regla general, la situación problemática. El hombre empieza a pensar cuando siente la necesidad de comprender algo. ”
Así, el pensamiento adquiere un carácter motivado, relacionado con la significación que el problema adquiere para el sujeto debiendo mantenerse la misma a través del proceso de solución para que el mismo logre discurrir hacia su finalidad.
El pensamiento es por lo tanto un proceso de búsqueda, de establecimiento de nuevas relaciones que parte de la realidad del sujeto pero que se mueve a niveles diferentes de análisis y abstracción con base en las generalizaciones establecidas pero produciendo a la vez nuevas generalizaciones de la realidad.
En este sentido puede considerarse que la generalización engloba las restantes operaciones del pensamiento ya que a través de la búsqueda en los diferentes atributos, se da el proceso de identificación del objeto de la diversidad en relación con una invariante necesitándose de las operaciones de comparación, análisis, síntesis y abstracción.
1. 3. Acercamiento a los trastornos del pensamiento.
Se hace necesario debido a los objetivos de esta investigación, hacer un recorrido teórico por los trastornos del pensamiento, pues de alguna manera los puntos de análisis giraran en torno a los mismos durante todo el proceso investigativo.
Si se revisa material referente al tema y a la historia de los trastornos del pensamiento nos encontramos que su surgimiento parte conceptualmente de las teorías psicológicas dominantes en diferentes momentos históricos, surgió con la escuela de Wurzburgo, en la que el pensamiento era considerado a partir de asociaciones. Los más grandes exponentes de la psicología experimental de aquel tiempo, consideraban al pensamiento como derivado de otras funciones psíquicas, lo que llevó a determinar en gran medida la patología del pensamiento en términos de concepción. , y se le achacaban los trastornos del pensamiento a la relación con otros trastornos de los procesos cognitivos como memoria y atención fundamentalmente.
Otra escuela con gran influencia en la concepción del pensamiento y su patología fue la gestalt psicología , en los trabajos de Kohler , wertheimer se consideraba al pensamiento como una súbita comprensión de la situación , se conduce el pensamiento en los términos propios de estas corrientes “ reestructuración de configuraciones , “ cierre de la gestalt”, realmente estos psicólogos no lograron descubrir la especificidad del pensamiento y lo analizaron por la vía de la transferencia de los principios de la estructura de la percepción o lo dedujeron de los fenómenos de la conciencia.
Estos estudios no ejercieron significativa influencia en las investigaciones pato psicológicas, solo tuvieron utilidad en el orden metódico.
Viéndolos desde un punto de vista psiquiátrico la historia de los trastornos formales del pensamiento estuvo ligada a la historia de la descripción psiquiátrica de la esquizofrenia, no así de la neurosis. Autores como Bleuer, Cameron o schneider propusieron denominaciones para los trastornos que caracterizan a la esquizofrenia y que aún perduran.
Para Bleuer (1911), el trastorno de las asociaciones, la ausencia de relaciones entre ideas que debieran estar asociadas, constituía la característica central del pensamiento esquizofrénico. El estudio psicológico de los trastornos del pensamiento es una labor todavía en desarrollo aunque con gran avance en los últimos años.
Fish, por ejemplo, cuando habla de los trastornos del pensamiento reconoce que cualquier clasificación es arbitraria y añade: “se tiene por costumbre dividir los trastornos del pensamiento en trastornos del contenido y trastornos de la forma, o para decirlo en un lenguaje mas familiar, entre trastornos de las creencias y trastornos del razonamiento” (Hamilton1985).
En el siglo pasado las contradicciones entre los estudios hacia la forma o hacia el contenido, apuntaron una mayor relevancia hacia el contenido y asumiendo el discurso como pilar fundamental del estudio cuando se hablaba de trastornos formales del pensamiento.
Al respecto, en 1979, Nancy Andreasen exponía sus quejas acerca de la falta de consenso en la definición de trastorno del pensamiento y refiere que no se puede inferir que un lenguaje normal refleje un pensamiento normal, ni que un lenguaje trastornado refleje un pensamiento trastornado; pero que, sin embargo, dentro de la típica clínica del psiquiátrica, el trastorno del pensamiento, o los trastornos formales del pensamiento eran usado como sinónimos de habla incoherente o desordenada. Esto último no es del todo absoluto, realmente no se puede asegurar; pero la presencia de un lenguaje desordenado e incoherente si nos lleva a una posible afectación en la actividad de pensamiento, aunque no por esto debe reducirse los trastornos formales del pensamiento único y exclusivamente al discurso, y mucho menos a etiquetar el discurso como el pensamiento. pensamiento y lenguaje están indisolublemente ligados, desde la psicología se han hecho estudios que corroboran la relación dialéctica, y sistémica del pensamiento y lenguaje (ver pensamiento y lenguaje de vigotsky) el pensamiento según Vigotsky halla expresión en el lenguaje, se materializa de alguna manera en la palabra, y viceversa, la palabra y el enriquecimiento del lenguaje estimulan el funcionamiento optimo de la actividad de pensamiento. No es lo mismo discurso y pensamiento, pero si están estrechamente relacionados, y complementados.
