Nos encontramos ante una sociedad nueva y cambiante, dónde básicamente en todos los ámbitos de la vida ha existido algún tipo de transformación. Nuevos estilos de ocio se imponen cada día, llevándonos a transformar toda la estructura que hasta el momento conocíamos.
En este contexto nuevas adicciones proliferan, las que aquí nos interesan son las denominadas como “dependencias sentimentales o afectivas”, cuyo tratamiento y prevención está en auge en los últimos años. El interés principal de este artículo, es analizar de qué forma un concepto y disciplina como la inteligencia Emocional puede ayudarnos para la prevención de este tipo de adicciones. Para lo cual haremos una búsqueda de diferentes artículos que apliquen este concepto a la prevención de adicciones, observando hasta que límite toda esta disciplina puede extrapolarse a la prevención de las dependencias sentimentales o afectivas.
Doctoranda de la Universidad de Oviedo
INTELIGENCIA EMOCIONAL Y SENTIMENTALES O AFECTIVAS
POSIBLE PREVENCIÓN DE LAS DEPENDENCIAS
Glenda Cuetos González
Doctoranda de la Universidad de Oviedo
glnd. c. g@gmail. com
Dependencias sentimentales o afectivas. prevención. Adicciones. inteligencia emocional.
Sentimental or affective dependencies. Prevention. Addiction. Emotional intelligence.
RESUMEN
Nos encontramos ante una sociedad nueva y cambiante, donde básicamente en todos los
ámbitos de la vida han ocurrido algún tipo de transformación. Nuevos estilos de ocio se imponen cada
día, llevándonos a transformar toda la estructura que hasta el momento conocíamos. En este contexto
nuevas adicciones proliferan, las que aquí nos interesan son las denominadas como "dependencias
sentimentales o afectivas", cuyo tratamiento y prevención está en auge en los últimos años. El interés
principal de este artículo, es analizar de qué forma un concepto como la inteligencia Emocional puede
ayudarnos para la prevención de este tipo de adicciones, para lo cual haremos una búsqueda de
diferentes artículos que apliquen este concepto a la prevención de adicciones, observando hasta que
límite toda esta disciplina puede aplicarse a la prevención de las dependencias sentimentales o
afectivas.
ABSTRACT
We are facing a new and changing society, where essentially all walks of life there has been
some kind of transformation. New leisure styles are imposed each day, leading us to transform the
entire structure so far knew. In this context new addictions proliferate, which concern us here are
referred to as "sentimental or affective dependencies" whose treatment and prevention is booming in
recent years. The main interest of this article is to analyze how a concept and discipline as emotional
intelligence can help to prevent this type of addiction. To which we will search for different items that
apply this concept to the prevention of addiction, watching until all this discipline can limit extrapolated
to the prevention of emotional or affective dependencies.
INTRODUCCIÓN
En la actualidad nos encontramos con un nuevo contexto que ha afectado a diversos ámbitos
de nuestra vida: al familiar, educativo, social. . . Todos estos cambios transforman la forma que tenemos
de entender y de ver el mundo, afectando a todo nuestro comportamiento dentro de la sociedad. Uno
de estos cambios que se puede observar es la transformación de los estilos de ocio, es decir, hoy en
día existen múltiples estilos de ocio que hace que tengamos un gran abanico de posibilidades en las
que elegir. Una de las alternativas de estilo de ocio recreativo que más ha proliferado (sobre todo
entre los jóvenes) es el consumo de drogas.
La problemática en torno a las adicciones dependen en gran medida de las modas sociales,
pero con independencia de estos aspectos sigue siendo uno de los problemas inevitables de la salud
pública universal (García del Castillo, García del Castillo-López, Gárquez Pertusa, Marzo Campos,
2013), ya que, a pesar de que las adicciones cambian con el tiempo, se modernizan, cambian su tipo
de consumo e incluso aparecen nuevas adicciones, la prevalencia del consumo de drogas en nuestro
país sigue siendo alarmante y debe ser un indicador para que controlemos estas "nuevas adicciones"
que están surgiendo introduciendo nuevas formas de prevención para que las estadísticas no sean tan
alarmantes como con las adicciones a sustancias.
