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Problemática acerca de las drogas.

Autor/autores: Guillermo Pozo Pradas
Fecha Publicación: 01/01/2004
Área temática: Adictivos, Trastornos relacionados con sustancias y trastornos adictivos .
Tipo de trabajo:  Conferencia

RESUMEN

Este escrito se inica con pinceladas históricas sobre diferentes drogas de uso ilegal: opio, heroína, cocaína, cannabis, mescalina, LSD, psilocibina, fenciclidina, écstasis y se incluyen dos drogas de uso legal: anfetaminas y morfina. Se realiza la clasificación de las drogas.

Se señalan alcances clínico sociales: factores de sospecha y factores de riesgo: familiares, individuales y sociales. Se resaltan rasgos generales del drogadicto. Se lleva a cabo un resumen clínico sobre las drogas de uso ilegal, tomando en consideración: la droga, la clasificación, la vía de uso, lo que se busca con el consumo, la duración del efecto de la droga y las alteraciones que se producen. Finalmente se pasa a consideraciones desde una aproximación psicoanalítica.

Palabras clave: Clínica, Drogas ilegales, Factores sociales, Familia, Individuo


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Problemática acerca de las drogas.

(Problematic with drugs. )

Guillermo Pozo Pradas.

Psiquiatra en el Instituto Nacional del Menor en Caracas, dependiente del Ministerio de Salud y Desarrollo Social.
Psiquiatra en Ejercicio Liberal de la Profesión

E-mail: Thaguidaf@supercable. net. ve

PALABRAS CLAVE: drogas ilegales, Clínica, Familia, Individuo, Factores sociales.

(KEYWORDS: Illegal drugs, Clinics, Family, Individual, Social factors. )

página 1
 
[2/2/2004]


Resumen

Este escrito se inica con pinceladas históricas sobre diferentes drogas de uso ilegal: opio, heroína, cocaína, cannabis, mescalina, LSD, psilocibina, fenciclidina, écstasis y se incluyen dos drogas de uso legal: anfetaminas y morfina. Se realiza la clasificación de las drogas. Se señalan alcances clínico sociales: factores de sospecha y factores de riesgo: familiares, individuales y sociales. Se resaltan rasgos generales del drogadicto. Se lleva a cabo un resumen clínico sobre las drogas de uso ilegal, tomando en consideración: la droga, la clasificación, la vía de uso, lo que se busca con el consumo, la duración del efecto de la droga y las alteraciones que se producen. Finalmente se pasa a consideraciones desde una aproximación psicoanalítica.

Abstract

In this paper We:

Begin with some historical consideratios about illegal drugs including: opium, heroine, cocaine, cannabis, mescaline, LSD, Psylocibine, fenylciclidine, and ecstasis. We also include two legal drugs: amphetamines and morphine. Examine drugs classification. Analyze the clinical-social factors surrounding suspicion and risk factors, including family, individual and social. Highlight general profiles of drugs addicts. Summarize clinical aspects of illegal drug, classification, modes of use, sensation sought by the users, the duration of the effect and the alteration that is produced. Finally we make a psychoanalytical consideration.

Algunas pinceladas históricas

En las sociedades antiguas, el consumo de droga estaba determinado por factores culturales, siendo aceptado y se usaba la droga principalmente en ceremonias religiosas o por su efecto curativo y estimulante.

Un papiro egipcio, de 1600 años antes de Cristo, recomienda callar el llanto de los niños con la amapola que proporciona el opio.

Las descripciones con relación al opio, a la morfina, el cannabis, la cocaína, el LSD, el peyote, entre otras drogas, serán cada vez más abundantes, como también sobre la cafeína, la Nicotina, el alcohol Etílico, los Barbitúricos y los Tranquilizantes.

En 1804, Thomas De Quincey, quien consume opio por primera vez, para calmar un intenso dolor de muela, escribió: "En una hora, o cielo ¡qué cambio!. ¡Del más profundo abismo a la más sublime exaltación!. Fue el Apocalipsis que viví dentro de mí. La calma del dolor fue la cosa menos importante para mí frente a la multitud de efectos positivos que llegué a sentir. Era un tesoro, una droga anestésica para todos los sufrimientos humanos, era el secreto de la felicidad tan buscado y discutido por los filósofos de todos los tiempos; en adelante, uno comprará su felicidad por dos centavos y la llevará en un bolsillo".

Charles Baudelaire, en 1860, en su poema del Hachich, resumió en su famosa imagen: "Vaporización y centralización del Yo. Eso es todo".

Timothy Leary, 1920-1996, científico y defensor del uso libre de las drogas, de su experiencia nos señala: "Es acercándonos a la locura que seremos sensatos".

Intentaremos una temeraria y parcial mirada, desde el punto de datos históricos, a diferentes drogas, en la actualidad conocidas como ilícitas.

