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Estudio epidemiológico del consumo de drogas ilegales en el municipio Plaza.

Autor/autores: Concepción Pita Alcorta
Fecha Publicación: 01/03/2007
Área temática: Adictivos, Trastornos relacionados con sustancias y trastornos adictivos .
Tipo de trabajo:  Conferencia

RESUMEN

La drogodependencia constituye un fenómeno que propicia trastornos en el ámbito biológico, psicológico y social. Con el objetivo de caracterizar el comportamiento del uso indebido de drogas en personas vinculadas al consumo de estas sustancias, en el municipio Plaza de la Ciudad de la Habana, se realizó un estudio prospectivo, cuantitativo y cualitativo, cuya muestra incluyó 89 casos reportados por tarjeta de enfermedad de Declaración Obligatoria y por la policía, en el municipio Plaza, de los años 2000 al 2003. Se utilizó un cuestionario anónimo que se complementó con la realización de una entrevista semiestructurada.

Se pudo determinar que predominó el grupo de 20-29 años (41. 57%), masculinos (92. 13%), solteros (41. 57%), de nivel medio de escolaridad (71. 91%), desvinculados laboralmente (62. 92%, ) con altos ingresos económicos (50%) y con escasa información sobre el tema (100%). La principal droga consumida fue la marihuana(48. 31%), aunque predominó el policonsumo (80. 70%), fundamentalmente por adolescentes y jóvenes que se iniciaron a edades tan tempranas como entre los 12 y 15 años (50. 88%) con trastornos nerviosos y malas relaciones familiares, fumadores (79. 77%) y consumidores frecuentes de bebidas alcohólicas (53. 93%), que hacen un consumo ocasional (43. 86%) y preferentemente en casa de amigos (33. 33%), motivados por placer (43. 86%).

Palabras clave: drogodependencia, Cuba, la Habana, municipio Plaza


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Resumen

La drogodependencia constituye un fenómeno que propicia trastornos en el ámbito biológico, psicológico y social. Con el objetivo de caracterizar el comportamiento del uso indebido de drogas en personas vinculadas al consumo de estas sustancias, en el municipio Plaza de la Ciudad de la Habana, se realizó un estudio prospectivo, cuantitativo y cualitativo, cuya muestra incluyó 89 casos reportados por tarjeta de enfermedad de Declaración Obligatoria y por la policía, en el municipio Plaza, de los años 2000 al 2003. Se utilizó un cuestionario anónimo que se complementó con la realización de una entrevista semiestructurada. Se pudo determinar que predominó el grupo de 20-29 años (41. 57%), masculinos (92. 13%), solteros (41. 57%), de nivel medio de escolaridad (71. 91%), desvinculados laboralmente (62. 92%, ) con altos ingresos económicos (50%) y con escasa información sobre el tema (100%). La principal droga consumida fue la marihuana(48. 31%), aunque predominó el policonsumo (80. 70%), fundamentalmente por adolescentes y jóvenes que se iniciaron a edades tan tempranas como entre los 12 y 15 años (50. 88%) con trastornos nerviosos y malas relaciones familiares, fumadores (79. 77%) y consumidores frecuentes de bebidas alcohólicas (53. 93%), que hacen un consumo ocasional (43. 86%) y preferentemente en casa de amigos (33. 33%), motivados por placer (43. 86%).


Introducción

El abuso de sustancias, la drogodependencia o toxicomanía es un problema tan antiguo como la humanidad misma. En todas las culturas y en todas las épocas, en todos los estratos sociales se han utilizado sustancias variadas, capaces de producir modificación de la conciencia y de los estados afectivos y perceptivos. Unas veces como forma de evasión ante los problemas, en otros casos con fines lúdicos, festivos y también ligado a creencias religiosas y traumatúrgicas1, 2, 3.

Este fenómeno supone importantes alteraciones biológicas, psicológicas y sociales, además de sus consecuencias legales, las cuales se encuentran bien documentadas y a pesar de las advertencias de las mismas, un número significativo de personas se inician cada año en el uso de gran variedad de sustancias psicoactivas4, 5, 6.

Si valoramos el fenómeno en Estados Unidos de América, país de 280 millones de habitantes, prototipo del mundo desarrollado y seleccionado por la seriedad de sus estadísticas médicas, actualmente existen 20 millones de alcohólicos y la expectativa de que los nacidos hoy puedan presentar un alcoholismo, alcanza el 13, 7%, mientras que la de una adicción a substancias ilegales llega al 7%7, sin tomar en cuenta que según el último estudio del prestigioso National Institute on Drug Abuse (NIDA) el 38% de la población adulta actual ha probado alguna vez una droga ilegal y que esta cifra llega al 60% en los jóvenes entre 18 y 25 años, lo que expresa la tendencia al incremento del consumo de estas peligrosas substancias8.

