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El síndrome del cuidador de paciente Alzheimer. Estudio de un caso.

Autor/autores: Lismary Pedraza Durán
Fecha Publicación: 01/03/2009
Área temática: Neurocognitivos, Trastornos neurocognitivos .
Tipo de trabajo:  Conferencia

RESUMEN

La presente investigación se dedica al estudio de un caso diagnosticado con el síndrome del cuidador de paciente Alzheimer. Dicho síndrome se caracteriza por una respuesta inadecuada a un estrés emocional crónico cuyos rasgos principales son el agotamiento físico y/o psicológico.

Debe quedar claro que no necesariamente tiene que aparecer la sintomatología en todas aquellas personas que están al cuidado de este tipo de pacientes, pero sí debemos decir que se observa con una mayor incidencia en ellos dado el elevado tensionaje físico y psíquico que la enfermedad conlleva, puesto que es una situación nueva para el cuidador, para la cual no se encontraba preparado. Teniendo en cuenta el envejecimiento poblacional en nuestro país, consideramos de vital importancia este tipo de investigación puesto que el número de cuidadores será creciente en los años venideros.

Palabras clave: alzheimer


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"ESTUDIO DE CASO DE UN CUIDADOR DE PACIENTE ALZHEIMER".

NOMBRE: LIC. LISMARY PEDRAZA DURÁN.

lismarypd@uclv. edu. cu

INTRODUCCIÓN
Las proyecciones demográficas en el mundo indican un extraordinario ascenso
en la cantidad de ancianos Según cálculos de las Naciones Unidas, la población
total de ancianos se acerca a los quinientos noventa millones esperándose que
ascienda a mil cien millones en el año 2025. Esto ha traído como consecuencia
que no sólo el estudio del adulto mayor se incremente, sino también el estudio de
los cuidadores. Esta situación se agudiza si el anciano padece de alguna
enfermedad crónica que afecte su validismo y consecuentemente con esto,
sobrecargue el rol del cuidador.
Se sabe muy bien que la dedicación de cuidados a parientes es estresante y
puede afectar la salud del cuidador, los mismos sufren, más frecuentemente, que
otras personas de su misma edad, depresiones u otros trastornos emocionales
tales como ansiedad, tristeza, culpabilidad, autoculpabilidad o problemas
psicosomáticos. La incidencia de enfermedades crónicas también está
incrementada entre los cuidadores porque las exigencias físicas como la falta de
dormir, pueden afectar su salud, además de verse limitada su vida social,
vivenciando, en muchos de los casos, aislamiento y soledad.
El estrés acumulado mental, físico y social puede exigir demasiado de sus
capacidades de superación y afectar seriamente la calidad de vida del cuidador y,
por lo tanto, el bienestar de la persona afectada. Específicamente en el caso de la
enfermedad de Alzehimer, la ciudad de Santa Clara presenta un 25 % de
incidencia, lo cual ha incrementado, a su vez, la presencia de cuidadores y con
ello, las vivencias negativas que manifiestan.
En este sentido resulta de vital importancia el estudio del cuidador de paciente
Alzehimer, teniendo en cuenta las repercusiones nocivas que traen consigo la
sintomatología a su funcionamiento personal y a las interacciones que establece
en sus contextos de relación.
Para ello, en la presente investigación se realizó un estudio de caso con el
objetivo de realizar una exploración neuropsicológica y arribar a un diagnóstico
psicológico de las particularidades afectivas, cognitivas, conductuales y
psicopatológicas de un cuidador de paciente Alzehimer.
síndrome del Cuidador en paciente con Alzheimer.
El cuidador de paciente Alzehimer, vivencia una serie de síntomas asociados
con el estrés como enfadarse con el enfermo y con los demás, o con los

tratamientos que demuestran eficacia, apartarse de la vida social y actividades
placenteras, sentir ansiedad ante el futuro y el día a día, así como negar la
enfermedad. Por otra parte, padece de depresión por las cargas físicas y
emocionales que soporta y que afectan su capacidad y habilidades para
enfrentarse a los problemas y fatiga que impide completar las tareas diarias.
Además, existe falta de sueño, ocasionada por el exceso de preocupaciones,
irritabilidad y cambios de humor por el desgaste que padece que proporciona
reacciones negativas. Se manifiesta falta de concentración para realizar las tareas
habituales, problemas de salud físico y mental, y tristeza por la situación que se
encuentra vivenciando. Siente vergüenza por algunos comportamientos del
enfermo que supera hablando con otras personas con el mismo problema,
situación que se agudiza si el enfermo es su cónyuge, con sentimientos de
soledad. Estado que se agudiza con una marcada impotencia porque, a pesar de
sus esfuerzos, la enfermedad es progresiva.
El síndrome del cuidador se caracteriza por una respuesta inadecuada a un
estrés emocional crónico cuyos rasgos principales son el agotamiento físico y/o
psicológico. Debe quedar claro que no necesariamente tiene que aparecer la
sintomatología en todas aquellas personas que están al cuidado de este tipo de
pacientes, pero sí debemos decir que se observa con una mayor incidencia en
ellos dado el elevado tensionaje físico y psíquico que la enfermedad conlleva,
puesto que es una situación nueva para el cuidador, para la cual no se encontraba
preparado.
Algunas personas se ven abocadas en el síndrome del cuidador producto de su
nula formación en cuidados de salud, personalidad, temperamento o límite
tensional derivado de la carencia de apoyo.
El síndrome del cuidador, transita por diferentes fases, entre las que
encontramos:
Primera fase o estrés laboral: Situación que somete al cuidador a un
sobreesfuerzo físico con escasa o nula ayuda. No poseen tiempo libre propio,
viven "por y para" el paciente. Cansancio físico por nula respuesta a peticiones de
ayuda, demostración a sí mismo y los demás que puede solventar por sí solo la
situación. La duración de la fase es variable dependiendo de la capacidad de
respuesta del propio organismo. Al final se aprecia desesperanza y depresión.
Segunda fase o estrés afectivo: Derivada de la situación de carencia psicológica
de afecto o al menos comprensión de los que tiene cerca (a veces infundada, pero
en otras, lamentablemente real). Falta de reconocimiento físico y afectivo, por
parte de los demás, de los que hace correcto, lo cual anima los anima a continuar.
Entremezcla la sensación de no reconocimiento del paciente, aspecto que lo hiere.
Su duración, aunque variable, no es muy extensa.