Las cifras de la prevalencia en el consumo de drogas puede observarse en la tabla siguiente
extraída del último informe realizado por parte del Plan Nacional Sobre Drogas:
Tabla1. Evolución de la prevalencias de consumo de sustancias psicoactivas en los últimos 12
meses entre los alumnos de Enseñanza Secundaria (14-18 años) en España 1994-2012
1994 1996 1998 2000 2002 2004 2006 2008 2010 2012
prevalencia de consumo
Alguna vez en la vida
Tabaco
Alcohol
Hipnosedantes
Hipnosedantes sin receta
Cannabis
Extásis
Alucinógenos
Anfetaminas
cocaína (polvo y/o base)
Heroína
Inhalables volátiles
GHB
60, 6
84, 1
6, 9
6, 6
20, 9
3, 6
5, 1
4, 2
2, 5
0, 5
3, 1
64, 4
84, 2
7, 7
6, 1
26, 4
5, 5
6, 8
5, 3
3, 4
0, 5
3, 3
63, 4
86, 0
7, 7
6, 4
29, 5
3, 6
5, 5
4, 3
5, 4
0, 9
4, 2
61, 8
78, 0
8, 8
6, 9
33, 2
6, 2
5, 8
4, 5
6, 5
0, 6
4, 4
59, 8
76, 6
8, 5
6, 5
37, 5
6, 4
4, 4
5, 5
7, 7
0, 5
3, 7
60, 4
82, 0
10, 0
7, 0
42, 7
5, 0
4, 7
4, 8
9, 0
0, 7
4, 1
46, 1
79, 6
12, 1
7, 6
36, 2
3, 3
4, 1
3, 4
5, 7
1, 0
3, 0
1, 2
44, 6
81, 2
17, 3
9, 4
35, 2
2, 7
4, 1
3, 6
5, 1
0, 9
2, 7
1, 1
39, 8
75, 1
18, 0
10, 4
33, 0
2, 5
3, 3
2, 6
3, 9
1, 0
2, 3
1, 2
43, 8
83, 9
18, 5
8, 9
33, 6
3, 0
3, 1
2, 4
3, 6
1, 0
1, 9
1, 3
Plan Nacional Sobre drogas (www. pnsd. msc. es)
Estos datos estadísticos pueden llevar a plantearnos que las medidas de prevención que se han
llevado a cabo en España resultan insuficientes y escasas, ya que en la tabla anterior se puede
observar como el consumo de drogas a lo largo de los años ha aumentado en muchos de los casos
por lo que resulta necesario, explorar otro tipo de campañas que tengan en cuenta el factor emocional
y las variables psicosociales que influyen en el consumo de drogas.
Por lo que creemos necesario entender y dar la suficientemente importancia a las emociones
destacando su influencia en el consumo de drogas y la prevención de las mismas. Ya que a pesar de
la importancia de las emociones en la vida cotidiana, de su influencia en la conducta y de los efectos
que pueda llegar a tener tanto a nivel físico como psicológico, no sabemos discriminarlas, ni
identificarlas y en muchas ocasiones somos incapaces de controlarlas y regularlas (Morales, 2007). Es
decir, es muy importante conocer nuestras emociones y saber controlarlas sobre todo si queremos
vivir en una sociedad de una manera lo más pacífica posible, sin embargo nadie nos enseña a cómo
controlarlas de una manera específica. En el contexto actual donde tenemos muchas opciones de vida
(saludable o no saludable), resulta imprescindible que sepamos identificar las emociones incluso saber
anticipar que sentiremos a la larga con las decisiones que tomamos en la vida.
También debemos resaltar que "la problemática en torno a las adicciones sigue teniendo los
vaivenes propios de las modas sociales [. . . ]" (García del Castillo, Castillo-López, Gárquez Pertusa,
Marzo Campos, 2013, p. 90), lo que nos lleva a que cada vez nos encontremos con nuevos consumos
y con nuevas adicciones con y sin sustancia. Entre las que se encuentran las "Dependencias
Sentimentales o Afectivas", las cuales serán analizadas en este artículo bajo el modelo de adicción.
El objetivo principal de este artículo será destacar la relación existente entre la prevención de
las Dependencias Sentimentales o Afectivas y la inteligencia Emocional, para lo cual se ofrecerá una
definición de los dos conceptos analizando la relación existente entre el consumo de drogas y la
inteligencia Emocional. Para la consecución de dicho objetivo se utilizará distintas bases de datos
(dialnet, medline. . . ), analizando todos aquellos artículos que pongan en relación el consumo de drogas
y la prevención de las mismas y la inteligencia Emocional. A continuación se analizará el tratamiento
de las Dependencias Sentimentales o Afectivas observando cómo influye la inteligencia Emocional en
el mismo, además de especificando cómo puede funcionar el mismo en la prevención.
CONCEPTO DE inteligencia EMOCIONAL
Antes de que surgiera el término de inteligencia Emocional, hubo una serie de cambios que
hicieron que se transformara por completo la concepción que se tenía hasta el momento de las
emociones. Es a partir de los años 60 (Ovejero, 1998), sobre todo con la aparición del cognitivismo
dentro de la psicología cuando se pone el énfasis de conocer nuestras emociones analizando cómo
influyen estas en nuestra vida.