La situación comparativa de América Latina cuya población duplica la norteamericana es también catastrófica, con la existencia actual de unos 40 millones de alcohólicos (prácticamente igual proporción) y cifras sólo discretamente menores en lo relativo a substancias ilegales, pero mayores en lo que respecta a otras substancias, con la notable desventaja implícita en la alta prevalencia de trastornos cerebrales crónicos como secuelas de las carencias en los Sistemas de Salud, y en la consecuente mayor vulnerabilidad determinante de los famosos síndromes de Dr. Jekill Mr. Hyde expresados por violencia extrema bajo la influencia de tóxicos9.

Aun cuando nuestro medio es mucho más protegido que el existente en otros países, el aumento masivo del turismo, la inversión del capital extranjero, el elevado poder adquisitivo alcanzado por algunos sectores sociales, hacen que surjan y se creen nuevos peligros, condicionando a nuestra isla como una plaza de marcado interés para los narcotraficantes 10 la utilización de drogas ilegales es un fenómeno reciente y todavía de baja prevalencia aunque en modo alguno despreciable en un país que considera la salud como un derecho del Pueblo y es responsabilidad priorizada del estado y que pese a sus serias limitaciones económicas goza de la mayor cifra proporcional de médicos a nivel mundial. Cuenta además, con un Sistema Único de Salud, actualmente centrado en el médico de familia y con una definida orientación preventivo promocional mantenida por más de 42 años11.

Cuba mantiene una posición vertical y de principios en el enfrentamiento de esta situación. Se trabaja sobre bases científicas y se enfoca la problemática desde el punto de vista del trabajo social y con la familia12, teniendo en cuenta que para obtener resultados verdaderamente favorables en esta lucha se deben implicar no solo los técnicos y profesionales de la salud, sino también la población en general y los sectores relacionados con esta problemática (MINED, MINJUS, MES, MININT, etc. ) 13.

Nuestro granito de arena en esta lucha es la realización de un trabajo donde se pueda describir el perfil epidemiológico de los consumidores de drogas ilegales del municipio Plaza de la Revolución y la creación de un plan de intervención comunitario, a partir de los resultados que arroje nuestro estudio, con el objetivo de poder hacer inferencias generalizadoras que a su vez constituyan motivación para futuras investigaciones, muy necesarias para conocer y modificar un fenómeno con el cual, la más minúscula pérdida de tiempo en su lucha puede significar un complejo y dramático problema social, así como dirigir específicamente el trabajo de prevención de acuerdo a las particularidades de nuestro municipio.


Objetivos

OBJETIVO GENERAL: Caracterizar el comportamiento del uso indebido de drogas en personas vinculadas al consumo de estas sustancias, en el municipio Plaza de la Revolución.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS: 

1. Describir las variables sociodemográficas (edad, sexo, estado civil, escolaridad y ocupación) que se asocian con más frecuencia al uso indebido de drogas.

2. Identificar los factores de riesgo en el ámbito comunitario, familiar e individual que favorecen el uso indebido de drogas.

3. Identificar el área de salud más afectada de acuerdo a los casos estudiados.

4. Describir diferencias y similitudes en cuanto a factores de riesgo encontrados en las diferentes áreas de salud del municipio.

5. Identificar los tipos de droga que más se consumen.

6. Identificar los espacios, lugares y circunstancias más frecuentes en que se realiza el uso indebido de drogas.

7. Describirlas motivaciones y la edad de iniciación en el consumo.

8. Relacionar ingresos económicos con el uso indebido de drogas.


Metodología

Se realizó un estudio prospectivo, cuantitativo y cualitativo, cuyo universo incluyó todos los casos reportados por tarjeta de enfermedad de Declaración Obligatoria (EDO) y por el Departamento Técnico de Investigaciones (DTI), en el municipio Plaza, durante los años desde el 2000 hasta el 2003. Los integrantes de la muestra fueron aquellas personas que cumplieron los siguientes criterios de inclusión:

1. Reportado por EDO o DTI en los años 2000 al 2003.

2. Residentes actuales del municipio Plaza.

Criterios de exclusión:

1. Presencia de síntomas de intoxicación aguda en el momento de la entrevista.

2. Funcionamiento psicótico, en el momento de la entrevista.

3. Reclusos.

4. Personas que se negaron a participar en el estudio.

5. Personas que se encontraban de tránsito en otro municipio.

Nuestro universo estuvo constituido por 247 casos, 166 reportados por el DTI y 81 reportados por tarjeta de EDO, de ellos:

· 18 coincidían en ambas listas.
· 15 se encontraban de tránsito en otro municipio.
· 6 estaban fuera del municipio por permuta o salida del país.
· 10 estaban reclusos.
· 33 no se encontraron por los datos del reporte.
· 76 se negaron a llenar la encuesta.