Tercera fase o de inadecuación personal: Comienza a sufrir consecuencias
psicofísicas de un tipo de atención desmedida y sin ayuda (para el enfermo y para
él). Existe una mayor frecuencia de enfermedades físicas y psíquicas que portan:
se sienten constantemente fatigados, sobrecargas osteomusculares, úlceras
gástricas, cefaleas tensionales, insomnio, crisis de ansiedad, alteraciones
afectivas, incapacidad para concentrarse, entre otras.
Ocurre una paulatina frialdad afectiva respecto a las labores que antes ejercía
con mayor comprensión (el cuidador se autoreprende). Aparece el sentimiento de
culpa por primera vez, y no admite relajarse, se siente culpable y regresa cuanto
antes al paciente.
Cuarta fase o vacío personal: Derivada de la carencia física del paciente cuando
este ha fallecido, el espacio está vacío y vuelve a parecer la culpa. Se siente sin
motivos para seguir viviendo.
Un cuidador en situación de sindromizarse es una persona muy vulnerable que
requiere de ayuda profesional y familiar.


PRESENTACIÓN DEL CASO
Nombre: M
Apellidos: DR
Edad: 47 años
Sexo: Femenino
Procedencia: Urbana
Institución de Procedencia: Policlínico "Marta Abreu"
Centro de trabajo: CTC Municipal.
Grado escolar: Técnico Medio en Contabilidad
núcleo familiar: Compuesto por 6 personas: MDR, su esposo, dos hijos y padres.
Dirección de residencia: Callejón del Salado No 17. Entre B y Central. Reparto
Virginia.
diagnóstico dinámico: Paciente de 47 años de edad, con antecedentes de
tratamiento psicológico. Es comunicativa, imperativa, con tendencia a la
dependencia y rasgos de pesimismo; hija de padres divorciados, que desatienden
espiritualmente a MDR en su niñez y adolescencia, con un estilo educativo
inconsistente, autoritario y de rechazo por parte de la madre. Desde hace,
aproximadamente, 3 años ambos progenitores conviven con la paciente producto
del padecimiento de Alzehimer que sufre su papá. A partir de dicho evento
potencialmente psicopatógeno, MDR comienza a manifestar estados de malestar
subjetivo acompañados de alteraciones emocionales que comienzan a interferir en

su funcionamiento laboral fundamentalmente, tales como depresión, ansiedad,
preocupación, sentimiento de incapacidad para afrontar los problemas, de
planificar el futuro y de poder continuar con la situación presente, además de un
cierto grado de deterioro del cómo llevar a cabo la rutina diaria (la sintomatología
comienza al mes del evento). Esta situación influyó, de manera especial, en la
dinámica familiar de MDR.
diagnóstico nosológico: trastorno mixto ansioso ­ depresivo.
ANAMNESIS
MC: Sujeto que se dirige a la consulta de psicología por presentar en la actualidad
síntomas como ansiedad, que se manifiesta en la "necesidad de hablar mucho",
"deseos exacerbados de comer", "me dan muchos deseos de salir" y en el dormir,
"duermo con la boca apretada, y aunque me molesta duermo bien pero sueño
mucho". Además, manifiesta depresión, "muchas veces me dan deseos de
acostarme" y "me siento muy cansada casi siempre". Por otra parte refiere, "las
cosas de menos importancia se me olvidan" y "estoy muy distraída".
HEA: Paciente de 47 años de edad, con antecedentes de tratamiento psicológico.
Es comunicativa, imperativa, con tendencia a la dependencia y rasgos de
pesimismo; hija de padres divorciados, que desatienden espiritualmente a MDR en
su niñez y adolescencia, con un estilo educativo inadecuado por parte de la madre
especialmente. Desde hace, aproximadamente, 3 años ambos progenitores
conviven con la paciente producto del padecimiento de Alzehimer que sufre su
papá. A partir de dicho evento potencialmente psicopatógeno, MDR comienza a
manifestar estados de malestar subjetivo acompañados de alteraciones
emocionales que comienzan a interferir en su funcionamiento laboral
fundamentalmente, tales como depresión, ansiedad, preocupación, sentimiento de
incapacidad para afrontar los problemas, de planificar el futuro y de poder
continuar con la situación presente, además de un cierto grado de deterioro del
cómo lleva a cabo la rutina diaria (la sintomatología comienza al mes del evento).
Esta situación influyó, de manera especial, en la dinámica familiar de MDR.
APP: Padece hepicondinitis (en este sentido refiere, "me duelen mucho los
codos", "hago mucha fuerza con papi", etc. ), es tratada por la consulta de
Angiología, producto de la situación que presenta en las venas de su pierna
derecha. Desde hace dos años es diagnosticada con un trastorno mixto de
ansiedad ­ depresión.
APF:
Padre: padece de Alzehimer.
Abuela materna: diabética y fallece con Alzehimer.
Tía materna: débil visual e hipoacúsica.
Tío materno: padece de cáncer.
Tío materno: padece de Alzehimer, es hipoacúsico y débil visual.