 

Opio

Ya aludimos, en la introducción, al papiro egipcio.

Homero, Siglo IX a. C. , en el Canto 4 de la Odisea lo proclama como analgésico y de “efecto espiritual”.

Galeno, quien vivió en los años 100, trató con opio al Emperador y filósofo romano Marco Aurelio quien permanecerá bajo adicción.

Shakespeare, lo cita en el Otelo.

Siglo XVI, su consumo crece en India, Turquía y China, detrás de el, la búsqueda del placer y factores económicos.

Siglo XVII, Guillermo III, Rey de Inglaterra lo consume y, en Francia se cita al Cardenal Richelieu.

Siglo XVIII, en Francia, los reyes Luis XIV y Luis XVI; de Rusia, el Emperador, Pedro I el Grande y su esposa Catalina.

Fines del XVIII y el XIX, De Quincey (“Confesiones de un fumador de Opio”), Charles Dickens, Coleridge, Hölderlin, Nerval, Baudelaire, Rimbaud. Es decir, célebres escritores y poetas Románticos y Simbolistas.

En otro mundo, la famosa “Guerra del opio”, cuando China descubre un cargamento con la droga, proveniente de India y lo quema. Siendo India colonia de Inglaterra, esta, por sus intereses económicos, declara la guerra (1834-1842), saliendo victoriosa gracias a su poderío, especialmente naval, logrando anexarse a Hong Kong.
Siglo XX, del Surrealismo, Bretón y Cocteau.

 

Heroína

Derivado sintético del opio, llamado así por sus cualidades “heroicas” debido a que se la señaló como adormecedora del sentimiento de temor.

En 1898, los Laboratorios Bayer la producen para combatir la tos; en el mismo año crean la Aspirina.

En la Guerra de Vietnam, su uso es dirigido desde intereses bélicos por las fuerzas de USA a tal medida que las tres compañías de aviación existentes, manejadas por la CIA, se las conocía como “Air Opium”.

En los años 60, tanto en USA como en Europa Occidental, se pasa del consumo esporádico a gran consumo.

 

Cocaína

Se han detectado alcaloides en momias egipcias de más de 3. 000 años de antigüedad.

La población aborigen de América consumía la coca, estudios importantes, entre otros se han llevado a cabo con los Incas.

En 1859, nace la cocaína.

Freud, en 1884, describe sus propiedades anestésicas “Uber Coca”.

Con ella se intentará tratar la dependencia a la morfina, pero, por su también toxicidad, será retirada del mercado al igual que se abandona su uso como anestésico.

A principios del Siglo XX hay cierta difusión en
los ambientes europeos por su efecto estimulante, su uso decae progresivamente y vuelve a hacerse presente en los “60”, con los Yuppies y “Tiburones” de las finanzas, como “ayuda” para lograr mantener el frenético ritmo de trabajo que se imponen.

Consumidores de cocaína, entre nuestros contemporáneos: Elvis Presley, Jimi Hendrix, Janis Joplin, Sid Barret, Rolling Stones, Andy Warhol y Norman Mailler.
El Papa Juan Pablo II, en su visita al Perú, acepta tomar una infusión de coca para prevenirse del conocido y temido “soroche” o mal de altura.

 

Cannabis

En la Antigua China, se utilizaban las fibras de la planta para tejer cuerdas de ropa.

Shen Nung, padre de la Medicina en China, 2. 500 años a. C. , nos deja la primera referencia escrita conocida de su consumo.

Los Celtas, 800 años a. C. , la cultivan y la suministran a Roma y Grecia para hacer velas, cuerdas y por sus propiedades lúdicas.

El Profeta Zoroaster, la cita como planta medicinal, 550 años a. C. En el texto sagrado Zend-Avesta.

Herodoto, 484-420 a. C. , “Padre de la Historia”, habla de sus efectos medicinales.

Año 312, había en Roma casi 800 tiendas con venta de estupefacientes, cannabis, opio, otros, suerte del “Primer Ámsterdam”.

Siglo V, Atila, rey de los hunos, la consume regularmente.

Siglo VI, Mahoma la acepta para el consumo y prohíbe el alcohol.

En 1. 776, la Declaración de Independencia de los Estados Unidos, es escrita en papel de cannabis, siendo sus redactores, Padres de la Patria de USA, en su mayoría, consumidores de cannabis. Posteriormente, Washington y Jefferson, fomentan su industria.

Escritores del mil ochocientos, especialmente franceses, relatan sus experiencias al consumirla y en 1831, Baudelaire, con otros artistas bohemios, funda el “Club de Haschichines”.

En 1. 845, el psiquiatra Moreau de Tours, famoso investigador y clínico parisino, documenta los beneficios del cannabis.

En 1. 870, aparece en la farmacopea de los Estados Unidos como medicina.

