La esquizofrenia es una problemática social si nos atenemos a los porcentajes que se difunden. El 1% es una cifra muy alta, pues no incluye a los enfermos que cursan el período prodrómico de la enfermedad. Cuando nos internamos en el abordaje de la problemática en Occidente se percibe un debate inconcluso entre distintas escuelas: unas priorizan los síntomas negativos y otras los positivos. Esto se trasunta en los sistemas clasificatorios como el DSM IV, que deja al período prodrómico fuera del diagnóstico. Los casos de violencia extrema que se produjeron en los últimos años en Argentina da cuenta que la sociedad no está preparada para detectarla y prevenirla.
Lo que presento en este trabajo es un análisis de la evolución l pensamiento esquizofrénico en el filósofo Federico Nietzsche. La vocación por la disolución del sí mismo, la pérdida de la capacidad asociativa, el autismo, la omnipotencia, la valorización del suicidio como forma de valorar la vida, la destrucción del otro como forma de construir la autoestima se expresan en las obras de la juventud. Zarathustra será el momento en que se plasma la escisión del sí mismo. Las cartas acompañan este proceso, manifestando a través de ella las depresiones y las alucinaciones auditivas y visuales. Jung y Spielrein por un lado, y por otro Guattari, Deleuze y Foucault supieron de la esquizofrenia de Nietzsche: desde distintos marcos teóricos e ideológicos los dos grupos le dieron a su esquizofrenia un sentido social y político.