Por tanto nuestra muestra estuvo constituida por 89 personas.  

Para este estudio, se aplicaron 2 técnicas, una cuantitativa, que consistió en la aplicación de una encuesta (Anexo 1), y otra cualitativa, que fue una 
entrevista semiestructurada. La encuesta recogió las variables sociodemográficas y factores de riesgos individuales, familiares y comunitarios, asociados al consumo.

La entrevista semiestructurada, se aplicó, para a través de preguntas abiertas, abordar la valoración subjetiva que tienen las personas seleccionadas para el estudio, con relación al consumo de drogas y para profundizar en otros conocimientos en relación con el tema. Para ello se elaboró una guía de temas (Anexo 2), que fue revisada y aprobada por criterios de expertos.  

A los integrantes de la muestra se les explicó el objetivo de la investigación y se les pidió el consentimiento verbalmente. En los casos atendidos en la consulta de adicciones del Centro Comunitario de Salud Mental de Plaza, la entrevista y encuesta fueron aplicadas por los miembros de este equipo y autores del proyecto. En el resto de los casos, se efectuó por los médicos de familia correspondientes, previo entrenamiento, para el desarrollo de la investigación.

Se elaboró además, un Programa de Intervención Comunitaria, cuyos pilares básicos de actuación, estuvieron dados en las actividades de promoción, prevención, atención y rehabilitación.

VARIABLES ESTUDIADAS:

· Área de salud
· Edad y sexo
· Estado civil del encuestado y de sus padres
· Nivel escolar vencido
· Ocupación
· Índice de hacinamiento
· Ingresos mensuales
· hábito de fumar del encuestado, sus padres y profesores
· Consumo de alcohol del encuestado y sus padres
· Sustancias psicoactivas consumidas
· Patrón de consumo
· Combinación de otras drogas y alcohol
· Edad de inicio en el consumo
· Motivaciones para el consumo
· Lugares de consumo
· Vía de adquisición de la droga
· Influencia familiar
· Información sobre el tema
· Factores comunitarios favorecedores del consumo
· Factores que impiden la búsqueda de ayuda médica
· Recomendaciones para evitar el consumo
· Conocimiento de los lugares de asistencia

DEFINICIONES OPERACIONALES DE TÉRMINOS:

Índice de hacinamiento: 

Se consideró hacinamiento, cuando el resultado de la división del número de habitantes entre el número de cuartos de la vivienda era mayor que 2.

Ingresos mensuales:

Altos: Mayor de 300 pesos.
Medios: Entre 101 y 299 pesos.
Bajos: Menores de 100 pesos.

Es importante señalar que la tabulación de los resultados se hizo primeramente por área de salud, con el propósito de dar cumplimiento al objetivo número 4 de nuestro trabajo, que plantea la identificación de diferencias y similitudes en cuanto a factores de riesgo entre los diferentes policlínicos, posteriormente y luego de percatarnos que no habían diferencias significativas, se realizó el computo total.

Para el tratamiento estadístico de la información se utilizaron números absolutos y porcientos, condicionados por el tamaño de la muestra y el carácter de la investigación. Se presentó la información en tablas y gráficos, la cual fue procesada en Microsoft Excel para Windows XP.

Se discutieron los resultados obtenidos arribando a conclusiones y recomendaciones.


Análisis y discusión de los resultados

En la tabla número 1 aparece la distribución de los pacientes por área de salud, sexo y edad, donde se observa un predominio del grupo de edades comprendidas entre los 20 y los 29 años (41. 57%), seguido por el de 16 a 19 (33. 71%), que representan el 75. 28% del total de casos encuestados. Estos resultados se corresponden con numerosos estudios reportados por otros autores14-21.  

Los adolescentes y los llamados “adultos jóvenes”, poseen características generales que se traducen en una serie de comportamientos, que algunos autores denominan conductas perturbadoras, que pueden generar dificultades en las relaciones interpersonales con figuras parentales, adultos vinculados al ejercicio de la autoridad y/o paraiguales pero que no forman parte de ningún desorden mental15, 22, 23.

