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Violencia intrafamiliar.

Autor/autores: Lisandro Antonio Durán Robles
Fecha Publicación: 01/03/2007
Área temática: Psiquiatría general .
Tipo de trabajo:  Conferencia

RESUMEN

La violencia intrafamiliar constituye una de las múltiples formas de violencia que vive Colombia. Diversos autores han estudiado el tema. Cada uno de ellos ha llegado a conclusiones especificas de acuerdo con su profesión y la metodología empleada para abordar la problemática. Se pretende comprender cómo se desarrolla y se manifiesta el fenómeno de la violencia conyugal y se hace permanente en una relación. Para ello se realizó una investigación en el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses. Se seleccionaron tres parejas remitas por las autoridades judiciales para examen psiquiátrico. Finalmente, los investigadores interpretamos lo que entendimos de las conductas narradas por los miembros de la pareja.

Toda forma de violencia en la pareja altera a la sociedad. Es nuestra responsabilidad como profesionales de las áreas psicosociales investigar y divulgar nuestros hallazgos en cuanto a teorías, métodos y técnicas para ser puestas al servicio de estas parejas. Estos conocimientos pueden ser empleados por otros forenses en su trabajo con las parejas que a diario llegan a la Institución. La obtención y el análisis de la información sobre la violencia conyugal es necesaria para que tanto el sector Justicia como el sector Salud optimicen sus servicios y se preparen cada día más informes que busquen solucionar tan básico y delicado problema de violencia. La violencia intrafamiliar es un proceso, no sólo un episodio. La encontramos en diferentes condiciones socioeconómicas y culturales. El estudio de la violencia como comportamiento humano que es, está sujeto al estudio de las leyes universales y a la variabilidad individual y cultural.

Palabras clave: Violencia intrafamiliar


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Violencia intrafamiliar.

Lisandro Antonio Durán Robles; María Idalid Carreño Salazar.

Instituto Nacional de Medicina Legal.

Resumen

La violencia intrafamiliar constituye una de las múltiples formas de violencia que vive Colombia. Diversos autores han estudiado el tema. Cada uno de ellos ha llegado a conclusiones especificas de acuerdo con su profesión y la metodología empleada para abordar la problemática. Se pretende comprender cómo se desarrolla y se manifiesta el fenómeno de la violencia conyugal y se hace permanente en una relación. Para ello se realizó una investigación en el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses. Se seleccionaron tres parejas remitas por las autoridades judiciales para examen psiquiátrico. Finalmente, los investigadores interpretamos lo que entendimos de las conductas narradas por los miembros de la pareja. Toda forma de violencia en la pareja altera a la sociedad. Es nuestra responsabilidad como profesionales de las áreas psicosociales investigar y divulgar nuestros hallazgos en cuanto a teorías, métodos y técnicas para ser puestas al servicio de estas parejas. Estos conocimientos pueden ser empleados por otros forenses en su trabajo con las parejas que a diario llegan a la Institución. La obtención y el análisis de la información sobre la violencia conyugal es necesaria para que tanto el sector Justicia como el sector Salud optimicen sus servicios y se preparen cada día más informes que busquen solucionar tan básico y delicado problema de violencia. La violencia intrafamiliar es un proceso, no sólo un episodio. La encontramos en diferentes condiciones socioeconómicas y culturales. El estudio de la violencia como comportamiento humano que es, está sujeto al estudio de las leyes universales y a la variabilidad individual y cultural.



Introducción

La violencia intrafamiliar constituye una de las múltiples formas de violencia que vive nuestro país. Toda violencia en la pareja, como núcleo fundamental de la sociedad, altera a la sociedad.  

Diversos autores tanto en Colombia como en otros países han estudiado el tema de la violencia intrafamiliar (ver marco teórico). Cada uno de ellos ha llegado a conclusiones especificas de acuerdo con su profesión y la metodología empleada para abordar la problemática. Nosotros también al final del trabajo mostraremos nuestro punto de vista. Por ahora digamos que durante estos largos años de nuestro trabajo en el terreno de la psiquiatría Forense hemos escrito sobre lo que las personas examinadas, sindicados o víctimas, han dicho de sus conductas violentas en los homicidios, lesiones personales, conductas sexuales delictivas, atentados contra el patrimonio. Hemos escrito para las autoridades judiciales en los distintos informes o peritajes. Pero también parte de esa experiencia está plasmada en un texto (Durán y Carreño 1989)

Dada la magnitud del problema, especialmente la mujer como víctima en la mayoría de los casos, en Colombia se aprobó la Ley 294 de 1996 por la cual se desarrolla el artículo 42 de la constitución Política y se dictan normas para prevenir, remediar y sancionar la violencia intrafamiliar. Al respecto dice el Título II, artículo 4: “ Toda persona que en contexto de una familia sea víctima de daño físico o psíquico, ofensa o cualquier otra forma de agresión por parte de otro miembro del grupo familiar, podrá sin perjuicio de las denuncias penales a que hubiere lugar, pedir al juez de familia o promiscuo de familia: promiscuo municipal o civil municipal, si faltare del de familia, una medida de protección inmediata que ponga fin a la violencia, maltrato o agresión o evite que esta se realice cuando fuere inminente”. El artículo 23 de la misma norma dice: “El que mediante violencia física o psíquica, trato cruel o intimidatorio o degradante, cause daño en el cuerpo o en la salud psicológica a un integrante de su grupo familiar, incurrirá en la pena privativa de la libertad prevista para el respectivo delito, aumentada de una tercera parte a la mitad”. El artículo trae el concepto que violencia intrafamiliar incluye daño, ofensa o cualquier otra forma de agresión de un miembro de la familia a otro miembro de la misma familia. A nuestro modo de ver caben muchas cosas. Incluso dentro de la palabra agresión que se puede interpretar de diversas maneras. Como pertenecientes a la tribu de los psiquiatras estamos acostumbrados a ver la agresividad como algo que es normal e incluso necesario como mecanismo de adaptación y otros. A diferencia de la violencia que sería la expresión patológica de la agresividad. Acá entramos en el lenguaje de la tribu de los médicos, porque somos médicos, entrando en el terreno de lo morboso, la patología.  