La emoción se puede definir siguiendo a Zaccagnini como: "un estado global, de carácter
psicológico, que es fruto de un gran conglomerado de fenómenos psicológicos complejos e
íntimamente relacionados entre sí, y en el que puede encontrarse un sujeto en un momento dado de
su vida" (Zaccagnini, 2004, p. 57). Debemos tener en cuenta que las emociones fueron identificadas
por las personas, se les puso nombres concretos, regulando su uso social todo esto dependiendo
mucho de la cultura en la que uno viviera (López, 2009), puesto que la interpretación que cada persona
hace de sus emociones y la expresión o no de las mismas depende enormemente tanto de uno mismo
como de la cultura en la que este inmerso.
Hay diferentes modelos explicativos de las emociones que citaremos a continuación (Ovejero,
1998):
-modelo relacional de Gergen: en su modelo se opone al carácter individual que
tradicionalmente han tenido las emociones, puesto que resalta que las emociones tienen
un determinado significado derivando de la situación social en la que uno se encuentra.
Para él no son algo individual, sino relacional, por lo que llega incluso a plantearse si la
emociones existen "per se". Es decir, una emoción no se puede tomar de forma individual
y analizarla, sino que siempre hay que tener en cuenta el contexto social dónde se está
generando esa emoción.
-modelo conductista: para este modelo las emociones sólo sirven como motores para actuar,
puesto que la emoción se distingue únicamente por sus manifestaciones conductuales.
Para ellos sólo importa la conducta observable y rechazan la idea de que las emociones
tengan algún correlato a nivel cerebral, puesto que sólo importa lo que el sujeto realiza no
lo que procesa a nivel cerebral.
-modelo sociobiológico: destacan la idea del cerebro emocional. Para ellos son las emociones
las que nos permiten afrontar situaciones difíciles, como para ser resueltas simplemente
como el intelecto. Cada emoción lleva programada una forma de acción, es decir, cada vez
que experimentamos una determinada emoción realizaremos una determinada conducta
ya que en el pasado esa conducta determinada nos sirvió para dar respuesta a nuestra
emoción y esto todo se va quedado grabado en el cerebro.
-modelo de Marañón-Schachter: tras innumerables experimentos con la adrenalina
(primeramente Marañón y más tarde Schachter utilizando una situación ansiógena),
observaron cual era el papel central que tenía esta en los fenómenos emocionales. Para
estos autores en las emociones influían tanto factores situacionales como personales que
iban más allá de síntomas viscerales, mostrando que la emoción tiene dos componentes a
resaltar: el vegetativo y el psíquico. Es decir, cuando experimento una emoción
determinada para la misma influyen tanto lo que nosotros pensamos o interpretamos de
ellas, el entorno en el que nos encontremos etc. , así como las funciones corporales que
varían en nuestro cuerpo a la hora de experimentar esa emoción. Por lo que para analizar
la emoción, se debe tener en cuenta que depende tanto de nuestro propio cuerpo físico
como de nuestra mente.
-modelo de la psicología socio-constructionista: para ellos todo se construye en el entorno
social, también las emociones que experimentamos son construidas. Entonces para
analizar las emociones, se tendrá que estudiar cómo y porque se construyeron en nuestro
entorno social.
Debemos resaltar que "las emociones influyen en nuestras reacciones espontáneas, en nuestro
modo de pensar, en nuestros recuerdos, en nuestras decisiones que tomamos, en cómo planificamos
el futuro, en nuestra comunicación con los demás y en nuestro modo de comportarnos" (Morgado,
2007, p. 12). Es decir, las emociones influyen mucho en la determinación de todos los actos y
decisiones a las que nos enfrentamos los seres humanos.
Una vez comenzado el estudio exhaustivo de las emociones se observa su interés en cómo las
mismas pueden influir en todas las decisiones de nuestra vida, sobre todo a través de la aparición de
la inteligencia Emocional. Hasta ese instante, se había visto la importancia de tener en cuenta las
emociones observando cómo influyen en todos los actos cotidianos de nuestra vida, pero con este
disciplina sus autores intentaban ir más allá y explicarnos la necesidad de conocer nuestro estados
emocionales utilizándolos para mejorar en nuestra adaptación al contexto social. En la Inteligencia
Emocional se plantea una nueva visión del estudio de las emociones, puesto que se han dejado de ver
como elementos perturbadores de los procesos cognitivos pasando a considerarse fenómenos vitales
del ser humano que proporcionan información útil para solucionar nuestros problemas cotidianos (Rey
y Extremera, 2012).
Lo primero que debemos saber en torno a la inteligencia Emocional es que este término se
utiliza por primera vez en 1990 de la mano de Peter Salovey y Johhn D. Mayer, posteriormente
también será utilizado a Daniel Goleman que se considerará el mayor exponente de esta disciplina
(Zaccagnini, 2004). La inteligencia emocional se puede definir "cómo la posibilidad de desarrollar las
habilidades o destrezas necesarias para manejar y modificar la información emocional de manera
positiva y psicológicamente constructiva. Aprender a utilizar para influir y mejorar la eficacia de
nuestro comportamiento" (Goleman, 1995). La inteligencia Emocional pone el énfasis en aprender
habilidades de autocontrol de nuestras emociones, para posteriormente poder utilizar las mismas de
forma saludable.