AEP: Refiere que el embarazo de su madre fue normal y el parto distóxico (MDR
fue un macrofeto). El desarrollo psicomotor fue normal y logra el control de
esfínteres tempranamente. En la adolescencia es atendida por obesidad y padeció
de enuresis funcional.
PP: "Comunicativa, imperativa cuando siente que tiene la razón, dependiente,
indecisa en la toma de decisiones, presenta rasgos de pesimismo pero su familia
la incita a ser optimista. Cariñosa, sentimental pero a la vez fuerte. Por lo regular
presenta un estado de ánimo estable".
Historia escolar: Comenzó en la escuela normalmente y se adaptó bien. Su
rendimiento oscilaba entre bueno y regular. Repitió 4to grado por falta de maestra,
considera además, que en este acontecimiento influyó su situación familiar.
Comienza el técnico medio en Contabilidad sin orientación vocacional pero
posteriormente le gustó y se encaminó en este sentido.
Historia ocupacional: Al graduarse fue profesora. Obtuvo resultados relevantes
en este campo. Posteriormente trabajó en Comercio como tránsito para
incorporarse como contadora en Pecuaria (durante 3 años). Luego trabajó en la
Agricultura durante 9 años como capacitadora. Actualmente lleva 13 años
laborando en la CTC Municipal como financista. Se relaciona muy bien con sus
compañeras de trabajo y se siente a gusto con su desempeño profesional.
Historia familiar: Desde que nació, sus padres se encontraban divorciados, los
mismos, durante la niñez y adolescencia de MDR tuvieron varias reconciliaciones
sin fructificación, fue un matrimonio inestable. Durante sus primeros años de vida,
su papá la atendía muy bien, luego pasaba largos periodos de tiempo sin verla. La
paciente refiere que cuando sus padres tenían problemas, su mamá la maltrataba.
Caracteriza su infancia como infeliz.
Padres con un trato afectivo pobre hacia MDR, situación que la afecta
considerablemente y que se agrava teniendo en cuenta las peleas y las
discusiones que caracterizaban la relación de los mismos. Tiene dos hermanos.
Expresa que su mamá siempre sobreprotegió al menor de los hijos,
desatendiéndola junto con su hermano mayor. Padres que se caracterizan por un
estilo educativo inconsistente, autoritario y de rechazo, fundamentalmente por
parte de la madre.
Actualmente ambos padres conviven con ella y su familia. En su relación con la
mamá refiere que existen conflictos en la comunicación e incomprensión.
Situación que afecta la dinámica familiar.
Antiguamente su núcleo familiar lo constituían ella, su esposo y dos hijos. La
familia se caracterizaba por colegiar las decisiones entre todos los miembros. En
la toma de decisiones el rol fundamental lo desempeña el esposo, mientras que
ella asume otros roles también importantes en el funcionamiento familiar (por
ejemplo, la contabilidad de los recursos de la casa). Los límites son claros y

explícitos. La comunicación es horizontal, ya que la opinión de todos los miembros
es tomada en cuenta a la hora de tomar decisiones en el hogar. MDR califica los
lazos afectivos como muy positivos. Esta dinámica se mantiene entre los cuatro
mimbro de la familia, pero indiscutiblemente se ve afectada por la situación actual,
tanto por el cuidado del padre como por los conflictos manifiestos entre MDR y su
mamá.
Historia sexual: MDR califica su relación sexual dentro de los ámbitos normales.
Considera que su pareja se encuentra acorde con sus características
personológicas así como con sus intereses. Refiere que su esposo es un poco
celoso y que le gustaría que fuese más comunicativo.
Su primer parto fue distórciso con la implementación de fórces y el segundo
embarazo fue normal.
Su ciclo menstrual es normal, pero padece de menopausia prematura desde los
40 años sin pérdida de la menstruación, pero sí se encuentra vivenciando
afectaciones psicofisiológicas producto de la misma.
Hábitos tóxicos: Café.
METODOLOGÍA. En el presente estudio de caso se emplea el método clínico. Se
reconoce como principio fundamental la unidad de lo cuantitativo y lo cualitativo en
la interpretación de los resultados, a partir del análisis de diferentes técnicas y
pruebas realizadas en la búsqueda de la dinámica personológica, afectiva,
cognitiva, conductual y además desarrollar una exploración neuropsicológica.
Objetivo de las técnicas utilizada
entrevista al personal médico. Abordar características generales del
caso. Se trata de una entrevista semi-estructurada dirigida a conocer la
situación clínica del paciente y algunos elementos relacionados con su
pronóstico y la conducta a seguir. Además persigue profundizar en algunos
datos obtenidos de la revisión de la historia clínica de los mismos.
análisis psicológico de la historia clínica. Revelar los fenómenos
psicológicos, las posibles causas de las alteraciones, la evolución del
paciente y rasgos de la personalidad que sean significativos por su carácter
patologizante.
Exploración neuropsicológica.
Conversación Preliminar. Persigue los siguientes propósitos: 1-) Permitir
al investigador formarse una idea general del estado de la conciencia del
sujeto, de las peculiaridades de su personalidad, de la actitud hacia sí
mismo y hacia las situaciones de la vida. 2-) Posibilita detectar