Nuestra práctica profesional nos muestra a diario que la mayoría de las veces es el hombre quien violenta física o psicológicamente a la mujer y ello ha llevado a cuestionarnos sobre las razones por las cuales el hombre violenta a la mujer con actitudes, acciones y palabras y por qué ella participa y permanece en una relación en la que prevalece la violencia.  

Nuestro quehacer profesional como psicoterapeutas y como forenses nos muestra, a través de los casos recibidos, que se trata de un problema complejo, con componentes biológicos, psicológicos y sociales que transcienden e impactan el mundo biológico, psicológico y social. Entendemos lo cultural, educativo, político como partes de lo social. Como pertenecientes a la tribu de los psiquiatras hemos aprendido en nuestro idioma que lo social es lo ya dicho. Para otro representante de nuestra tribu de psiquiatras Martí- Tusquets (1982) al definir la psiquiatría social considera que para una concepción socioclínica juegan tres factores: el aspecto fisiológico y fisiopatológico, el pragmático (aquello que el hombre como ser libre hace, puede hacer y debe hacer de sí mismo) y el aspecto social.  

Entonces, el problema de la violencia familiar es complejo porque involucra aspectos biológicos, psicológicos y socioculturales. Y más complejo si escuchamos a Maturana (1994), miembro de la tribu de los neurobiólogos. Considera que lo social es únicamente el aspecto gregario, relacional del ser humano (lo emocional para la tribu de los psiquiatras) y que todo aquello donde entren en juego otros factores ya no es social. Por ejemplo él hablaría de lo laboral, lo económico, lo político, etc. En este punto discrepa de Niklas Lhuman (1997), sociólogo alemán que escribe sobre una sociedad postmoderna que involucra lo laboral, económico, político como social.  

Nos hemos apropiado de la palabra tribu como la emplea Pearce (1996) al referirse a la etnografía. La tribu de los juristas, la tribu de los militares, la tribu de los médicos, así se refirió en una conferencia a la que asistimos en el año 1996.


Objetivos

Objetivo General: Comprender cómo se desarrolla y se manifiesta el fenómeno de la violencia conyugal y se hace permanente en una relación.  

Objetivos Específicos: Caracterizar a cada uno de los miembros de la pareja en su descripción de las conductas violentas.  

Describir las conductas violentas que se dan entre las parejas.  

Interpretar lo que los entrevistadores entendimos de las conductas narradas por los miembros de la pareja. Otro observador puede observar el mismo fenómeno de diferente manera, luego cada observador le coloca su aspecto subjetivo. “No existen datos sino interpretaciones” dijo Nietzche.

Llevar al campo de la psiquiatría Forense esta forma de investigación.


Justificación

Toda forma de violencia en la pareja, como núcleo fundamental de la sociedad, altera a la sociedad. Es nuestra responsabilidad como profesionales de las áreas psicosociales investigar y divulgar nuestros hallazgos en cuanto a teorías, métodos y técnicas para ser puestas al servicio de estas parejas.

Como especialistas en lo forense, consideramos necesario conocer las particularidades de estas parejas que buscan el camino de lo jurídico antes que lo clínico. Estos conocimientos pueden ser empleados por otros forenses en su trabajo con las parejas que a diario llegan a la Institución. De otro lado, queremos complementar lo que los otros investigadores han iniciado en el terreno de lo forense.  

Nos parece adecuado que quienes aplican la Ley 294 de 1996, que dicta normas para prevenir, remediar y sancionar la violencia intrafamiliar, conozcan los resultados de esta investigación para que esto revierta en beneficio de las parejas que acuden a la Justicia en busca de atención.

La obtención y el análisis de la información sobre la violencia conyugal es necesaria para que tanto el sector Justicia como el sector Salud optimicen sus servicios y se preparen cada día más informes que busquen solucionar tan básico y delicado problema de violencia.  

También se hace necesario conocer otros modelos de explicación de la violencia diferentes al médico psiquiátrico que centra el origen de la violencia en la enfermedad disminuyendo la comprensión de otros aspectos presentes en la cultura.


Contexto general de la investigación

La investigación se realizó en el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses en la ciudad de Bogotá. Porque los dos investigadores somos funcionarios, Médicos Psiquiatras, de dicho Instituto y laboramos en el grupo de psiquiatría Forense. La función del psiquiatra Forense básicamente tiene que ver con el informar a la autoridad (Fiscal, Juez, Magistrado, Comisario, Alcalde, Defensor de Familia, Defensoría del Pueblo) sobre el estado mental de la persona motivo del examen. Esta persona es un ofendido(a), sindicado(a), denunciante, denunciado, querellante, querellado, testigo(a), presunto(a) interdicto(a) dentro de un proceso penal, civil, de familia, administrativo, militar o relacionado con el estatuto nacional de estupefacientes. A la respectiva autoridad se da respuesta, además del examen, a sus interrogantes, cuestionarios o libelos.


Marco teórico

En nuestro país más desde el área de la terapia que desde lo forense ha sido abordado el tema de la violencia conyugal y cómo se han identificado las causas del mismo desde diferentes enfoques. Hernández (1997) expresa como causa de la crisis conyugal el enfrentamiento entre diferentes formas de vida de cada uno de los cónyuges con el consecuente distanciamiento afectivo.