Se describen características típicas del adolescente de tipo biológicas, psicológicas y sociales, que los hacen especialmente vulnerables. Dentro de las características biológicas se describen:

· Particularidades del desarrollo y crecimiento. · Demandas nutricionales aumentadas. · Capacidad de intimar sexualmente. · Capacidad reproductiva.

Dentro de las psicológicas:

· pensamiento abstracto. · Busca de autonomía emocional. · Define vocaciones. · Modificación de las relaciones interpersonales. · Transforma escala de valores. · Ensaya nuevos roles.

Y entre las sociales:

· pérdida de su estatus infantil. · Búsqueda del rol social y laboral. · Tendencia grupal. · Mantiene situación de dependencia.

La etiología de las toxicomanías no está completamente definida, no obstante, existe un consenso de la comunidad científica internacional, que la considera multifactorial e incluye entre otros factores: vulnerabilidad genética, estresores sociales, problemas psiquiátricos y características individuales de la personalidad. Esta realidad nos permite valorar que la etiología de estos trastornos está condicionada por factores BIO-PSICO-SOCIALES10, 23, 24.

Diversos estudios en gemelos, en familias y en niños adoptados muestran una fuerte tendencia genética en niños y adolescentes toxicómanos, comprobada por la mayor incidencia de estos trastornos entre los familiares biológicos y en gemelos monocigóticos. Se ha comprobado la asociación del alelo A-1 receptor de la dopamina D2 con el alcoholismo.  

Frecuentemente los problemas de conducta en la adolescencia, tales como la rebeldía, los pobres resultados académicos, la delincuencia y la actividad criminal, predeterminan el inicio del uso de sustancias psicoactivas.

También los rasgos de personalidad tales como pobre autoestima, ansiedad, depresión, falta de autocontrol, predisposición hacia la inconformidad y sobre-independencia son factores a tener en cuenta.

Se identifican factores sociales que influyen como son:

· Residir en grandes medios urbanos. · Desarrollarse en áreas de alto índice de criminalidad y delincuencia. · Conceptos éticos débiles o ausentes. · Acceso al alcohol y/o droga. · Medios masivos de comunicación, publicidad, radio y televisión, estimulan en ocasiones el uso de drogas

El ser humano posee mecanismos o factores que lo protegen o no de la posibilidad de desarrollar alteraciones en su funcionamiento biopsicosocial y mantener o romper su equilibrio salud-enfermedad. Estos mecanismos se denominan factores protectores y factores de riesgo.

Denominamos factores de riesgo a circunstancias o eventos de naturaleza biológica, psicológica o social que favorecen la posibilidad de que se produzca un problema10, 14-16.

Estos factores pueden ser individuales como:

· Tendencia secular( maduración sexual temprana) · Pobre motivación y rendimiento escolar. · Trastornos por Déficit de atención (TDA). · Pobre autoestima. · Autocontrol deficiente o ausente. · Maltrato. · Limitaciones físicas o mentales.

Educacionales

· Conductas correctivas no consecuentes a etapas del desarrollo. · Pobre conocimiento de los profesores, profesionales de la salud y adultos en general sobre la adolescencia.

Familiares y sociales, que a su vez se subdividen en los relacionados con:

· La organización familiar 1. Hogares incompletos o monoparentales. 2. Roles parentales asumidos por nuevas parejas con las que hay conflictos. 3. Padres ausentes. · El funcionamiento familiar 1. Roles parentales no bien definidos. 2. persistencia de roles tradicionales. 3. desorientación de los padres en modas y comportamiento de los adolescentes. 4. ausencia de valores positivos. 5. mal manejo familiar. 6. Maltrato. 7. Madre adolescente. 8. Clase social baja. 9. Abuso de sustancias en la familia. 10. Enfermedades mentales en los padres. 11. Familias ampliadas. 12. Conflictos familiares.

Se consideran factores protectores a aquellas características personales que le facilitan al individuo evitar el desarrollo de manifestaciones psicopatológicas a pesar de estar sometido a factores nosógenos provenientes del medio familiar.

· Resiliencia alta (Capacidad humana para hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas y salir de ellas fortalecido o incluso transformado).

· Familia contenedora con buenas relaciones interpersonales.

· Satisfactorio nivel educacional en general y de salud en particular.

· Buen saneamiento ambiental.

· Acceso a recreación sana y oportunidad de emplear positivamente el tiempo libre.

· Amigos sin conductas de riesgo.

· autoestima alta.

· Proyecto de vida elaborado y deseado.

· habilidad para comunicarse.