En 1. 876, es utilizado para la celebración de los “100 años de la Independencia” de USA.

En 1. 895, el nombre de “marijuana” aparece por primera vez en México por los seguidores de Pancho Villa.

Años 1. 910, su consumo pasa a ser costumbre en los clubes de Jazz de New Orleáns y caves de París.

1. 915, es declarado ilegal en California y en 1928 en Inglaterra.

Años “60”, lo “hippies”, “hijos de la flor”, hacen de ella parte de su manera de vivir y domina en el mundo de la música y del arte en general junto a la burguesía intelectual, siendo un signo del movimiento contracultural. Pretenden una nueva ideología fundamentada en la paz, la cultura Oriental, el amor libre y la vida en la naturaleza. En 1. 966, el cantante folk Donovan, es el primero de los hippies famosos en ser encarcelado, no obstante, al año siguiente es fumada masivamente en el Hyde Park de Londres. En la Guerra de Vietnam, los Estados Unidos hacen una campaña en su contra, pero es reemplazada por envíos de heroína y de anfetaminas.

Al pasar la oda de los “60”, el consumo, ya sin su dimensión filosófica existencial, pasa a bañar todos los estratos sociales, con el agravamiento de ser un peldaño que facilita la escalada a otras drogas.

En 1. 976, el Asesor sobre drogas, Robert Dupont la declara menos dañina que el alcohol y el tabaco, pidiendo su legalización, ubicándola como una droga terapéutica y segura en numerosas dolencias clínicas. La legalización solo se inicia, dicho año en Holanda.

Empresarios de USA cuando Carter, pensando en una próxima legalización, equipan fábricas y etiquetas impresas de cigarrillos de marihuana marca “Acapulco Golden”. Reagan dá el golpe de la no-legalización.

 

Anfetaminas

Sintetizadas y en uso desde inicios del Siglo pasado con fines médicos en pediatría, como anorexígeno y estimulante del sistema nervioso central.

En la Segunda Guerra Mundial, pilotos japoneses, Kamikazes, comieron el “chocolate atómico” y estrellaron sus aviones contra objetivos enemigos.

En la Guerra de Vietnam, su uso fue frecuente por las tropas de USA, con cifras de 72. 000. 000 de comprimidos enviados.

 

Mescalina

Proviene del peyote, pequeño cactus de Méjico.

Hay existencia de estatuillas del Siglo IV a. C. Que hablan de su uso en ceremonias y como medicina.

 

LSD

Dietilamida del ácido lisérgico, droga sintética descubierta en 1938, por el científico alemán Hoffman, encontrándose en granos de centeno en los que se enquista un hongo llamado “claviceps purpúrea” o “cornezulo del centeno”.

En la Inquisición, con los deshielos en Europa, se quemaba el trigo pero el centeno resistía y de él se alimentaba la población. Se supone que acusados de “poseídos” que eran llevados a la hoguera, podían estar bajo los efectos alucinógenos del hongo.

 

Psilocibina

“Hongo mágico” de Méjico y América Central, identificado en 1958 por Hoffman.

 

Fenciclidina

Alucinógeno de síntesis química, estudiado por el Laboratorio Park Davis en 1. 956 y en 1. 960, es vendido como anestésico inyectable siendo retirado del comercio debido a los despertares delirantes de los recién operados.

 

Ecstasis

Anfetamina de síntesis, píldora euforizante y anorexígena, producida en 1. 914 por los Laboratorios Merk, como moderador del apetito.

Años 50, es utilizado en USA como “suero d la verdad”.

En los años 60, las fuerzas armadas de USA lo usan con sus soldados.

Años 80-90, consumo en discotecas, “rave parties” (rave = delirio, éxtasis), con la intención de bailar frenéticamente toda la noche a la par de ser considerada como “droga de la juventud”, con cualidades afrodisíacas.

Años 90, en Madrid, forma parte del programa de tratamiento de las alteraciones asociadas al shoc post-traumático.

 

Morfina

Alcaloide del opio, aislado en 1803, droga aceptada en uso médico por su potente poder analgésico.
Su nombre proviene de Morfeo, Dios griego del sueño.
Tuvo un uso masivo en la Guerra de 1870, también en otras, como en la Primera y Segunda Guerras Mundiales.
Es altamente adictiva y a la dependencia se llega vía iatrogénesis o por abuso dentro de la problemática de la drogadicción.

Dejo de lado otras opciones adictivas: barbitúricos, tranquilizantes, químicos inhalantes, alcohol, nicotina y café.

Clasificación

Lewin, 1927:

a- Eufóricas: opio y derivados: morfina, heroína, codeína, coca, cocaína.
b- Fantásticas: peyote.
c- Hilarantes: alcohol, cloroformo, éter.
d- Hipnóticos: cloral, barbitúricos.
e- Excitantes: cafeína, tabaco.