Para Rojas (1994) la violencia en la pareja se da por el machismo arraigado y la concepción dicotomizada de la vida con concepciones bueno, malo, masculino femenino, honor y autoridad. Igualmente cuando el crecimiento de la mujer produce dificultades en el hombre para aceptarlo (rivalidad). Otros hombres que golpean a la mujer tienen un mal concepto de sí mismos y reaccionan con hostilidad cuando su masculinidad y su autoridad se pone en duda. A su vez las mujeres que son objeto de maltrato presentan una baja autoestima y tienen dificultad para hacer valer sus derechos.  

Según Ferreira (1989) de Argentina la violencia se da porque el hombre siente miedo de que su esposa lo aniquile emocionalmente y adquiera poder sobre él. Otros casos corresponden a maridos “delincuentes, alcohólicos o mantenidos”. La impunidad del hombre violento favorece la conducta de éste. También las dificultades económicas.  

En mujer, amor y violencia, Ramírez (1990) considera como origen de la violencia en el hogar al patriarcalismo.  

Gutiérrez de Pineda (1988), considera también el patriarcalismo como causa que el hombre se ubique en la cúspide de la jerarquía y la mujer se ubique en subordinación. Esto estratifica la sociedad en tres tipos de relaciones. En la primera de recompensa, se otorga al hombre una mayor retribución económica por su trabajo. En la segunda relación de prestigio que es mayor el rol dado al hombre que a la mujer. Una de las manifestaciones de este prestigio está dada por el papel reproductivo de la mujer quien debe darle hijos al hombre. Así el hombre alcanza su identidad sexual. Nosotros agregamos que para un mayor prestigio debe ser varón el producto de esa actividad sexual de lo contrario la mujer puede sufrir la consecuencias por haber engendrado una niña. El tercer indicador tiene que ver con las relaciones de poder. Es el poder para ejercer la autoridad, el control, tomar decisiones que conciernen a los demás. La mujer se subordina y la autonomía es vista como propia del hombre.  

Uribe y Sánchez (Psicóloga y Trabajadora Social respectivamente) (1988) plantean la violencia como el ejercicio del poder, “ el poder visto y justificado desde arriba se rodea de un halo de sacralidad, legitimidad, de autoridad y verdad a las cuales los otros deben someterse sin reparos”. Consideran la violencia como fruto de muchos aspectos entre los cuales mencionan la ideología pedagógica que cultiva y mantiene un concepto de imagen de autoridad que debe respetarse. Mantener el orden mediante la violencia, el terror y la intimidación. La violencia dentro de la familia es además el vehículo para descargar frustraciones, limitaciones y conflictos. “ Es una de las manifestaciones más crudas del poder del más fuerte sobre el que está sometido, sobre el que es dependiente”.

Para la Abogada Judith Rodríguez (1988) la violencia al interior de la familia es un reflejo de la situación de violencia social, la desigualdad, la insatisfacción de las necesidades básicas, el desempleo; la carencia de vivienda, salud o recreación. Que el fenómeno no se produce ni se desencadena por causa única, sino de naturaleza múltiple. Es interesante lo planteado por ella y en especial lo de las necesidades básicas. Porque ya antes en 1969 Abraham Maslow escribió sobre las necesidades básicas. Las necesidades D son necesarias para el sostenimiento de la vida como el hambre, la sed hasta la gratificación de los impulsos de afecto y autoestima. Las necesidades B son metanecesidades como los impulsos a la libertad, a la belleza, a la bondad, a la unidad, a la justicia. Las necesidades B minimizan el miedo, reducen la hostilidad y permiten que la persona sea más autodirigida, más autosuficiente y más autorrefrenada.  

Villegas (1991), en su trabajo dinámica psicológica del hombre que atenta contra la integridad física de su compañera, encuentra como causa principal del Uxoricidio (muerte a su mujer) el egocentrismo del hombre.  


También en la practica forense, Durán y Carreño (1989) escriben que cuando el hombre agrede a la mujer, la acusa de no ser buena ama de casa, no ser buena madre, prefiere el trabajo al hogar. No lo satisface sexualmente, no lo atiende, es celosa, es infiel. Por su parte la mujer dice, que el hombre no da lo necesario para el hogar, pasa gran parte del tiempo ausente, es violento, hipersexual y pendiente tan sólo de su gratificación. Es la cultura del patriarcalismo ya descrita anteriormente.

Para el psicoanálisis la violencia es una agresividad de tipo ofensivo o apropiativo, más específicamente narcisista (Fenichel 1966). La persona que se violenta lo hace porque siente (es su vivencia) que su amor propio ha sido herido, ha sido disminuido. Para reparar esa herida narcisista recurre a violentar al otro porque siente que mediante la venganza logra la tan ansiada reparación. También, desde el enfoque psicoanalítico, por los mecanismos de identificación intergeneracionales, se ha considerado que el hombre trata (o agrede) a su mujer, como vio que en su hogar de origen se trataban sus padres entre sí.  

Lo mismo dice Canetti (1997) “ los receptores de órdenes que más se ven afectados son los niños. . . lo transmitan más tarde a sus propios hijos. . . todo niño, incluso el más corriente, no pierde ni perdona ninguna de las órdenes con la que fue maltratado”.