· Poseer flexibilidad en las características de personalidad.

· Poseer un humor positivo, determinado por la capacidad de reír.

En los siete casos encontrados en el grupo de 40-49 años, se trata de dependientes a las benzodiacepinas. Con excepción de las sustancias adictivas de uso legal (tabaco y alcohol), los psicofármacos representan la categoría de compuestos cuyo abuso implica el mayor número de usuarios, no obstante la demanda de tratamiento para este tipo de trastorno no se corresponde con la prevalencia del problema en la comunidad. Esta desproporción se explica porque el estado de dependencia causado por ansiolíticos e hipnóticos es, comparativamente, menos dramático que el de otras drogas y porque los sujetos afectados no se reconocen como adictos ni son fácilmente reconocibles por sus familiares; debemos añadir la facilidad con que se pueden obtener y, por lo tanto, la posibilidad de mantener una dependencia sin interrupción por muchos años. El perfil del consumidor coincide con personas de edad media y fundamentalmente mujeres25.


En relación al sexo hay un predominio amplio del masculino, representado por el 88. 76% de los casos, este dato también coincide con los resultados reportados por otros autores 10, 17-21, 26, 27, -29, 34, 36, 37, y aunque existen en nuestra sociedad las mismas posibilidades para ambos sexos, de forma general, el hombre lleva una vida social más activa y comienza a participar desde edades más tempranas en actividades festivas y reuniones en grupos donde se consumen bebidas alcohólicas y se prueban también otras sustancias psicoactivas, siendo su conducta menos cuestionada, por la idiosincrasia “machista” de la población cubana.

Las áreas de salud más afectadas en el estudio resultaron ser los policlínicos Héroes del Moncada (26. 97%) y Héroes del Corynthia (24. 72%), teniendo en cuenta que el municipio Plaza es una zona de gran actividad comercial y turística, era de esperar que no se encontraran diferencias significativas, sin embargo se pudo observar que en zonas como la del policlínico Rampa existe un reporte bajo de casos, cuestión algo contradictoria, si se tiene en cuenta su ubicación geográfica. Esto puede estar en relación con la cercanía de estos dos policlínicos al CCSM, que es donde se atienden voluntariamente muchos de estos pacientes.

 




En cuanto al estado civil (tabla No 2), el primer lugar lo ocuparon los solteros (41. 57%), cuestión dada por el predominio de adolescentes y adultos 
Jóvenes, que coincide con que son los que disponen de más tiempo libre, otros autores también reportan estos resultados 10, 21, 28, 36.

 




El nivel de escolaridad (tabla No 3) es otra variable que también está muy influenciada por la edad que predomina. El técnico medio representa el 41. 57% de los casos y la secundaria el 30. 34%, de forma general el nivel medio prevalece, dado por la edad predominante así como por la menor incidencia del fenómeno en personas con un alto nivel cultural. En estudios realizados en nuestro país se encontraron similares resultados 10, 17, 37, sin embargo en otros países hay un número importante de adolescentes que no tienen ni siquiera la primaria concluida, 38, 40-42.

 




Los desvinculados (tabla No 4) constituyeron el 58. 43% de los encuestados, por lo que es obvio el factor de riesgo que implica la desvinculación del estudio y el trabajo para el consumo de sustancias psicoactivas, este aspecto también ha sido corroborado por otros autores 28, 35-37.

 




En cuanto al índice de hacinamiento (Tabla No 5) solo encontramos viviendas hacinadas en el 38. 20% de los casos por lo que se infiere que se trata de familias con buena solvencia económica. No se reporta nada al respecto en la literatura revisada para poder comparar este resultado.

 




En relación al estado civil de los padres (tabla No 6) aunque predominan los casados con un 43. 82%, existe un alto número de divorciados 29. 21%, situación esta que se sabe puede influir de forma negativa en el comportamiento de los adolescentes, llevándolos al consumo de estas sustancias, quizás por evadir problemas o desafiar la autoridad, en otras investigaciones han sido los padres divorciados los predominantes 10, 17, 28.

 




Los ingresos económicos altos (más de 300 pesos) (tabla No 7) predominaron en el 50. 55% de los casos, teniendo en cuenta que se trata mayoritariamente de adolescentes y jóvenes en su mayoría desvinculados, se puede inferir que utilizan vías ilegales para subsistir o que el dinero les es entregado por la familia, lo que confirma una vez más que no se debe poner cantidades excesivas de dinero en manos de jóvenes que no tienen la responsabilidad suficiente para darle el uso adecuado, por lo que de hecho se convierte en un factor de riesgo.