Frente a la tradición en torno al estudio de la emociones, la inteligencia Emocional propone
desarrollar habilidades de autocontrol emocional que reducen los aspectos negativos de las emociones,
ayudándonos a controlar nuestro comportamiento (Zaccagnini, 2004). Es decir, el constructo de la
inteligencia Emocional trata de poner el énfasis en la necesidad de aprender a controlar nuestras
emociones para lo que se tratará de desarrollar distintas habilidades encaminadas a identificar y
modificar nuestros estados emocionales. Para lo cual existirán cuatro habilidades que se deberán
aprender a manejar que son (Zaccagnini, 2004, p. 125):
-Percibir adecuadamente los estados emocionales expresándolos correctamente: es decir,
se deberá aprender a identificar qué tipo de emoción se está experimentado en cada
momento expresándola al resto de personas de la mejor forma posible acorde a la misma
y al contexto.
-asimilación de nuestras emociones en nuestro pensamiento: es decir, que logremos
integrar las emociones que vamos sintiendo con los diferentes pensamientos que vamos
experimentando.
Comprender correctamente la naturaleza de esos estados emocionales: es decir, sabes en
cada momento el "porque" experimentamos una determinada emoción.
-Regular esos estados emocionales impidiendo sus efectos negativos y aprovechando sus
aspectos positivos: es decir, aprender a gestionar nuestras emociones de una forma
positiva impidiendo que sus efectos negativos nos influyan en nuestra conducta tratando
de asimilarlos, entenderlos y decidir la forma mejor de actuar en cada momento.
Las principales teorías de la inteligencia Emocional son tres principalmente que describiremos
a continuación (Dánvila, 2010; Enríquez, 2011):
-Bar-On (1988): define su modelo en términos de cinco habilidades sociales y emocionales
principales incluyendo habilidades intrapersonales, habilidades interpersonales,
adaptabilidades, manejo del estrés y el estado de ánimo, que en conjunto influyen en la
capacidad de una persona para hacer frente eficazmente a las exigencias medioambientales.
-Salovey y Mayer (1997): utilizan un enfoque cognitivo, este consta de cuatro niveles de
habilidades, con base en procesos que incluyen la emoción y la cognición.
-Goleman (1988): su teoría está basada en las competencias, incluyendo un conjunto de
habilidades afectivas y cognitivas. Identificó cinco dimensiones de la inteligencia
emocional, incluyendo la autoconciencia, el autocontrol, la automotivación, empatía y
habilidades sociales.
Los métodos de evaluación de la inteligencia Emocional se pueden dividir en tres
principalmente que son (Dánvila, 2010; Zaccagnini, 2004):
-Medidas basadas en cuestionarios y escalas: tienen el objetivo principal de evaluar los
niveles de inteligencia Emocional que poseen las personas.
En este apartado nos encontramos primeramente con el EQ-i denominado
"Emotional Quotient Inventory" creado por Bar-On, que contiene 15 subescalas agrupadas
en cinco escalas: intrapersonales, interpersonales, de adaptabilidad, de manejo del estrés
y de humor general.
Además tenemos también la escala TMMS denominada "Trait-Meta Mood Scale"
creada por el grupo de investigación Salovey y Mayer, que es un escala de rasgo que
evalúa el metaconocimiento de los estados emocionales mediante 48 ítems, en concreto
evalúa las destrezas con las que podemos ser conscientes en nuestras propias emociones
así como de la capacidad de regularlas.
-Medidas basadas en observadores externos: son instrumentos basados en cuestionarios
que son rellenado por compañeros de la persona o jefes y profesores.
Primeramente en este apartado nos volvemos a encontrar con el EQ-i, que
incorpora un instrumento de observación externa.
Después nos encontramos con el ECI denominado "Inventario de Aptitud
Emocional" que combina el autoinforme con la calificación del observador, está basado en
las competencias desarrolladas por Goleman.
-Medidas basadas en tareas emocionales o de habilidad: son instrumentos compuestos por
diversas tareas emocionales y ejercicios de solución de problemas interpesonales que la
persona debe resolver.
Aquí existen dos medidas que son por un lado el MEIS (Mayer, Caruso y Salovey) y su versión
mejorada el MSCEIT (de los mismos autores), estas medidas engloban cuatro áreas de la Inteligencia
Emocional: percepción emocional; asimilación emocional; comprensión emocional; regulación
afectiva.