Otro representante del psicoanálisis y seguidor de Freud y Klein en las pulsiones de muerte es Bettelheim (1982). Plantea Bettelheim que Hitler y sus seguidores desearon hacer creer que la violencia existía tan solo en un grupo de pervertidos. Pero que la violencia existe y “cada uno de nosotros nace con un potencial para la violencia. Pero también nacemos con tendencias opuestas y es preciso que las nutramos cuidadosamente para que actúen como contrapeso de aquellas que nos impulsan a obrar violentamente”. La potencialidad para esa violencia radica en la insatisfacción interior con nosotros mismos por no ser capaces de ser la persona que queremos ser. Mediante un fuerte mecanismo proyectivo coloca las decepciones consigo mismo en las otras personas mediante estallidos de violencia contra los demás. Es entonces la actitud violenta un atajo para llegar a algún objetivo. “ La violencia es el comportamiento de alguien incapaz de imaginar otra solución a un problema que le atormenta”. El observar la violencia en los niños, sus rabietas, permite reproducir la ontogenia y “encontrar la violencia en el mismo principio del desarrollo del hombre hacia un ser humano socializado”.  

Arendt (1997) también considera la violencia como inherente al ser humano. “ Lo que es innegable es que la fuerza de los hombres, tanto la productiva como de la labor, es un fenómeno natural, que la violencia es una posibilidad inherente a dicha fuerza y, por lo tanto, también natural y, finalmente que el hombre, mientras sólo tenga que habérselas con fuerzas naturales, permanece en un ámbito terreno-natural al qué él mismo y sus fuerzas, en cuanto ser vivo orgánico pertenece”.

Desde el enfoque terapéutico sistémico, originado en las transformaciones de la ciencia a comienzos de este siglo (la cibernética, la teoría del cambio, la teoría del observador y hasta el construccionismo social) y hasta el momento actual, encontramos una nutrida bibliografía y aportes teóricos con relación al tema de la violencia conyugal en otros países. Algunas de ellas y para terminar este punto del marco teórico son las siguientes.  

Los juegos de poder en las parejas, que se polarizan y oscilan en la simetría y la complementariedad (Selvini 1991). El agresor actúa cuando siente en peligro su prestigio y con la agresión recobra poder. Con la denuncia la víctima recobra poder y vuelve a generar una seudoestabilidad en la pareja.  

La violencia puede ser observada como episodio o como relación. Como episodio “ cuando un miembro de la familia causa a otro lesiones, que si fueran a un extraño, ameritaría una ación legal” (Pearce 1994) (Burnham 1986). Como relación “ cuando dos o más personas tienen acuerdos acerca del poder sobre los demás, definiendo privilegios, deberes, obligaciones y permisos de victimización”.

La violencia según Maturana (1996) es “Estar tan convencido de tener una opinión verdadera que la opinión de otro es falsa y debe cambiar”.  

Otro punto de vista sistémico sostiene que la violencia se da cuando se transforma el amor en posesión. La solidaridad en competencia. El poder para, el poder sobre. La disciplina en imposición acrítica. La armonía en silencio. La confrontación en enfrentamiento.

Según el tipo de relaciones familiares la violencia puede surgir en las familias con triangulación. Alianzas (se unen para su beneficio, sin atacar un tercero) y coaliciones (dos en contra de un tercero) inestables. Vínculos inestables por los mensajes implícitos o explícitos de interrupción de la relación. Elevado nivel de conflicto con agresión para resolverlos. Disciplina intrusiva e impositiva. Autoridad errática (Umbager 1983)).

Según el guión de vida la violencia se da en la relación dependencia y pérdida de autonomía; en la fusión del agresor con la víctima por el miedo; en el aislamiento interactuando con la exigencia y la incompetencia. Puede surgir cuando existe la vivencia de no tener agenciamiento (no ser autor de su vida). No tener poder. Entrar en el juego víctima, perseguidor y rescatador. Descripciones negativas (describen negativamente a los demás). Pesimismo con negativismo. El mundo es peligroso. Hay vivencia de indefensión.  

Los aspectos transgeneracionales son perpetuadores de la violencia cuando se está vinculado por la idealización (el hijo maltratado agradece que su padre lo maltrató porque ahora es persona de bien). La vinculación amor y odio (amar a los de una línea familiar y odiar a los de la otra). Aceptación del maltrato como una vía de resignación.  

Sobre la violencia en el grupo familiar dice Mac Adam (1991) “no es el desempeño individual ni los eventos en sí los que explican la violencia, sino los patrones de conexión entre los miembros del grupo familiar y las características de organización e interacción las que condicionan la forma como cada familia asimila la realidad particular en la cual le corresponde vivir y los que, de alguna manera, explican la mayor vulnerabilidad de ciertos grupos familiares a establecer patrones de relación violentos”.  

Madanes (1982) propone cuatro dimensiones desde los cuales se entiende las relaciones familiares y también las dificultades familiares y los conflictos sociales. En la primera dimensión están las personas que luchan por controlar su propia vida y la de los demás. En estos la principal emoción compartida es el miedo. La segunda dimensión engloba las dificultades resultantes del deseo de ser amado. La emoción básica es el deseo. La tercera dimensión abarca el deseo de amar y proteger a otros. La violencia la justifica en nombre del amor. La emoción es la desesperación. La cuarta dimensión es arrepentirse y perdonar. Pero en el transfondo quedan el pesar, resentimiento, mentira, secreto y engaño, acusaciones, aislamiento y disociación. La principal emoción es la venganza.  

Tal vez siguiendo las palabras de Enzensberger (1993) “ la violencia se ha liberado de cualquier fundamentación ideológica”. De ahí que existan tantas observaciones y tantos observadores. Y como “ todo lo dicho es dicho por un observador”, cada cual lo ve desde su óptica. Optica que depende de su propia historia. Optica que depende de sus vivencias porque no es posible ver en el afuera lo que no ha quedado en el adentro. O tan solo se ve en el afuera lo que tan solo hay en el adentro.


Método

Para la investigación propuesta hemos empleado un método cualitativo de enfoque sistémico y como técnica una modalidad de entrevista que estamos de acuerdo en denominarla como historia de vida.  

Sujetos, universo y muestra.