La mayoría de las investigaciones de trastornos del pensamiento se han realizado con pacientes esquizofrénicos , desde teorías comunicativas que desde un punto de vista psicológico se sitúan en dos enfoques complementarios: el individual , que se centra en las contribuciones de los sujetos cuando afrontan una tarea de comunicación y presupone que las condiciones de la tarea y las metas que la definen, no son alteradas por la actividad del propio sujeto, y el interaccional , que se centra en las relación entre las contribuciones de los participantes en una tarea comunicativa , de forma que las contribuciones de los participantes en una tarea comunicativa , establecen las condiciones y pueden cambiar las metas de los participantes en la actividad conjunta.
Estos enfoques pueden aplicarse para obtener descripciones de dos tipos, estáticas, que se centran en los desempeños actuales de los sujetos, y genéticas, que se ocupan del cambio en los desempeños de los sujetos explorando el modo en que los desempeños actuales y pasados condicionan el futuro.
Estos enfoques están basados esencialmente en estudios con esquizofrénicos, por lo que solo nos es útil para un acercamiento a las diferentes posturas sobre el tema en cuestión, pero no ha sido abordado con pacientes que presentan trastornos neuróticos, la bibliografía recoge pocos estudios con pacientes de este tipo.
En la psicología soviética fueron superadas las ideas del pensamiento como un proceso innato que se desarrolla inmanentemente , o como un acto de asociaciones imanadas , esto retomando lo que se explicaba anteriormente referente a las concepciones anteriores , es necesaria esta aclaración para aclarar la concepción teórica y metodológica de esta investigación , la psicología soviética , asume el pensamiento como generalización y reflejo mediatizado de la realidad, estrechamente relacionado con el conocimiento sensible del mundo y con la actividad practica de las personas. (citado en Grau, 1981).
Las alteraciones del pensamiento según la practica siquiátrica llevan un carácter diverso y parte desde diferentes concepciones , de acuerdo a la visión teórica , metodológica e instrumental del investigador , según B. V. Zeigarnick , es posible distinguir los tipos siguientes de patología del pensamiento(ver : B. V. Zeigarnick . introducción a la pato psicología. 1959)
1- Alteraciones del aspecto operacional del pensamiento.
2- Alteraciones del la dinámica del pensamiento.
3- Alteración del componente motivacional del pensamiento.
4- Alteraciones de la criticidad del pensamiento.
Estos estudios van más a la búsqueda de las alteraciones formales del pensamiento, no así a las del contenido aunque ambas se complementan y se incluyen como unidad dialéctica, estas alteraciones del pensamiento se salen en esencia de los limites de las alteraciones de los procesos cognitivos, asumiendo el pensamiento en relación con los demás procesos pero sin perder su esencia, apuntando no solo a la estrecha relación entre los procesos cognitivos sino también hacia la personalidad, se toman estas alteraciones como una consecuencia de las alteraciones de sus procesos aislados bajo el principio de una no criticidad hacia la personalidad, la investigación experimental-psicológica muestra así que lo que esta alterado es el control de las propias acciones. La alteración de la subordinación al control de la conducta de distintas formas, en la misma medida que la forma del pensamiento alterado.
Generalmente en nuestro contexto cuando se abordan los trastornos neuróticos se hincapié en lo afectivo , que realmente es la esfera que mas daño sufre, pero si asume como unidad dialéctica la relación entre lo cognitivo y lo afectivo es valido aclarar que el pensamiento se ve limitado y sujeto muchas veces a lo afectivo, en estos casos(trastornos neuróticos) fundamentalmente, y viceversa, estos misma deficiencia en el proceso de pensamiento traen consigo la aparición posteriormente de síntomas que producen un malestar subjetivo insidioso y prolongado, que lleva posteriormente a la enfermedad.
Esquema 1
No obstante si asumimos los mismos desde un enfoque semiológico y (para didactizar un poco el estudio) se hace necesario organizarlos atendiendo a su origen, a su curso y su contenido.
A. En relación con su origen.
Sensorial imaginativo.
1. Relacionado con las representaciones mentales y la percepción.
2. lógico-abstracto.
3. Dialéctico.
4. pensamiento autista:
Del origen del pensamiento se escoge para el estudio el pensamiento lógico-abstracto, en función de penetrar en la forma del pensamiento, en los procesos de análisis, síntesis, comparación, abstracción y generalización, lo que permitirá estudiar en que estado se encuentran las funciones analítico-generalizadoras de los pacientes en estudio.
B. En relación con su curso.
1. Lentificación del pensamiento: se denomina Lentificación del pensamiento al retardo en la asociación de ideas que constituye el proceso racional, independientemente de que el contenido de las mismas sea normal o morboso.
La Lentificación del pensamiento se manifiesta en el prolongado periodo de latencia que transcurre entre la recepción de la pregunta y el comienzo de la respuesta, en la lentitud que se va exponiendo esta, y en algunos pacientes en la vivencia de que su pensamiento se desarrolla con lentitud, como frenado, a costa de intenso esfuerzo.