Se deben destacar una serie de factores explicativos que podrían influir en la Inteligencia
Emocional que son (Dánvila, 2010):
-La edad y la inteligencia Emocional: se realizaron distintos estudios que trataban de poner
en relación si la edad tenía algo que ver con que los niveles de inteligencia Emocional
aumentarán o disminuyeran, pero no llegan a una solución consensuada.
-La experiencia y la inteligencia Emocional: los diferentes estudios parecen indicar que los
niveles de inteligencia Emocional aumentan con la experiencia.
-El sexo y la inteligencia Emocional: al igual que con la primera variable los estudios no son
concluyentes.
Por lo que podemos concluir que el único factor concluyente del que depende la Inteligencia
Emocional, es la experiencia. Ya que parece ser, que a medida que adquirimos distintas experiencias
vamos aumentando nuestra inteligencia Emocional.
CONCEPTO DE DEPENDENCIAS SENTIMENTALES O AFECTIVAS
Las dependencias sentimentales o afectivas se definen cómo "trastornos relacionales
caracterizados por la manifestación de comportamientos adictivos en la relación interpersonal basados
en una asimetría de rol y en una actitud dependiente en relación al sujeto del que se depende"
(Sirvent, 2004; Moral y Sirvent, 2008). Ha de distinguirse entre las calificadas como dependencias
relacionales genuinas (dependencia emocional, adicción al amor, dependencias atípicas), esto es con
identidad propia y las mediatizadas calificadas como coadicciones (codependencia y bidependencia)
que se consideran como secundarias a trastornos adictivos (Sirvent, 2004). Estos trastornos
relacionales se definen por tres componentes generales (Moral y Sirvent, 2008):
1º) Aditofilicos (que asemejan al dependiente afectivo a un adicto convencional): 1. a)
Necesidad afectiva extrema con subordinación sentimental, . b) Vacío emocional, 1. c)
Craving o anhelo intenso de la pareja, 1. d) Síntomas de abstinencia en su ausencia, 1. e)
Búsqueda de sensaciones.
2º) Vinculares (patología de la relación): 2. a) apego invalidante con menoscabo de la propia
autonomía,
2. b) Rol ejercido (subordinado o antidependiente, sobrecontrol, pesudoaltruismo, orientación rescatadora, juegos de poder), 2. c) Estilo relacional
(acomodación al status patológico).
3º) Cognitivo-afectivos(psicopatología asociada):
3. a) Mecanismos de negación y autoengaño, 3. b) Sentimientos negativos (inescapabilidad emocional, abandono, culpa),
y
3. c) Integridad del yo (asertividad, límites débiles/rígidos, egoísmo/egotismo/egocentrismo en la interrelación).
Siguiendo a Sirvent y Moral (2007) podemos definir la dependencia emocional, codependencia
y bidependencia de la siguiente manera:
Dependencia Emocional: Dependencia relacional entre dos sujetos no adictos. Se define
como un patrón crónico de demandas afectivas frustradas sobre una persona que se
intentan satisfacer mediante relaciones interpersonales de apego patológico.
Características:
-Posesividad y desgaste energético intenso
-Incapacidad para romper ataduras
-Voracidad de cariño, de amor
-Sentimientos negativos (culpa, vacío, miedo al abandono)
Bidependencia: hábito relacional acomodaticio típico de un adicto o ex adicto a sustancias
con un comportamiento subsumido al primariamente adictivo fruto de un aprendizaje
sociopático por lo común intenso y que condiciona relevantemente el quehacer del
afectado y probablemente de la persona o personas involucradas (Sirvent, 1995).
Características:
-Falta de conciencia real del problema
-inhibición de la propia autonomía y delegación de la toma de decisiones
-Búsqueda obsesiva de la pareja, minimizando, obviando u ocultando sus defectos a
la vez que destacando que dicha persona es la única que le estimula como el
bidependiente quiere
Frecuentes sentimientos de vacío, sensación de inescapabilidad y tropismo hacia
relaciones intensas, incluso peligrosas
Codependencia: Se trata de la particular relación de dependencia que establece un sujeto
normal respecto a otro frágil o menoscabado (frecuentemente alcohólico). La
codependencia es un estilo de relación donde la pareja del adicto (alcohólico o adicto a
otras sustancias psicoactivas) sostiene percepciones y conductas que reflejan su
tolerancia al abuso de alcohol del paciente y un modo de vida que gira alrededor de él,
convirtiéndose en su cuidador mediante un comportamiento proteccionista e hiperresponsable. Elementos sustanciales:
-Ejercer de redentor/cuidador/sobreprotector/hiperresponsable
-Autonegligencia, se olvida de sí mismo para centrarse en el otro
-Límites del yo desdibujados
-Focaliza su vida hacia el otro
inteligencia EMOCIONAL Y PREVENCIÓN DE LAS DEPENDENCIAS SENTIMENTALES O
AFECTIVAS
Existe un consenso en reconocer la inteligencia Emocional como una característica predictiva
de muchas de las habilidades y reacciones adaptativas claves para el éxito en la vida (FernándezSerrano, Moreno-López, Pérez-García, Verdejo-García, 2012). Esto nos lleva a valorar el interés de la
misma en diferentes contextos de la vida de las personas, ya que al ayudar a mejorar las habilidades
y reacciones adaptativas será de ayuda para garantizar el afrontamiento de situaciones conflictivas a
lo largo de la vida.