Fue tomada de los usuarios que son remitidos al grupo de psiquiatría y psicología del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, Bogotá, Colombia.  

Se seleccionaron tres (3) parejas cuyos procesos estaban estudiados por las autoridades judiciales con las respectivas pruebas. ¿Por qué tres parejas? Se basa en lo dicho por otras personas como muestra ideal para esos casos. Así, Barnet Pearce (1996) considera que tres casos han sido los adecuados en sus trabajos de investigación cualitativa de enfoque sistémico. También la investigadora etnográfica Mariela Salgado de López (1999) considera que tres casos pueden ser un buen número. Hammersley y Atkinson (1994) consideran que la investigación puede tomar desde uno hasta varios casos. Nosotros nos acogemos al tres porque tres es grupo y por lo ya dicho anteriormente.  

Instrumentos de medición

Para obtener la información se emplearon varios instrumentos. Las entrevistas y la observación estructurada dentro de un modelo de historia de vida. Se usó también la grabación en cintas de audio, la redacción de la historia de vida por cada uno de los entrevistados; las pruebas psicológicas de Bender, Machover y Rey. Parte de la información obtenida fue registrada en un modelo de informe de peritaje psiquiátrico. Porque dadas las condiciones propias del lugar donde se obtuvo la información y por ser los investigadores auxiliares de la Justicia era necesario rendir una información a una autoridad Judicial. Porque consideramos que el dictamen a pesar de que debe ser firme, preciso y con calidad de fundamentos (acorde con el art. 273 del Código de Procedimiento Penal) también en términos de Gracián (Lexis 22 1980) debe ser breve porque “lo bueno si breve, bueno dos veces”. Esto podrá entrar en contradicción con la filosofía del Derecho y con otras ciencias que exigen la prolijidad.


Resultados

La violencia intrafamiliar es un proceso, no sólo un episodio. La encontramos en diferentes condiciones socioeconómicas y culturales.  

Pareja 1: compuesta por M J mujer de 36 años, natural de Bogotá, con escolaridad superior, de ocupación en entidad de control estatal, de 1, 58 m de talla, peso de 43 Kg. y CA hombre de 33 años, natural del departamento de Boyacá, con escolaridad a nivel superior, de ocupación en entidad de control estatal, de 1, 88 m de talla, peso 80 kg. Ambos con predominio de patrón racial caucasoide.  

Pareja 2: compuesta por M R mujer de 42 años, natural de Bogotá, con nivel escolar universitario y Postgrado, de ocupación pensionada y estudiante, de 1, 65 de talla y 58 Kg. de peso y G F hombre de 38 años, natural de Cundinamarca, con nivel escolar universitario, de ocupación docente y trabajador independiente en su propia empresa, de 1, 85 m de talla, peso de 80 kg. Ambos con predominio de patrón racial caucasoide.  

Pareja 3: compuesta por M M mujer de 45 años, natural del departamento del Tolima, de ocupación ayudante de producción de flores, con nivel escolar de primaria completa de 1. 55 de talla y 65 Kg. de peso y R V hombre de 48 años, natural del departamento de Boyacá, con escolaridad de 5 de primaria, de ocupación en vigilancia y vendedor de lotería, de 1, 75 m de talla y 78 Kg. de peso. Ambos con predominio de patrón racial mongoloide.  

Las tres parejas estudiadas expresaron los conflictos por el control y el poder de un miembro de la pareja sobre el otro y la alternancia en estos roles.

En las tres parejas encontramos lo que según la nosología psiquiátrica se denominaría alteraciones de la personalidad. No se encontraron las denominadas alteraciones psiquiátricas graves.

Biotipológicamente en los tres hombres predomina lo mesomorfo con mujeres ectomorfas (dos) y una endomorfa

En las tres parejas de manera activa cada uno de los miembros de la pareja quería modificar los comportamientos del otro que le eran intolerantes.  

El vínculo: En las tres parejas analizadas se encuentran las amenazas de separación como un elemento asociado a los episodios de violencia y activamente habían mantenido dichos vínculos o verbalizaban deseos de permanecer unidos a sus familias de origen. La pareja 1 vivía con la abuela por línea femenina y luego de la disolución de pareja ella volvió a vivir con su abuela. En él encontramos una percepción de simbiosis en su familia de origen. En Ella una familia transgeneracional, con exclusión del subsistema de hermanos e inclusión de los animales (perro y gato) como parte importante de la familia. ¿Alteraciones en la vinculación?. Cuando los seres humanos permanecen vinculados a sus familias de origen, generan según el enfoque sistémico, una debilidad en la autoridad de ellos frente a sus hijos y la potencialidad de generar en la tercera generación comportamientos psicóticos (Bowen 1960, Prata 1993).


En la pareja 2, ella aportó una hija a su matrimonio. También existe la amenaza de separación por parte de la mujer con la negación de la situación por parte del hombre. No definen la relación porque en el comienzo ella era la de los celos y él los negaba. Posteriormente él inició la conducta celotípica con la negación por parte de ella. Acá se plantea la cibernética de la denuncia porque ella lo denunció a él y de esta manera ganó un mayor poder sobre él. A su vez este respondió con iniciarle un proceso de tenencia y guarda de los hijos para él, como así lo verbalizó en la entrevista sin percatarse que lo que buscaba era rescatar el poder que había perdido frente ella.  

La pareja 3. La mujer buscó a su familia materna para ser ayudada en la crianza de sus hijos, expresa ella, ante la ineficiencia económica de su esposo y también ante la ausencia física de él en el hogar. Después de muchos años de ser acusada de infidelidad y ser golpeada por esta causa inició las denuncia legales. Uno de los procesos legales determinó la división de los bienes con lo cual la pareja dejó de reñir y violentarse y parecía existir armonía en el hogar. Pero el proceso penal continuaba su curso con lo cual la Fiscalía ordenó la captura del hombre y fue trasladado a la cárcel. Ambos expresaron sorpresa ante la decisión judicial cuando ellos sentían que ya no tenía conflictos.  