2. Aceleración del pensamiento: Este síntoma se puede decir que es el contrapuesto al anterior, consiste en el desarrollo exageradamente rápido del proceso racional, independientemente de cual sea su contenido.
3. Prolijidad: Este síntoma , denominado también detallismo se manifiesta en que el paciente hace relatos con numerosos pormenores , sin omitir los que , por muy secundarios , no tienen ninguna importancia ni significación para aclarar la idea fundamental.
4. Interrupción del pensamiento: Este síntoma, denominado también robo o intercepción del pensamiento, se manifiesta en que el paciente de pronto interrumpe su discurso, sin que haya simultáneamente otros síntomas de alteración de la conciencia e inmediatamente se queja de que la mente se le queda en blanco, de que se la el hilo del pensamiento, de que le roban el pensamiento.
5. Disgregación: Se denomina disgregación la asociación de conceptos incongruentes y se manifiesta en que el paciente, que se expresa con frases y oraciones correctas por su estructura gramatical, desarrolla pensamientos que no tienen ninguna conexión lógica entre si.
6. Perseveracion: Repetición de una idea o conjunto de ellas aunque el interlocutor intente orientar la atención del pensamiento hacia otras, estos pacientes repiten y una otra vez sus ideas con discursos semejantes pero no idénticos.
7. Incoherencia: Este síntoma es la falta de conexión lógica y conceptual entre los distintos componentes que intervienen en el desarrollo del pensamiento.
C. En relación con su contenido.
1. Idea sobre valorada: la idea sobre valorada es la imagen psíquica que refleja un fenómeno real, pero al que el paciente atribuye una importancia o característica que realmente no tiene. La idea sobre valorada se produce sobre todo cuando por uno u otro motivo el fenómeno real que la origina ha causado una fuerte reacción afectiva con el sujeto.
2. Idea fija: La idea fija es la que reflejando adecuadamente la realidad, después, en ciertas circunstancias se repite en el campo de la conciencia del paciente sin intervención y en contra de la voluntad del paciente.
3. Idea fóbica: La idea se denomina fóbica cuando expresa un miedo o temor. En estos casos el paciente, aunque comprende lo infundado de su temor, no puede evitar la presencia de esta idea y el miedo que el fenómeno reflejado en ella infunde.
4. idea obsesiva: Tiene la característica de la idea fija, que se repite en momentos en que resulta incomoda y molesta para el paciente y su presencia en el campo de la conciencia se hace mas insistente cuando el hace mas esfuerzos para apartarla de su mente. Puede ir acompañada de miedo o temor como en la fóbica y lo más importante, el individuo que la padece tiene crítica sobre ella y la siente como algo ajeno a él, impuesta desde fuera, se acompaña además de actos motores o rituales que se denominan compulsiones o ceremoniales compulsivos.
5. Idea delirante: La idea delirante es la falsa imagen de un fenómeno que no se ha producido o la imagen deformada de un suceso que realmente tuvo lugar.
2. 1. Descripción de la Muestra
En este caso especifico, se apeló al uso, por parte del investigador, de una muestra intencionada o dirigida, con el propósito de buscar personas que representen con nitidez los parámetros muestrales establecidos para ésta investigación. El propósito de ésta investigación es caracterizar en pacientes diagnosticados con algún trastorno neurótico el proceso de pensamiento, para ello se recurrió a los centros de salud mental del municipio Santa Clara en aras de dirigir la búsqueda muestral, ya que en estos centros se prestan servicios de diagnóstico y psicoterapia a pacientes con estas patologías.
La muestra es bastante homogénea ya que existen un gran número de pacientes diagnosticados, este centro tiene varias consultas, consultas dirigidas a pacientes con:
• Psicosis
• Retraso mental
• Otros trastornos. ( aquí se encuentran los trastornos neuróticos)
En esta última consulta se atienden varios pacientes pero los que más incidencia y prevalencia tienen son los trastornos neuróticos, por lo que se hizo factible y viable la selección muestral intencionada y por ende la investigación. Algunos pacientes tienen un criterio diagnóstico dudoso, ya que muchas veces estos trastornos pueden confundirse con otros, por tanto, éstos se excluyeron de la muestra.
Tabla 2: Descripción muestral
Concluyendo se desarrollo un estudio de tipo descriptivo, utilizándose un muestreo dirigido o intencional, donde se tuvo en cuenta los siguientes criterios:
- Criterios de inclusión.
• Estar diagnosticado con algún tipo de trastorno neurótico por un especialista del centro de salud mental.
• Estar dispuesto a colaborar.
- Criterios de exclusión
• Presentar un diagnóstico dudoso.
2. 2. Descripción de las Técnicas empleadas
Para la selección de las técnicas utilizadas se tuvo en cuenta fundamentalmente:
• Las peculiaridades de los pacientes en estudio.
• Las peculiaridades del proceso psíquico a investigar (pensamiento).
• La variedad de las técnicas tanto en su presentación com
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