dificultades o fenómenos patológicos que se manifiesten en el paciente y
que posteriormente se continuarán explorando en el proceso
investigativo.
Minimental Test. Realizar un análisis general del sujeto en cuanto a:
orientación autopsíquica y alopsíquica, determina cuán ubicado se
encuentra el paciente en cuanto al conocimiento de las situaciones que le
rodean, es decir en tiempo, en espacio y si se encuentra orientado hacia
sí mismo. También favorece el análisis de aspectos tales como: memoria,
atención, Comprensión del lenguaje, Cálculo, Ejecución de tareas.
Prueba de lateralidad. Conocer el hemisferio dominante, para ello se le
pidió: Ojo rector, Cruzamiento de brazos, Lanzamiento de la pelota,
Cruzamiento de los dedos, Fuerza manual y Golpear una pelota.
Exploración de las funciones cutáneo-cenestésicas: Aquí se realizaron
varios ejercicios uno dirigido al análisis de las formas más sencillas de
diferenciación táctil de la sensibilidad (aplicación de tres estímulos,
dolorosos, de temperatura y táctil, para que diferencie según la intensidad
del mismo, nombrar como 3 al más fuerte, 2 medio, 1 más débil). Otro de
los experimento consistió en analizar la información percibida y explorar
las funciones táctiles. Resultó la diferenciación de figuras y números en la
piel del paciente. Otra de las pruebas fue la aplicación de estímulos en el
antebrazo del paciente con los ojos cerrados. Además se exploró la
sensibilidad profunda al proponerle al paciente una posición determina de
su mano.
Exploración de las funciones audiomotrices y motrices de las manos:
Para ello se tuvo en cuenta las aptitudes musicales y el conocimiento
previo de la misma. En la esfera audiomotriz se utilizó la prueba de
ejecución de estructuras rítmicas. La realización de ritmos siguiendo un
ejemplo auditivo se presenta como una actividad compleja que posee una
singular composición. Supone un análisis auditivo de la estructura rítmica
propuesta y sufre siempre que las posibilidades auditivas están limitadas.
Además, el recifrado de la estructura auditiva percibida en una serie de
movimientos consecutivos. Si el análisis auditivo se ha conservado pero
la organización consecutiva de los actos motores más sencillos está
alterada esta prueba también presentará perturbaciones.
Por otra parte, se le pidió contar con una sola mano los dedos 2, 3, 4 y 5.
Después con la otra mano. Además se le aplica la prueba de Head. Nos
paramos frente al paciente y se le da una orden ejemplificándosela
inicialmente. Por ejemplo: levanta la mano izquierda, la derecha. La
demanda se va complejizando: con la mano izquierda debe tocarse la
oreja derecha y con la mano derecha tocarse el ojo izquierdo.
Posteriormente debe con la mano derecha tocarse el ojo izquierdo y con

la derecha la nariz, es decir, varias tareas a la vez. Se complejiza el
ejercicio pidiendo que no visualice.
Exploración de las funciones visuales: Se le presentan diversos objetos
que debe reconocer. Se le da un dibujo y se le pide que vaya
identificando los diferentes objetos. Se presentan imágenes superpuestas
o tachadas para que el sujeto las identifique. Se investiga la secuencia
(secuencia de tiempo, si es de día o de noche). Copiar figuras. Identificar
figuras de diferentes tamaños. Se analizan las funciones visuales
superiores al analizar la percepción visual de objetos.
Exploración de la memoria: El estudio de los procesos mnéstico es una
de las partes más elaboradas de la investigación clínico psicológica y
posee un significado especial para el análisis de las alteraciones
patológicas de los procesos psíquicos. Dentro de este estudio se exploró
el proceso de retención para lo que utilizamos la técnica de:
- Memorización de "Diez palabras". La técnica nos permite valorar el estado
de la memoria mediata e inmediata del sujeto a estudiar, la fatiga, la actividad de
la atención, el proceso de fijación de las huellas de lo percibido (una hora
después) así como la existencia de índices de organicidad.
Investigación de las funciones del pensamiento
- "Cuarto Excluido". Caracterizar el nivel del pensamiento de MDR. Consiste
en la presentación al sujeto de tarjetas que tienen cuatro objetos representados,
de tal manera que tres de ellos estén relacionados entre sí, mientras que el
cuarto resulta extraño en relación con los demás. El sujeto debe excluir el objeto
que no tiene relación con los demás y decir por qué lo excluye, mientras que
debe explicar que relación tienen los restantes. Al sujeto le mostramos las
tarjetas colocadas previamente en orden de dificultad crecientes. La exclusión
de los objetos presenta mayor exigencia con respecto a la fundamentación
lógica y a la confección de las generalizaciones, a la seriedad y precisión de las
formaciones.
Exploración de la esfera afectiva
- Completamiento de Frases (Rotter). Explorar los conflictos de MDR y a su
vez, inferir algunas de sus características personológicas, así como su esfera de
intereses, frustraciones, aspiraciones, temores, preocupaciones, etc.
- Autorreporte Vivencial. Determinar las vivencias más significativas que MDR ha
vivenciado en los últimos años y el acontecimiento con que se relacione la
misma. Esta prueba se utiliza como método complementario y forma parte del
sistema de metódicas empleadas para obtener el máximo de información de
nuestros pacientes.