Debemos destacar que "una persona que es incapaz de regular sus emociones básicas, puede
caer en una serie de problemáticas personales, familiares y sociales, y ser susceptible de caer en una
adicción química o emocional" (César Morales, 2007, p. 31). Es decir, es necesario que sepamos
identificar y manejar nuestras emociones, puesto que el déficit de control de las mismas podrá
llevarnos a caer en diferentes tipos de adicciones. La inteligencia Emocional cómo ya se explico con
anterioridad nos ayuda y nos enseña a identificar y regular nuestras emociones, por lo resulta muy
importante dentro del campo de las adicciones.
Muchos autores de los citados a lo largo de este artículo consideran que la Inteligencia
Emocional desempeña un papel significativo en el consumo de drogas 1, las personas con una falta de
1Algunos de estos autores son: D. R. Trinidad y C. A. Johnson, 2002; D. R. Trinidad, J. B. Unger, C. P. Chou, S. P. Azen y C. A
Johnson, 2004; H. César Morales, 2007; E. Fernández-Abascal, 2009; B. Kun y D. Zsolt, 2010; G. C. Cáridad Sardiñas López,
2012; M. J. Fernández-Serrano, L. Moreno-López, M. Pérez-García y A. Verdejo-García, 2012; J. A. García del Castillo, Á. García
del Castillo-López, M. Gárquez Pertusa y J. C. Marzo Campos, 2013;
habilidades emocionales pueden recurrir al consumo de drogas como una forma externa de
autorregulación para disminuir, ocultar o ignorar sus estados emocionales negativos o para generar
estados emocionales más agradables (Fernández-Abascal, 2009). Es decir, el no tener unas buenas
estrategias de afrontamiento además de no tener unas correctas habilidades emocionales puede llevar
al consumo de drogas, ya que no podremos enfrentarnos de una forma correcta a la problemática en
cuestión.
El estudio de la inteligencia Emocional en general y como estrategia para afrontar las adicciones
en particular, se incorpora hace relativamente pocos años a la investigación, aunque actualmente se
puede decir que ya se han publicado numerosas investigaciones que sirven para avalar la utilización
de la misma en la prevención del consumo de drogas y otras adicciones (García del Castillo, García
del Castillo-López, Gárquez Pertusa, Marzo Campos, 2013).
En este apartado resulta de interés nombrar el artículo del año 2010 escrito por Bernadette
Kun y Zsolt Demetrovics denominado "Emotional Intelligence and Addictions: A Systematic Review",
donde se realiza un metaanálisis de todas las investigaciones publicadas que relacionan las adicciones
y la inteligencia Emocional. Según esta revisión las principales investigaciones serían:
Tabla2. Estudios que relacionan inteligencia Emocional y distintas adicciones
Estudio
1. Oscar-Berman, Hancock
Midlworf, Hutner and
Weber, 1990
2. Schutte at al. , 1998
3. Philippot et al. , 1999
4. Kornreich et al. , 2001a
5. Kornreich et al. , 2001b
6. Kornreich et al. , 2002
7. Frigerio, Burt, Montagne,
Murray, and Perrett, 2002
8. Trinidad and Johnson,
2002
9. Townshend and Duka,
2003
10. Brackett and Mayer,
2003
11. Kornreich et al. , 2003
12. Riley and Schutte,
2003
13. Eng elberg and Sjöberg,
2004
14. Brackett, Mayer and
Warner, 2004
15. Trinidad, Unger, Chou
Azen, and Johnson 2004a
16. Trinidad Unger, Chou
And Johnson, 2004b
Ciudad
USA
Sustancia con la que se relaciona
Alcohol
USA
Bélgica
Bélgica
Bélgica
Bélgica
Italia
Sustancia psicoactivas
Alcohol
Alcohol
Alcohol
Alcohol
Alcohol
USA
tabaco y alcohol
Reino Unido
Alcohol
USA
tabaco, alcohol y sustancias
ilegales
Bélgica
Australia
alcohol y opiáceos
alcohol y sustancias ilegales
Suecia
Internet
USA
USA
tabaco, alcohol y sustancias
ilegales
Tabaco
USA
17. Foisy et al. , 2005
18. Rozin, Taylor, Ross,
Bennet, and Hejmadi,
2005
19. Austin et al. , 2005
20. Lin and Chuang,
2005
21. Trinidad et al. ,
2005
22. Tsaousis and
Nikolaou, 2005
23. Kaur, Schutte and
Thorsteins-son, 2006
24. Limonero, TomasSabado, and FernandezCastro, 2006
25. Matyassy, Kelemen,
Sarkozi, Janka and Keri,
2006
26. Reay, Hamilton,
Kennedy and Scholey,
2006
27. Schutte et al. , 2007
Bélgica
USA
alcohol y opiáceos
Síntomas obsesivoscompulsivos
Canada y Escocia
Taiwán
Alcohol
Compra compulsiva
USA