 




La tabla No 8 nos muestra la alta incidencia de trastornos nerviosos, en primer lugar la ansiedad (76. 40%) y en segundo la depresión (49. 44%), otros estudios10, 17, 36, 38 han arrojado estos mismos trastornos como los más frecuentes, ya que pertenecen a los factores psicológicos considerados de riesgo para el consumo de sustancias psicoactivas23, 24 y que ya mencionamos con anterioridad.

 




En cuanto a la incidencia de hábitos tóxicos en los encuestados, la tabla No 9 muestra que el 79. 77% fuma a diario y el 53. 93% ingiere bebidas alcohólicas habitualmente.

 

 




En relación a los padres (Tabla No 10) resultaron ser bebedores el 62. 92%, y el 68. 53% son fumadores. En los profesores no se encontraron niveles significativos de tabaquismo.

 

La vulnerabilidad genética es un factor que pudo estar presente en los encuestados consumidores con antecedentes de familiares alcohólicos, lo que unido a las alteraciones de la dinámica familiar que esto produce, desencadenaron el consumo de drogas10.

Es importante destacar que el tabaco y el alcohol constituyen drogas porteras para el consumo de otras sustancias de tipo ilegal. A través de sus efectos sobre los canales de calcio, los neurotransmisores, los neuromoduladores y los centros límbicos de gratificación y alerta, desde el punto de vista psicológico se produce una actitud de tolerancia pasiva ante cualquier sustancia nociva y esclavizante. Principalmente el alcohol en el ámbito social determina consecuencias personales, familiares y laborales de las que el consumidor tratará de evadirse con sustancias “más potentes”, y en el plano espiritual el alcoholismo determina un deterioro de los más altos valores con la consecuente marginación y vinculación a personas con politoxicomanías 17, 28, 39-42.  

En la tabla No 11, se muestran los medicamentos y drogas que han sido utilizadas por los encuestados en algún momento. En primer lugar coincidiendo con el resto de la literatura revisada10, 17, 18, 26, 28, 29, 35, 36, 43, 44, 54, se encuentra la marihuana con un 48. 31%, asociado a la creencia errónea en la población de que es una droga “blanda”, que produce menos efectos dañinos incluso que el tabaco; es la de más fácil acceso por su precio más barato, además de no depender necesariamente de su importación, así como por el desconocimiento de que puede constituir el principio de una escalada hacia drogas más potentes. Le sigue el parkisonil con 41. 57%, resultado que no se correspondió con los estudios revisados, se trata de un medicamento que en algún momento fue de relativamente fácil acceso y de bajo costo, además el hecho de utilizarse con fines médicos puede darle cierto falso grado de seguridad sobre las consecuencias del consumo. El tercer lugar fue ocupado por el crack con un 19. 10%, de consumo esta sustancia que no es más que una variedad de consumo de la cocaína es extremadamente peligrosa por cuanto tiene efectos inmediatos, muy intensos y provoca una dependencia psicológica tan esclavizante que resulta casi imposible abandonar su consumo una vez que se ha probado varias veces, eso explica en parte por qué ocupa este lugar. El 35. 95% de los casos negó haber consumido alguna droga, el tema del consumo de drogas en los cubanos es aún muy controvertido, con grandes prejuicios donde resulta difícil la confesión del consumo, sin embargo teniendo en cuenta los criterios de toma de la muestra es posible que este no sea del todo verídico.

 




El 80. 70% de los que confesaron haber consumido medicamentos o drogas con fines de drogarse son policonsumidores (Tabla No 12). Este comportamiento, es característico de un medio como el nuestro donde el consumo es incipiente, existiendo control por parte de los organismos competentes, que impiden el fácil acceso a la droga, lo que conlleva a que los jóvenes utilicen cualquier sustancia que sea capaz de provocarles cambios en su estado de ánimo, que constituye su móvil fundamental55. El mecanismo portero que tienen estas sustancias, también puede influir en que pasen fácilmente de una a otra.

 




El 43. 86% (tabla No 13) consume estas sustancias ocasionalmente, el 31. 58% las ha consumido una sola vez o escasas veces para experimentar y no ha vuelto a consumir, el 15. 79% las consume a diario y el 8. 77% varias veces en el día. Teniendo en cuenta que las dos más consumidas no son las que más poder adiptógeno tienen, se entiende que los dependientes sean la menor parte de los casos. El consumo ocasional ha prevalecido en otros trabajos 10, 17, 35.