- inventario de autoestima de Coopersmith. Este cuestionario fue elaborado por
Coopersmith a partir de estudios realizados en el área de la autoestima. Tiene
como objetivo conocer el nivel de autoestima de los individuos y está conformado
por 25 proposiciones (ítems) donde el sujeto debe responder de manera afirmativa
o negativa.
- inventario de Beck. Descripción: Este cuestionario fue creado por Beck,
Medelson y Erbaught, a partir de un estudio realizado con 300 pacientes de una
clínica psiquiátrica universitaria entre 1964 -1966. El mismo ha demostrado ser
efectivo para valorar la existencia y profundidad de la depresión.
- inventario de ansiedad Rasgo y Estado. (IDARE). Esta técnica es la versión al
español del State-Trait Ansity Inventary (STAI) de Spielberger (1975), la cual
constituyó su prueba para la investigación de dos dimensiones distintas de
ansiedad: la llamada ansiedad como rasgo y la llamada ansiedad como estado, en
sujetos adultos normales, es decir, sin síntomas psiquiátricos, aunque
posteriormente demostró ser útil en la medición de la ansiedad en estudiantes de
secundaria y bachillerato, así como en pacientes neuropsiquiátricos, médicos y
quirúrgicos.
- inventario de depresión rasgo y estado (IDERE). Se utiliza con el objetivo de
investigar de dos dimensiones distintas de depresión: la llamada depresión como
rasgo y la llamada depresión como estado, en sujetos adultos normales, es decir,
sin síntomas psiquiátricos.
- cuestionario de Estilos de Afrontamiento a la enfermedad. Este cuestionario
fue diseñado por M. Álvarez y colaboradores para investigar los estilos de
afrontamiento a la enfermedad más utilizados en pacientes con neoplasia de
mama. El mismo consta de 22 ítems que exponen algunas de las conductas más
usadas para enfrentar enfermedades por los pacientes, para lo cual se les pide
que indiquen aquellas que más usan en el presente (con una cruz) y cuáles
empleaban antes de enfermarse (con un círculo).
- Test de atención. (Toulouse). La técnica permite evaluar la atención así como
la capacidad de trabajo del sujeto.
- Test de evaluación del síndrome del cuidador. De Robinson B. C. Validation
of a Cariginer strain index. J. Gerontol. 1983; 83 (3): 344-8. Copyriht 1983 The
Gerontological Society of America. Caracterizar el estado actual de MDR, como
cuidadora de un paciente Alzehimer.
análisis Integral de los resultados.
Paciente de 47 años de edad con aspecto y talla normal que se dirige a la
consulta de psicología por presentar síntomas como ansiedad, que se manifiesta
en la "necesidad de hablar mucho", "deseos exacerbados de comer", "me dan
muchos deseos de salir" y en el dormir, "duermo con la boca apretada, y aunque

me molesta duermo bien pero sueño mucho". Además, manifiesta depresión,
"muchas veces me dan deseos de acostarme" y "me siento muy cansada casi
siempre". Por otra parte refiere, "las cosas de menos importancia se me olvidan" y
"estoy muy distraída".
Para comprender la dinámica del desarrollo de MDR, sus características
personológicas y sus manifestaciones conductuales; así como para hacer un
diagnóstico adecuado, consideramos preciso valorar los procesos internos de su
desarrollo y las condiciones externas. A partir de este presupuesto no solo
debemos orientarnos al estudio de sus contenidos y proceso psíquicos, sino
además a su vinculación y determinación a partir del estudio de los diversos
contextos interactivos en los que tiene lugar su desarrollo.
En este sentido resulta importante el análisis de la familia como red de apoyo
fundamental y por al inigualable carga afectiva que ella representa para MDR. Es
hija de padres divorciados, que desatienden espiritualmente a MDR en su niñez y
adolescencia, con un estilo educativo inconsistente y autoritario, además de
evidenciarse rechazo por parte de la madre.
Antiguamente su núcleo familiar lo constituían ella, su esposo y dos hijos, pero
actualmente ambos progenitores conviven en la casa. La familia se caracteriza por
colegiar las decisiones entre todos los miembros. En la toma de decisiones el rol
fundamental lo desempeña el esposo, mientras que ella asume otros roles
también importantes en el funcionamiento familiar (por ejemplo, la contabilidad de
los recursos de la casa). Los límites son claros y explícitos. La comunicación es
horizontal, ya que la opinión de todos los miembros es tomada en cuenta a la hora
de tomar decisiones en el hogar. Se evidencian lazos afectivos positivos.
A pesar de esto, podemos decir que existe una sobrecarga en el rol que
desempeña MDR en su dinámica familiar (rol de esposa, de madre, de cuidadora y
de ama de casa). No obstante, consideramos que esta situación, aunque conocida
por ella, es vivenciada como "normal", sin percatarse de las consecuencias
nocivas que trae consigo el fenómeno actual de la "super mujer", el mismo
aparece como un intento de asumir las nuevas responsabilidades, sin renunciar al
control y las ganancias secundarias que se reciben al ser dueña del hogar.
Actualmente la dinámica se mantiene entre los cuatro mimbro de la familia, pero
indiscutiblemente se ve afectada tanto, por el cuidado del padre, que desde hace
tres años padece de Alzehimer, como por los conflictos que se encuentran
manifiestos entre MDR y su mamá. Desde pequeña, dicha relación se caracterizó
por su escaso vínculo afectivo y relacional, además de un rechazo explícito por
parte de la mamá, situación que se mantiene en la actualidad.
A partir del evento potencialmente psicopatógeno, es decir, cuando su papá se
muda para la casa encontrándose en el tercer estadío de la enfermedad de
Alzehimer (etapa de franco deterioro, se pierden las funciones psíquicas y existe
aplanamiento afectivo fundamentalmente), MDR comienza a manifestar estados