Tabaco
Grecia
tabaco y Alcohol
Australia
Juego
España
tabaco y cannabis
Hungría
Alcohol
Reino Unido
MDMA (Extásis)
Internacional
28. Saklofske, Austin,
Galloway and Davidson,
2007
29. Foisy et al. , 2007ª
30. Foisy et al. , 2007b
31. Markey and Vander
Wal, 2007
32. Grisham, Steketee
and Frost, 2007
33. Parker, Taylor,
Eastabrook, Schell
And Wood, 2008
34. Besharat, 2008
35. Ghee and Johnson,
2008
36. Craig, Fisk,
Montgomery, Murphy
And Wareing, 2008
Canada
tabaco, alcohol, ilegal
sustancia
tabaco y Alcohol
Bélgica
Bélgica
USA
Alcohol
Alcohol
bulimia Nerviosa
No consta
Cleptomania
Canada
Juego y Internet
Iran
USA
Sustancias psicoactivas
Alcohol
Reino Unido
MDMA (Extásis)
Como se puede observar en este artículo que desde la década de los 90, han comenzado a
proliferar distintas investigaciones que tratan de poner en relación las adicciones y la Inteligencia
Emocional. En la tabla anterior no sólo se ocupan de adicciones a sustancias, sino que nos encontramos
con otro tipo de adicciones comportamentales cómo es la adicción a las compras, la adicción a internet
o la adicción al juego. Los resultados encontrados por Kun y Demetrovics concluyen que una
inteligencia Emocional más baja está relaciona con el fumar, el uso de alcohol y de otro tipo de drogas,
además son dos componentes de la inteligencia Emocional que desempeñan un papel clave desde el
punto de vista de las adicciones: el "desciframiento y diferenciación de las emociones" y la "regulación
de las emociones" (Kun y Demetrovics, 2010).
La inteligencia Emocional ha sido aplicada a diferentes contextos desde su aparición (a la
educación, al trabajo. . . ) pero es relativamente nueva su aplicación al campo de las adicciones y sobre
todo a la prevención de las mismas, pero ya han existido una cantidad de publicaciones y artículos,
que avalan su aplicación a este campo, por lo que se vuelve necesario estudiar la influencia que pueda
tener la misma a todo tipo de adicciones.
Los estudios son bastante alentadores en cuanto a la función de la inteligencia Emocional en
el proceso preventivo de las adicciones. Hasta el momento actual se han centrado en el tabaco y el
alcohol fundamentalmente, aunque algunos autores ya avanzan hipótesis en estudios de adicciones
en general, así como los relacionados con adicciones comportamentales (García del Castillo, García
del Castillo-López, Gárquez Pertusa, Marzo Campos, 2013). Por lo que debemos tener en cuenta que
se pueda aplicar a la prevención de las Dependencias Sentimentales o Afectivas, ya que si tenemos
en cuenta las características de la misma fomentando la inteligencia Emocional podría influir en la
prevención de las mismas.
En el tratamiento de las Dependencias Sentimentales o Afectivas es muy importante la
intervención a nivel psicosocial aparte de la intervención a nivel clínico, puesto que como se pueden
observar de las características de estas adicciones surgen a medida que nos relacionamos socialmente
lo que hace que el nivel psicosocial sea muy importante para la intervención en las mismas. Este nivel
psicosocial siguiendo a Moral y Sirvent (2014) se concreta en el entrenamiento en habilidades de
relación interpersonal, en destrezas socioafectivas y en habilidades intrapersonales como la
asertividad, así como en la aceptación de la identidad personal y psicosocial de las personas con
problemas sentimentales, y relacionales por extensión, con la superación optimizante de los conflictos
identitarios (identificación, ego rígido, ego débil) y el fortalecimiento de la autoestima.
Es decir, según los autores anteriormente citados en su propuesta de tratamiento de las
Dependencias Sentimentales se integran medidas psicoterapéuticas basadas en modelos de corte
cognitivo-conductual, con interés en mecanismos de reestructuración cognitiva, complementándose
con medidas de entrenamiento de tipo psicosocial como son:
-Mejorar las habilidades sociales
-Fortalecimiento de las competencias emocionales
-Optimización de los recursos de inteligencia emocional intrapersonales y desarrollo de
habilidades actitudinales de vinculación interpersonal en condiciones de igualdad.