 




La combinación de las drogas con las bebidas alcohólicas (tablado 14) de manera habitual, la realizan el 56. 14% de ellos y de forma ocasional el 35. 08%, resultados semejantes han tenido otros autores 10, 17, 19, 20, 35, 51, 23-25, 30. Una vez más se pone de manifiesto la acción de droga portera y modelo del alcohol, al poder conducir a situaciones similares a las determinadas por otras drogas, así como potenciar los efectos de las mismas 43, 53, 46, 47, 48.

 




La tabla No 15 nos muestra que el 50. 88% de los pacientes inicia el consumo entre los 12 y 15 años de edad y el 85. 88% lo hace antes de los 20 años, es decir que se comienza en una etapa muy temprana de la vida, que se caracteriza por la imitación, la curiosidad, la experimentación y en la misma influyen una serie de elementos que constituyen un alto riesgo al consumo de sustancias, tales como la búsqueda de sensaciones, el consumo de sustancias por los padres, los amigos consumidores, la actitud liberal hacia el consumo e inicio del mismo, entre otros20, 29, 31, 32.

 




La motivación más frecuente para el consumo (tabla No 16) fue la obtención de placer. Esta vía hedónica es frecuente en sujetos disociales y en jóvenes procedentes de medios familiares económicamente holgados y por error habituados a la satisfacción excesiva de sus necesidades de recreación. Debe destacarse que este placer artificial que solo dura unos minutos, muchas veces se canjea por el sufrimiento del resto de la vida del consumidor y sus seres queridos en “un negocio realmente muy malo” donde se muestra la ingenuidad de sus victimas47. El segundo lugar en cuanto a motivaciones correspondió a la curiosidad, el embullo y evadir problemas, dado por las características propias del adolescente ya descritas. Este resultado también coincide con la literatura 10, 17, 35, 55.

Se describe que generalmente los adolescente pueden consumir drogas por diversas razones como son el buscar un camino fácil y rápido para sentirse bien, para reducir trastornos emocionales, para ayudar a modificar sentimientos displacenteros, como un modo de ganar aceptación entre paraiguales, para mitigar la tensión y el estrés, aliviar la depresión y ayudar a hacer frente a las presiones de la vida10.

 




Los lugares de consumo más frecuentes (Tabla No 17) fueron la casa de los amigos (33. 33%) y su propia casa (21. 05%), encontrándose en menor cuantía los parques y otros. Existen coincidencias con otros estudios similares realizados en nuestro país10, 17, 28, a diferencia de otros países que reportan la escuela como el lugar donde más se consumen drogas20, 53.

 




La forma de adquirir las drogas (Tabla No 18) es mayoritariamente a través de amigos (54. 39%) o conocidos (33. 33%), vía razonable teniendo en cuenta el carácter ilícito del tráfico de drogas. Es importante señalar que en ninguno de los casos es adquirida a través de los padres o los profesores.

 




La influencia familiar negativa (Tabla No 19) fue notable en estos jóvenes. Se conoce que la existencia de una vida familiar satisfactoria es un factor protector para el consumo de drogas y que las disfunciones familiares actúan como factor de riesgo para el uso de las mismas, como se demuestra en este trabajo y en otros10, 17, 28. Entre los problemas más frecuentes se encontraron las discusiones familiares (73. 68%), la carencia de vínculo afectivo (49. 12%) y el alcoholismo familiar (62. 92%), factores que concomitan en gran parte de los casos.

 




Llama mucho la atención que la información que tienen los encuestados con relación a las drogas es escasa y no profesional en el 100% de los casos, haciéndose eco en muchas ocasiones de los efectos medicinales de la marihuana, así como de la legalización de su consumo en Holanda.

Si bien es cierto que se han probado los efectos beneficiosos de la planta en el caso del tratamiento del dolor crónico, los vómitos y la anorexia en pacientes portadores de cáncer y SIDA, así como para aliviar los espasmos dolorosos de los enfermos con esclerosis múltiple y reducir los tics físicos o verbales en personas con el síndrome de Tourette33, no existen en la actualidad los suficientes ensayos clínicos que muestren la relación riesgo-beneficio con el uso de esta sustancia. Tan es así que el resto del mundo no ha aprobado su utilización con fines médicos, teniendo en cuenta que produce efectos dañinos tales como42.

· Afecta la vida sexual masculina, por su efecto bloqueador de la erección.
· Afecta la movilidad e información genética de los espermatozoides, produciendo malformaciones corporales y del comportamiento en hijos de consumidores.
· Es de las más frecuentes desencadenantes de esquizofrenia.
· Resulta 5 veces más productora de cáncer pulmonar y bronquitis que 
el tabaco.
· Produce muertes por trastornos del ritmo cardíaco.
· Disminuye el nivel de hormonas masculinas, propiciando comportamientos homosexuales.
· Produce el síndrome amotivacional o arreactivo.