de malestar subjetivo acompañados de alteraciones emocionales que comienzan
a interferir en su funcionamiento laboral fundamentalmente, lo cual provoca que
sea analizada por la Comisión Médica. Aemás comienza a vivenciar depresión,
ansiedad, preocupación, sentimiento de incapacidad para afrontar los problemas,
de planificar el futuro y de poder continuar con la situación presente, además de
un cierto grado de deterioro del cómo llevar a cabo la rutina diaria, situación que
influyó, de manera especial, en la dinámica familiar de MDR. La aparición de la
sintomatología comienza al mes del evento y no es hasta el cuarto mes que MDR
se dirige al psicólogo.
Teniendo en cuenta al análisis realizado del contexto familiar podemos decir que
el mismo contiene FPP que se encuentran actuando en el desarrollo actual de
MDR. En él se pueden observar varias actitudes potencialmente psicopatógenas
como resultan la existencia de relaciones tensas con la madre, un escaso vínculo
relacional y afectivo y el rechazo manifiesto por la misma hacia MDR. A esto se le
une el rol de cuidadora que MDR ha tenido que asumir con su papá.
Las relaciones con los demás miembros de su familia actúan como un factor de
resiliencia en MDR, ya que la familia constituye una fuente de motivación relevante
para su vida, además de que regula su comportamiento a partir de las
valoraciones y vivencias que se relacionen con la misma.
En relación con la esfera laboral podemos decir que, MDR es graduada de
Técnico Medio en Contabilidad. Durante todo este tiempo se había mantenido
activa laboralmente, aunque en la actualidad se encuentra desvinculada producto
de la necesidad que tiene de cuidar a su papá. Lleva 13 años laborando en la CTC
Municipal como financista. En este contexto, MDR se relaciona muy bien con sus
compañeras de trabajo y se siente a gusto con su desempeño profesional.
No obstante, la situación que actualmente está vivenciado MDR como cuidadora
de un paciente Alzehimer, la cual le imposibilita su reincorporación laboral, ha
provocado frustraciones e insatisfacciones en este aspecto de su vida, ya que la
misma no cuenta con el tiempo suficiente para satisfacer sus necesidades
laborales, de enriquecimiento personal y de interacciones grupales.
A pesar de esto, consideramos que MDR ha creado sus propios mecanismos de
defensa en relación con el tema, apoyándose en su red de apoyo más
significativa: la familia, la cual, a su vez, ha jugado un papel primordial en la
repercusión psicológico que ha traído consigo el cambio en su estilo de vida, a
pesar de que el evento psicopatógeno también ha repercutido en la familia en
sentido general.
Teniendo en cuenta las características de los distintos contextos de interacción
de MDR; podemos comprender sus características personológicas. Es
comunicativa, imperativa cuando siente que tiene la razón, dependiente, indecisa
en la toma de decisiones, presenta rasgos de pesimismo pero su familia la incita a