Pareja 1 resumen de los hechos

El señor C. A. ) agredió físicamente a su esposa M. J. Ella acudió a los estamentos de control judicial. Según lo referido, la agresión física se había dado en otras ocasiones por parte del CA sin haber sido estas notificadas previamente. MJ y CA se conocían desde aproximadamente 11 años manteniendo una relación de noviazgo de ocho años y una de matrimonio de 3 años y cuatro meses. Según lo referido los conflictos entre la pareja vienen previos al matrimonio por desavenencias intrafamiliares (son parientes entre sí) y dificultades a nivel de fidelidad, las cuales reaparecen a los tres meses de matrimonio según relato de M. J. Relata la pareja que alrededor de un año después del matrimonio se iniciaron las agresiones físicas y verbales por parte de CA, las cuales se repitieron en tres ocasiones más, tal como consta en el sumario. CA aqueja agresión verbal por parte de su esposa, crítica y descalificación y reclamos injustos de infidelidad, con los cuales se fue sintiendo incapaz hasta recurrir a las conductas, de las cuales dice, él mismo se extraña. Lamenta que esto haya contribuido al deterioro del diálogo entre los dos.  

ANALISIS

Los examinados son personas adultas jóvenes, con actividad laboral definida, sin antecedentes psiquiátricos graves en su historia personal. Sin embargo en sus estructuras de personalidad, exhiben ambos, rasgos psíquicos que describirán a continuación y que han sido factor de antagonismo y conflicto. Es de resaltar el hecho, que la existencia del mismo rasgo psicológico en ambos, hace que cada uno quiera modificar al otro, mientras que si el rasgo de personalidad no existe en uno de ellos, sería más tolerante con el otro por su conducta. En ambos encontramos dificultades en la Individuación y separación de su hogar de origen, (en su vinculó con la figura femenina) expresado en Ella, por su deseo de continuar conviviendo con su figura materna (abuela biológica) después del matrimonio. En él encontramos, rasgo similar revelado en los test proyectivos realizados, menos manifiesto en el lenguaje, pero expresado en su conducta cuando en su elección de pareja, escoge una mujer a la que admira por su condición de liderazgo. Asume así un rol de seguidor, admirador del rol de Ella, un rol de dependencia frente a una figura para él. Pero como la cultura asigna al hombre el papel de liderazgo en la pareja conyugal, se convierte este tema en motivo de conflicto, de lucha por quien tiene más poder dentro de la pareja y cuando cada uno se siente amenazado con ocupar el segundo lugar. A su manera, cada uno busca ganar poder y al no conseguirlo viene la agresión bien sea encubierta (psicológica) o manifiesta (más la física). A su manera, cada uno de los integrantes de la pareja ha generado lo que en terapia se conoce con el nombre de triangulación (tres en el matrimonio): M, él y su suegra (abuela) (una modalidad), como mecanismo de compensación: él, una amiga (o pretendiente) y M (otra modalidad). En ambos triángulos entra a la vida de pareja el tema de los celos, ingrediente que acaba con cualquier relación.  

Ella a él y él a ella, mutuamente, se han lesionado. Lo que sucede es que algunas agresiones, como por ejemplo las de índole psicológica, son más difíciles de precisar. Mientras que las físicas, son más fáciles de observar y de objetivar. De cada uno hacia el otro existen reproches por lo que hicieron o dejaron de hacer para que la relación de pareja haya llegado a la situación que llegó.  


Pareja 2 resumen de los hechos

La señora demandante relata hechos de maltrato físico y verbal hacia su persona por parte del demandado el señor G F. En la primera demanda que realiza la señora acerca de violencia intrafamiliar se hace una conciliación de ambas partes proponiéndose cada una de ellas a ciertos cambios dentro de la relación. Posteriormente se denuncian nuevos episodios de agresividad intrafamiliar los cuales son nuevamente llevados al juzgado de familia. Se inicia entonces un cotejo entre cada una de las partes mostrando dificultades que son evidenciadas por uno y otro lado referidas como infidelidad, alcoholismo, agresividad física y verbal heterodirigida en donde se vienen involucrando a sus hijos (cada uno busca tener a sus hijos como aliados), dos menores de edad. Actualmente la pareja vive bajo el mismo techo pero en cuartos separados presentando dificultades interpersonales y esperando resolver las dificultades legales instauradas por cada uno de ellos para poder llegar a la separación. Han venido reflexionando y planeando una resolución conciliada de sus conflictos. Se evidencia una búsqueda de equilibrio de la pareja a través de las demandas que se instauran uno a otro.