Resulta de vital importancia en el tratamiento de las Dependencias Sentimentales el desarrollar
un buen nivel de inteligencia Emocional, puesto que esto servirá para que las personas que padecen
este tipo de dependencias desarrollen las habilidades y destrezas necesarias para superar este tipo
de dependencias.
Cómo hemos señalado anteriormente, el desarrollo de un nivel óptimo de Inteligencia
Emocional es muy importante dentro del tratamiento de estas Dependencias, por lo que podemos
pronosticar que si queremos prevenir la aparición de las mismas una buena forma sería procurando
que las personas desarrollen un buen nivel de la misma.
CONCLUSIÓN
En la problemática de las Dependencias Sentimentales se constata la importancia de unas
adecuadas habilidades, destrezas, recursos, competencias, etc. , a nivel emocional y afectivo. Si
recordamos la definición dada con anterioridad podemos denominar como inteligencia Emocional
"procesos de entrenamiento en adquisición y/o optimización de habilidades relacionales, estrategias
de comunicación y competencias emocionales". Este tipo de habilidades son necesarias para la
prevención de las adicciones, en concreto las dependencias sentimentales ya que si realizamos un
estudio de las mismas podemos observar cómo es muy importante en ellas el tratamiento del área
psicosocial.
La inteligencia Emocional nos ayudaría a identificar y regular nuestras emociones, algo que se
hace muy patente en todas las adicciones y más si nos referirnos a las Dependencias Sentimentales.
El tener niveles óptimos de inteligencia Emocional nos ayudará a la hora de saber diferenciar
correctamente nuestras emociones y sentimientos, por lo que es necesario manejar la Inteligencia
Emocional para el manejo de los sentimientos que existen en las Dependencias Sentimentales.
En general "podemos aceptar que un mayor autoconocimiento de nuestras emociones, la
identificación correcta de las vivencias emocionales de los demás, la regulación de nuestros estados
afectivos, el uso de las emociones para facilitar el pensamiento, etc. , son habilidades beneficiosas
para nuestro bienestar psicológico, ya que nos permite reducir la ansiedad, nos ayudan a superar
situaciones estresantes, nos capacitan para mejorar nuestras relaciones sociales y crecer
emocionalmente" (Orbest y Lizeretti, 2004, p. 24). Ya que con todo lo descrito y analizado con
anterioridad podríamos hipotetizar que el conocimiento de nuestras emociones nos ayuda a mejorar
en las relaciones sociales influyendo positivamente en la prevención de todas las adicciones y las
dependencias sentimentales en particular. Por lo que desarrollar unos niveles óptimos de Inteligencia
Emocional, se debería observar un protector para desarrollar unas relaciones sociales óptimas y que
no sean desadaptativas.
Los factores que convierten a una persona en un adicto son de tipo personal y social, así como
propios de la sustancia u objeto de la adicción, se puede encontrar la utilidad de la Inteligencia
Emocional en el campo de la prevención, promoviendo el manejo de las emociones incómodas o roles
y su reconducción hacia conductas más deseadas por el sujeto pudiendo suponer un cambio radical
en el estilo de afrontamiento de las situaciones difíciles, se evita la alternativa rápida y comprometida
del consumo de sustancias o adicciones de cualquier tipo (Sardiñas López, 2012).
La importancia de la inteligencia Emocional en los contextos de promoción y prevención de la
salud es más que evidente, esta disciplina ha demostrado ser un conjunto de variables importantes
que pueden explicar y/o modular las adicciones (García del Castillo, García del Castillo-López, Gárquez
Pertusa, Marzo Campos, 2013). Esta disciplina puede ser muy necesaria dentro del campo de la
prevención de las Dependencias Sentimentales, tal y como se puede extraer de toda la evidencia
empírica que relaciona esta disciplina con las adicciones en general.
Resultaría necesario seguir estudiando cómo puede influir la inteligencia Emocional en la
prevención de las Dependencias Sentimentales, debiendo desarrollarse investigaciones empíricas que
demuestren esta relación a nivel práctico. Esta disciplina que ya ha dado sus frutos en otros contextos
como es el educativo o en el ámbito laboral, debería ir más allá observándose su interés en la
prevención de este tipo de dependencias.
Una buena forma de poner este tipo de prevención
en práctica, sería mediante la inclusión de diferentes talleres de inteligencia Emocional desde edades
tempranas en los colegios y las escuelas. De esta manera podríamos fomentar que los jóvenes y
adolescentes estuvieran provistos de una serie de habilidades y destrezas, que les ayudaría para
posteriormente no desarrollar ningún tipo de Dependencia Sentimental. Puesto que "promover la
inteligencia Emocional desde edades tempranas es sin duda un factor protector frente a los problemas
de adicción" (Sardiñas López, 2012).
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