Dentro de los factores comunitarios que los entrevistados consideran influyen en el consumo de drogas, se encontró la escasez de recreación como razón fundamental para el 82. 35% de los casos, el resto no aportó ningún criterio.
Esta afirmación se ve refutado por el hecho de que uno de los países de mayor consumo de estas sustancias, es Estados Unidos de América, el cual pertenece al llamado primer mundo con recursos e inversiones en función de la diversión y el entretenimiento, que constituye un verdadero y atractivo negocio, sin embargo, se estima que en dicho país existen 55 millones de ciudadanos adictos a la nicotina, 66 millones de personas que alguna vez han consumido marihuana, 27 millones han abusado con la cocaína y cerca de 1 millón son adictos a la heroína 56, y cada vez crece más la cifra de personas que se esclavizan con nuevos compuestos y los drogadictos infectados por el virus del SIDA 57.

Según el informe anual sobre drogas en la Unión Europea (UE) en el 2000, uno de cada 5 europeos ha probado el cannabis, al menos una vez58, 59.  

Todos los encuestados coincidieron en plantear que aquellos que no asisten a un servicio de salud, tienen miedo a ser delatados con la familia, con la comunidad o con los órganos de justicia, lo que demuestra que aún no está claro para la población, la forma en que trabajan los servicios de salud, el carácter de confidencialidad, así como las disposiciones legales con relación a los consumidores.

Las recomendaciones hechas por los encuestados para evitar los problemas relacionados con el consumo de drogas incluyeron el aumento de las opciones recreativas y de la divulgación de los efectos dañinos que estas producen a los jóvenes.

En relación a los lugares a donde dirigirse para recibir orientación y ayuda con relación a las drogas (Tabla No: 20), mencionaron en primer lugar los Centros Comunitarios de salud Mental con un 23. 60%, cifra que coincidió con el número de encuestados que desconocían a donde dirigirse y en segundo lugar el Departamento de tratamiento Ambulatorio del hospital Psiquiátrico de la Habana con un 20. 22%

Estas cifras nos muestran que debemos seguir trabajando en la divulgación de los mecanismos y los centros de salud disponibles para brindar orientación y ayuda a la población con relación a las drogas.

 

 

Conclusiones

1. Predominaron los adolescentes y adultos jóvenes del sexo masculino, solteros, de nivel medio y desocupados.

2. Las áreas de salud más afectadas fueron Héroes del Moncada y Héroes de Corynthia.

3. las drogas más consumidas resultaron ser la marihuana, el Parkisonil y el crack, en casa de amigos y en la propia casa.

4. El móvil fundamental para el consumo fue la obtención de placer y la edad de inicio entre los 12 y los 15 años, en individuos con ingresos económicos altos en esta etapa de la vida.

5. La información de la población con relación a las drogas es escasa y no profesional.

6. Constituyeron factores de riesgo para el consumo en todo el municipio, padecer trastornos como la ansiedad y la depresión, el tabaquismo y el alcoholismo en los jóvenes y sus padres, las disfunciones familiares, el desconocimiento sobre los efectos negativos de las drogas y de cómo emplear bien el tiempo libre.


Recomendaciones

1. Nuestra sociedad debe continuar trabajando en la reincorporación de los jóvenes desvinculados, a través de nuestros trabajadores sociales, organizaciones de masas, ministerio de educación y otros.

2. Por medio de los médicos de familia, quienes están más cerca de la comunidad, debemos detectar prematuramente trastornos como la ansiedad y depresión en niños y jóvenes, así como factores de riesgo y protectores para su adecuado manejo.

3. Continuar sin descanso nuestra lucha contra el tabaco y alcohol como drogas porteras.

4. Hacer llegar a niños y jóvenes los efectos negativos del consumo de drogas, por medio de sus profesores, médicos y medios de difusión masiva.

5. Mostrar por estas mismas vías a los adolescentes, la posibilidad de una recreación sana y enriquecedora.

6. Detectar e intervenir las familias disfuncionales, con la ayuda de todos los sectores involucrados.

7. Continuar trabajando en el control riguroso de los estupefacientes y psicotrópicos, para evitar desvíos.

8. Capacitar a todos los sectores comunitarios en cuanto a factores de riesgo, efectos negativos e indicios del consumo.

9. Realizar estudios similares en otros municipios.


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