ANALISIS 

El denunciado es un hombre adulto joven quien conoce a su esposa en un mismo ambiente sociocultural, siendo estudiantes, compartiendo y conviviendo bajo los mismos patrones de vida. Convivieron inicialmente en unión libre y ella vive la amenaza de ser abandonada por él, como en efecto sucedió cuando la hija mayor de la pareja estaba pequeña. Contrajeron matrimonio cuando iban a tener el segundo hijo. Se hace evidente durante la entrevista una gran dificultad para el manejo de las responsabilidades económicas: él es censurado por su poca colaboración al hogar, porque el dinero lo invierte en actividades diferentes a su hogar. Esta situación se exacerba después del matrimonio, época en que se retira de su trabajo estable aceptando que este segundo hijo ya no cuenta con los beneficios propiciados por su patrón. Esto genera a largo plazo una asimetría en los recursos económicos aportados a la familia. Aunado a esto se presentan dificultades en la relación sexual marital cambiándose los roles, siendo ahora ella quien lo rechaza factor que puede estar según nuestro concepto, como fundamento de una exacerbación de la agresividad. El hecho que la señora lo denuncie ha propiciado en él el comportamiento de crítica y de futuras acusaciones a ella como mecanismo de defensa y a su vez para restablecer el poder que ha perdido en la relación de pareja. Cada uno de los cónyuges ha buscado contar con el respaldo de los hijos. Esta es una pareja que se ha caracterizado por vivir en medio de los celos, la presunta infidelidad recíproca, el reproche y el perdón, comportamientos que ahora se exageran al tener una connotación penal y civil. Como una pauta compartida, también de convivencia, los dos han sido abusadores ocasionales del alcohol sin evidenciarse patrones de dependencia y abstinencia. Por patrones de dependencia y abstinencia queremos decir que ellos tienen la capacidad de suspender voluntariamente el consumo ante las necesidades sociales, lo cual es corroborado mutuamente durante la evaluación. Los menores de edad se han visto sometidos a una lucha de lealtades hacia cada uno de sus padres.  


Pareja 3 resumen de los hechos

Desde hace aproximadamente 24 años ha venido presentándose agresión física y verbal por parte del señor R V, inicialmente hacia su esposa la señora M M y posteriormente hacia sus cuatro hijos. Refiere la esposa que desde hacía 16 años no se habían presentado nuevos episodios de agresividad física ni verbal. La demandante relata que hace dos años ella decidió colocar un primer denuncio por violencia intrafamiliar “yo no pude llegar temprano por el trabajo, y cuando llegué, él decía que yo andaba con otro tipo, él siempre me pegaba por los celos”.  

La última denuncia fue el 11 de Abril de 1. 999 en donde se dieron eventos de agresión física y verbal por parte de R V y con respuesta de su hijo F V quien también le propicia agresión física y verbal a su padre. Desde entonces no se han dado nuevos episodios de violencia intrafamiliar, en Octubre se firma divorcio sin complicaciones, continúan viviendo bajo el mismo techo por dificultades económicas sin nuevos episodios de agresividad. En Marzo del año 2000 es detenido y enviado a la cárcel RV, lo cual fue tomado por sorpresa tanto a RV como a la demandante, porque no esperaban esa decisión y sentían que ya estaban compensados en las formas de vida.  

ANALISIS 

R V es un hombre adulto que expresa haber sufrido maltrato físico en su infancia por parte de su padre incorporando que “esto es necesario para la corrección y la formación de los seres humanos”. De otro lado, una característica del núcleo familiar que formó con M M, es su ausencia durante la crianza de los hijos mayores por necesidades económicas, haciendo que el vínculo afectivo y de respeto fuera débil entre ellos. Existió competencia entre el padre y el hijo mayor por desempeñar el rol paterno en el hogar (por ausencia del padre), y esto no ha podido ser solucionado en forma adecuada, por esto debe el hijo mayor ser vinculado en un proceso terapéutico. RV en el momento del examen se encuentra con un proceso depresivo secundario a las dificultades generadas en la relación intrafamiliar, junto a una personalidad trastornada previa con rasgos depresivos y paranoides manifiestos en sus comportamientos de celos en su vida conyugal y familiar.  

Además, la agresividad que ha desarrollado a lo largo de los 24 años y la negativa a aceparlo públicamente incluso en el estrato judicial. Racionaliza y justifica su conducta (propia del mecanismo paranoide) argumentando que los hijos mismos se han golpeado. Y que la conducta violenta no ha existido porque “ ¿por qué no lo habían demandado antes?” La demandante, señora M M es una mujer adulta, con un aceptable núcleo familiar de origen.  

Presenta en las pruebas psicológicas rasgos previos de personalidad paranoide y esquizoide, mostrándose autosuficiente e independiente. Además, se evidencian signos de organicidad (daño cerebral) a las pruebas de Bender, Rey y Machover que pueden ser secundarios a la hipertensión arterial crónica. Por sus sentimientos de impotencia frente a la agresión del esposo ella ha establecido alianza con sus hijos buscando ser protegida. Alianza que no es favorable para el grupo familiar ya que contribuye a la mayor animadversión entre padre e hijos. Al perder los hijos la orientación de uno de sus progenitores se incrementan las dificultades intrafamiliares.  

Hasta acá parte de los análisis enviados en el informe a la autoridad judicial.  

Discusión

La presente investigación nos ha permitido ver generalizaciones que ya han sido propuestas por numerosos autores. Ejemplo, los integrantes de las tres parejas han crecido en núcleos familiares con patrones repetitivos de violencia. La violencia que es un comportamiento desde lo físico, lo verbal y lo emocional se perpetúa así en forma intergeneracional. Podemos proponer de la observación de las tres parejas que el ascenso de la mujer en la escala social, económica, laboral, educativa se asocia con menor victimización para ella y mayor para el hombre en proporción al rol inverso en las otras dos parejas.  

Las parejas estudiadas nos muestran aspectos particulares de nuestra diversidad cultural. En la pareja 1 hay luchas y el hombre lucha para conquistarla a ella y poder ingresar a su familia que es de mayor estatus. Pero una vez allí no tolera la presencia de sus miembros, el padre y las tres mamás.  

En la pareja 2 la relación es de cuarta dimensión (recordemos a Madanes 1982) de arrepentirse y perdonar. Pero en el fondo continúan las interacciones por el pesar, el resentimiento, las mentiras, el secreto, el engaño, las autoacusaciones, el aislamiento y la disociación.  

En la pareja 3 se da la definición de violencia como proceso dentro de una relación con predominio de los elementos simétricos. También se da la triangulación de la pareja con el hijo mayor.