ser optimista. Es cariñosa, sentimental pero a la vez fuerte. Por lo regular presenta
un estado de ánimo estable.
En dependencia de los resultados obtenidos en la exploración de sus procesos
cognoscitivos podemos decir que, MDR no presenta dificultades la memoria
mediata ni inmediata, sino que sus mayores problemas residen en la memoria
involuntaria, lo cual puede estar asociado, fundamentalmente, a la sobrecarga
física y emocional que vivencia MDR en su rol de cuidadora de un paciente
Alzehimer. En este sentido, su dificultad reside en la reproducción del recuerdo.
En relación con su atención, las dificultades esenciales radican en la
distractibilidad que MDR manifiesta en sus interacciones, en nuestra consideración
esto ocurre producto de la fatiga y las tensiones que vivencia dada por su
situación familiar. Por otra parte, su pensamiento se caracteriza por limitadas en
las funciones de síntesis, abstracción y generalización, ya que MDR reduce sus
respuestas a la situación concreta, además de hacer alusión a sus experiencias.
En relación con los aspectos potencialmente generadores de alteraciones
psíquicas en MDR se ha de valorar el hecho de que padece hepicondinitis, es
tratada por la consulta de Angiología y que desde hace dos años es diagnosticada
con un trastorno mixto de ansiedad ­ depresión cuando comienza a vivenciar un
sintomatología florida producto del cuidado de su papá. A esto se le suma que la
misma es imperativa cuando siente que tiene la razón, dependiente, indecisa en la
toma de decisiones y que presenta rasgos de pesimismo.
No obstante, un elemento resiliente de la personalidad de MDR es el hecho de
que se comunica con facilidad, es cariñosa, es sentimental pero a la vez fuerte y
por lo regular presenta un estado de ánimo estable, lo cual favorece su tratamiento
y tributa positivamente en sus relaciones interpersonales.
Por otra parte, la exploración neuropsicológica, arrojó los siguientes resultados:







En las pruebas de lateralidad resultó ser dominancia derecha, siendo
francamente zurda.
No presentó dificultades en la orientación autopsíquica ni alopsíquica.
Tiene gran habilidad en las cuentas matemáticas, lo que está asociado a su
desempeño laboral como financista.
En el caso de las funciones visuales superiores no se encontraron
dificultades. Sus respuestas fueron correctas, reconoce figuras
superpuestas y tachadas, identifica los elementos en el dibujo y reconoce el
tamaño de las figuras. Los rasgos no presentan problemas a pesar del
deterioro visual, ya que para su desenvolvimiento en las pruebas necesita
de espejuelos.
No se manifiestan grandes dificultades en las funciones cutáneo ­
cenestésicas que indiquen afectaciones. Logra reconocer y diferenciar
objetos y números que se le indican en la mano. No presenta problemas en
la agudeza de la sensibilidad cutánea (dolorosa, de temperatura y táctil).



Sus mayores dificultades radican en la sensibilidad del antebrazo, ya que
no logra diferenciar los estímulos que se le presentan Se considera que las
dificultades cutáneo cenestésicas, no son suficientes como para
diagnosticar un daño sindrómico en este sentido. La investigación de la
sensibilidad profunda no arrojó problemas, ya que MDR fue capaz de
reproducir la posición dada a la extremidad.
Los motrices los realiza sin dificultades, no ocurriendo así cuando debe
repetir los sonidos musicales que se le indican. Lo anterior denota que
existen posibilidades auditivas limitadas ya que se evidenciaron dificultades
en el "cifrado" de las estructuras rítmicas percibidas y en los movimientos
consecutivos. Esto nos puede dar la medida de afectaciones en el
analizador auditivo, lo cual provoca un análisis insuficiente de la estructura
rítmica y como consecuencia de ello, los grupos de ritmos dados se
sobrestiman y se cambia su secuencia. No obstante, las dificultades son
pobres como para diagnosticar una lesión en los sectores temporales del
cerebro, ya que los problemas se manifestaban, fundamentalmente, en los
ritmos más complejos.

A partir del análisis hasta aquí realizado consideramos que MDR, en orden de
aparición, ha presentado los siguientes trastornos:
diagnóstico nosológico:
trastorno de adaptación: sintomatología que se presenta aproximadamente al
mes de comenzar el cuidado de su padre y persiste por más de seis meses.
MDR comienza a vivenciar malestar subjetivo acompañados de alteraciones
emocionales que interfirieron con su actividad social y que apareció ante la
presencia de un acontecimiento vital estresante (Comienza a cuidar a su papá,
anciano que padece de Alzehimer). trastorno que no habría aparecido sin la
presencia de dicho evento.
Las manifestaciones clínicas más importantes fueron: humor depresivo,
ansiedad, preocupación, sentimiento de incapacidad para afrontar los problemas,
de planificar el futuro o de poder continuar en la situación presente y un cierto
grado de deterioro del como se lleva a cabo la rutina diaria.
Teniendo en cuenta las características que asume el cuadro clínico y el tiempo
que se prolonga, MDR es diagnosticada con un trastorno mixto de ansiedad ­
depresión.
trastorno mixto de ansiedad ­ depresión: trastorno que se origina a partir
de un trastorno de adaptación. Se hace alusión a esta categoría por manifestarse
síntomas de ansiedad y de depresión, sin predominar claramente uno sobre el otro
con la intensidad suficiente como para justificar un diagnóstico por separado.

A la hora del diagnóstico de MDR, se tuvo en cuenta la presencia de síntomas
comunes en los trastornos de ansiedad y en los trastornos depresivos, tales como
alteraciones del sueño, alteraciones del apetito, dificultades en la concentración e
irritabilidad.
Actualmente se mantiene compensada, no evidenciando índices altos de
depresión y ansiedad como síntomas cardinales del trastorno mixto de ansiedad ­
depresión, lo cual nos habla a favor de que MDR no se encuentra vivenciando un
estadío ansioso - depresivo en este momento. Sin embargo se evidencia un
malestar subjetivo en cuento a los estados emocionales, lo cual está dado por el
hecho de encontrarse en un estrés mantenido por ser cuidadora de un paciente
Alzheimer.
En este sentido, consideramos que actualmente en MDR existe una prevalencia
de las características del síndrome del cuidador en pacientes con Alzehimer.
síndrome del cuidador en pacientes con Alzehimer: Los rasgos principales
resultan ser el agotamiento físico y/o psicológico. Además, MDR se encuentra
vivenciando una serie de síntomas asociados con el estrés, en este sentido,
padece de depresión por las cargas físicas y emocionales que soporta y que
afectan su capacidad y habilidades para enfrentarse a los problemas y fatiga que
impide completar las tareas diarias.
Además, presenta trastorno del sueño (Bruxismo), ocasionado por el exceso de
preocupaciones. Se manifiesta falta de concentración para realizar las tareas
habituales, problemas de salud físico y mental, y tristeza por la situación que se
encuentra vivenciando. Siente lástima y vergüenza por algunos comportamientos
de su papá que supera hablando con otras personas aún cuando no presenten su
mismo problema, estado que se agudiza con una marcada impotencia porque, a
pesar de sus esfuerzos, la enfermedad es progresiva.
MDR se encuentra en la tercera fase del síndrome del cuidador de un paciente
Alzehimer, en este estadío se comienzan a sufrir consecuencias psicofísicas de un
tipo de atención desmedida y sin ayuda (para el enfermo y para él). Existe una
mayor frecuencia de enfermedades físicas y psíquicas, se siente constantemente
fatigada, sobrecargada, con dolores osteomusculares, cefaleas tensionales,
bruxismo, crisis de ansiedad, alteraciones afectivas, incapacidad para
concentrarse, daños en la autoestima, entre otras.
Aparece el sentimiento de culpa por primera vez, y no admite relajarse, se siente
culpable y regresa cuanto antes al paciente.


RECOMENDACIONES
A partir del estudio realizado a MDR, cuidadora de un paciente con Alzehimer,
consideramos oportuno realizar las siguientes recomendaciones:



En su área de atención primaria (en la consulta de psicología del Policlínico
"Marta Abreu"), MDR debe ser objeto de atención individualizada con el
objetivo de aumentar los conocimientos que posee sobre su cuadro clínico,
así como mejorar su visión de los problemas futuros, mejorar las
habilidades prácticas y fomentar una actitud más tolerante como cuidador.
Además, debe ser preparada para las consecuencias prácticas, emotivas y
sociales del tema, enseñando lo que puede ocurrir y por qué.



En el caso específico de MDR, consideramos que resulta imprescindible
prepararla para la situación de duelo que deberá enfrentar en un futuro, ya
que la misma no cuenta con estrategias de afrontamiento efectivas para
esta situación



psicoterapia grupal con el objetivo de entrenarla en habilidades sociales y
la resolución de problemas ya sean internos (ej. decidir tomar más tiempo
por el bien de tu propia salud) o externos (ej. pedir apoyo a los amigos). Por
otra parte, se debe tener en cuenta que los cuidadores se benefician de su
participación en un grupo de las siguientes maneras:
- El grupo proporciona un entorno protector donde los cuidadores pueden
encontrar la aceptación y el apoyo de otros que comparten preocupaciones
parecidas. Pueden probar nuevas formas de superar las situaciones y
desarrollar nuevas estrategias para resolver sus problemas.
- El grupo de apoyo ofrece nuevos contactos y apoyos sociales, ayuda a los
cuidadores a superar su aislamiento y expande sus redes de apoyo
informal. Se desarrollan unas relaciones que pueden animar a los miembros
del grupo a buscar más contactos sociales fuera del grupo.
- El alivio emocional se deriva del intercambio con personas en situaciones
parecidas y de la consciencia de que los demás miembros también
padecen cargas y problemas parecidos en sus papeles de cuidador.
Aprenden los unos de los otros y encuentran el apoyo que necesitan para
resolver situaciones críticas. Además, toman conciencia de su autoestima al
darse cuenta de que tienen mucho que ofrecer y que sus conocimientos
son valorados, aceptados y apreciados por los demás.



Se recomienda que MDR asuma un nuevo estilo de vida en cuanto al
tiempo que debe dedicarse a sí misma, en este sentido recomendamos que
haga ejercicios, que cuando tenga oportunidad descanse, que realice
actividades que le resulten gratificantes como ver televisión, salir a pasear,
que se dedique tiempo para el realce de su apariencia física lo cual traerá
consigo un mayor bienestar psicológico. Para esto aconsejamos que se
apoye en su familia, red de apoyo fundamental en este sentido.



Se recomienda que procure realizar algunas actividades con familiares o
amigos, para poder disfrutar de su tiempo libre y un merecido descanso.

BIBLIOGRAFÍA
- CIE 10.
- Gutiérrez, J. A. comorbilidad depresión-ansiedad: aspectos clínicos. Revista
Electrónica de psiquiatría. Vol. 1, No 1. Revisar en: info@psiquiatria. com
- García, A. , M. (2003). psicopatología infantil. Su evaluación y diagnóstico. Ed:
Félix Varela. La Habana. Cuba.
- neurosis. monografía. com (Artículo)
- Nepomuceno, N. P. (2004). Comportamientos provocadores: El estrés del
cuidador de un enfermo de Alzehimer.
- Martínez, C. G. (2003). Salud familiar. Ed: Científico-Técnica. La Habana. Cuba.

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