Siguiendo a Bateson (1. 993), buscamos acogernos a los tres niveles de análisis que él propone cuando se prtende hacer un trabajo científico: a. Consignar el proceso relacionado con la descripción de los datos, b. realizar el ordenamiento de los datos, para obtener diversos cuadros de la cultura de las parejas y c. esbozar discusiones acerca de los procedimientos como se acomodaron esos datos, a la manera de piezas de un rompecabezas. A manera de ejemplo, encontraríamos el siguiente: en el primer nivel estaría la descripción de la contextura física y antropométrica de cada uno de los integrantes de la pareja. El segundo nivel sus diversas creencias y guiones de vida que nos muestran el rol de protección y de jerarquía que cada uno de los hombres de estas parejas cree que debe cumplir y tercero proponemos que cada uno de ellos seleccionó los elementos físicos de su compañera para cumplir con esas expectativas que le traza la cultura. Así, cada hombre de estas parejas corpulento y fuerte escogió una mujer con características de fragilidad e indefensión.  

Mientras más inferior el nivel de la mujer en la escala educativa, económica, laboral y social exhibe una mayor tolerancia al comportamiento violento de su pareja y por tanto recibe mayor agresividad física. La mujer de la pareja número 3 esperó 20 años para formular la denuncia. La mujer de la pareja número 1, que cuenta con la mejor escala ya anotada ha intentado terminar la relación apenas con dos años de matrimonio.  

Como pertenecientes que somos del grupo de la terapia del área de la intervención creemos junto con otros terapeutas que detrás de las peleas, la simetría y los conflictos de las parejas hay que buscar el sentido y el significado que las gentes quieren dar a sus vidas. Así este sentido sea malsano porque se traduce en violencia intrafamiliar. Un sentido que se deja entrever en las tres parejas estudiadas es la pretensión que cada una de las tres mujeres tenía con su compañero de demostrarle que él no podía subvalorarla. Y ello suscitaba la respuesta violenta de él ante las pretensiones de ella. Y cada una de ellas persistía en su conducta de provocación porque es el único lenguaje que conocen para la comunicación. Porque lo humano se da en el lenguaje. De ahí que en la terapia es el lenguaje la terapia misma. El lenguaje no es un instrumento de la terapia, es la terapia misma. Se ayuda a las personas a que usen su lenguaje y cambien su lenguaje. Que hablen de distinta manera para que no se llegue a la conducta violenta. Pero es hablar sintiendo respeto por el otro. Porque el otro es uno mismo.  

No podemos cerrar, sin antes realizar un comentario sobre la suerte jurídico que corrieron los tres hombres sindicados en estos procesos de violencia intrafamiliar. Confirma lo dicho por Foucault (1978) en “ la verdad y las formas jurídicas”. Cárcel para el hombre de la pareja 3 quien es lotero y celador. Multa para el hombre de la pareja 2, quien es universitario, empleado bancario. Amonestación verbal y por escrito al hombre de la pareja 1, quien es profesional al servicio del control social del Estado; además pareja del estrato social más alto. Foucault cuando propone una realaboración de la teoría del sujeto (como núcleo central de todo conocimiento), comenta que: “ entre las prácticas sociales en las que el análisis histórico permite localizar la emergencia de nuevas formas subjetivas, las prácticas jurídicas, o más precisamente, las prácticas judiciales están entre las más importantes”.


Conclusión

Los seres humanos como individuos somos únicos e irrepetibles. Por ello las formas de violencia también están mediadas por esta gran diversidad bio psico sociocultural.  

El estudio de la violencia como comportamiento humano que es, está sujeto al estudio de las leyes universales y a la variabilidad individual.

Consideramos que no es conveniente en los diferentes trabajos sobre el tema de la violencia continuar conversando sobre los violentos, los delincuentes, como si fueran realidades ontológicas. Porque los estudios muestran episodios, momentos del ser humano. Así como tienen sus momentos violentos también tiene sus momentos amorosos.

Lo humano se da en el lenguaje de ahí la necesidad de ser cuidadoso en el uso del lenguaje. Porque tanto los problemas como las soluciones se construyen en el lenguaje.

Nos llama la atención que en algunas investigaciones se les ha inculcado la idea de violencia o de maltrato a los entrevistados. Porque ellos no tenían esa vivencia. Ellos creían que vivían dentro de una armonía. Esto refleja algún tipo de dificultad en la investigación y en los investigadores.  

La pareja conyugal (diada) es un subsistema del núcleo familiar que puede verse obstruida en su dinámica propia por factores extra e intra diada y a su vez pueden generar comportamientos violentos. Cuando la pareja acude a la administración de Justicia o a los sistemas de terapia conforma nuevos subsistemas: esposo- terapeuta, esposa- terapeuta, esposo- juez, esposa- fiscal, etc. En cada una de estas interacciones es preciso no interferir con la dinámica propia de la pareja para no generar nuevos momentos de violencia.

Los funcionarios judiciales, los investigadores, los terapeutas deben ser nuevos factores de crecimiento de la pareja; acompañantes de la pareja, coautores en la búsqueda de una solución. La imposición judicial o terapéutica generarían más violencia. La imposición debe ceder el paso a la hermenéutica y el arte de la argumentación porque las personas toman como suyas aquellas empresas en las cuales participan.  

Constituyen factores de riesgo para la violencia intrafamiliar el tipo de personalidad (paranoide, narcisista). Las marcadas diferencias socioculturales entre el hombre y la mujer, pero especialmente cuando es la mujer quien supera en esos aspectos al hombre. La ingesta de alcohol dadas las propiedades de este tóxico para dañar el sistema nervioso central y por lo mismo causar discontrol de impulsos.


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