Porot, 1945:

a- Toxicomanías mayores: opio y derivados, cocaína, cannabis, alcohol.
b- Toxicomanías menores: té, café, tabaco, éter, barbitúricos.

Contemporánea:

a- drogas que deprimen el Sistema nervioso Central:

Alcohol etílico
Barbitúricos
Benzodiazepinas
Opiáceos (opio, morfina, heroína y analgésicos de síntesis)
Codeína

b- drogas que estimulan el Sistema nervioso Central:

Cafeína
Nicotina
Anfetamina
Cocaína, perico, crack.

c- drogas que perturban la actividad del Sistema nervioso Central:

Disolventes: éter, cola.
Cannabis
LSD 25
Mescalina
Psilocibina
MDMA
Special K

Según la forma de consumo:

a- Ocasional (sin dependencia):

Experimental
Recreacional
Circunstancial

b- Farmacodependientes:

Intensificado
Compulsivo


Alcances clínico- sociales

Cambios que deben despertar sospechas.

a- Alteración del apetito y/o del sueño.
b- Rebeldía a normas y deberes familiares.
c- Variación en estados de ánimo, irritabilidad, depresión.
d- Abandono de antiguas amistades y nuevas relaciones dudosas.
e- Baja en rendimiento en actividades estudiantiles, con fallas en capacidades de atención, concentración y memoria.
f- pérdida de motivaciones con desinterés en actividades recreativas.
g- Incomunicación, aislamiento o verborrea.
h- agresividad.
i- Mentiras.
j- Ausentismo o fuga del hogar.
k- Apariencia personal descuidada, torpeza motora, ojos enrojecidos, auto medicación de colirios oftálmicos, rinitis, enrojecimiento de la piel, sudor.
l- Solicitud extra de dinero, o su hurto como también el de valores.

Factores de riesgo.

a- Familiares:

- Carencia de afecto y desconfianza dentro del núcleo familiar con mala comunicación interfamiliar teniendo como consecuencia una carencia de figuras positivas de identificación.

- Normatividad rígida, o ausente, o ambivalente. Suele destacarse la falta de límites claros, con invasión de los mismos, dándose lugar a la manipulación, potencialmente dentro de relaciones narcisísticas.

- Padre o madre con conducta adictiva. Tales modelos familiares suelen ser mensajes de conductas adictivas (medicamentos, tabaco, alcohol, café, comer compulsivo, etc. ), lo que pasa a significar que ante la angustia, el recurso está fuera de uno, pudiendo irse configurando una personalidad pre-adictiva. Cabe recordar que el adicto es un “ser hambriento” de gratificación inmediata con un mal manejo en el control de los impulsos.

- Desintegración familiar. Con toda una gama de disfuncionalidad en la que, principalmente, enumeraremos:

a) crisis de pareja, separación, divorcio.
b) Padre ausente de afecto, desinteresado por su hijo y en ocasiones desvalorizante de la madre.
c) Madre bajo conflictividad psíquica. Entre ellas, por su importancia y frecuencia, la madre bajo depresión, quien a su vez cae en actitudes posesivas.
d) Padres “prácticamente” dedicados al trabajo. Se facilita en el hijo hostilidad ante el abandono que vivencia, con distorsión de la dimensión de culpa y anclaje en ese pensarse unos a otros, sin llegar a postularse que piensa el otro desde él.

- codependencia. Ya el problema existe pero se agrava. Se trata del equivalente a permisividad y negación de realidades dentro de una relación enfermiza de dependencia emocional con el sujeto. A pesar de que se da la crítica, no hay solución, es el caso en que se le pagan las deudas, facilitándosele, sin quererlo, la manipulación, a la vez que se minimiza la problemática y se recorre el camino del engaño ante fallidas promesas y esperanzas marchitas.

b- Individuales:

- Conflictividad personal. Estamos ante la crisis de la adolescencia, con oleadas de impulsos instintivos, crisis de identidad, que conlleva a la necesidad de reconocimiento del “No Yo”, con renuncia a esa suerte de omnipotencia infantil. Hay baja autoestima, soledad, rebeldía. El adolescente tiene necesidad de autonomización, de construirse como sujeto en tanto teniendo su propia identidad, enfrentándose especialmente a sus conflictividades señaladas: depresión, sexualización y encuentro de identidad. En este andar está expuesto, por impulsividad a la tendencia del actuar.

- Desidealización de las figuras parentales con nuevos objetos de amor: amigos, ídolos, líderes.
- Evasión de la realidad por incapacidad de enfrentar problemas y demandas de la vida, con vivenciar de frustración y de fracaso. Ante vivencias de angustia, vacío, soledad o estados disfóricos, está expuesto al consumo de drogas, como alivio circunstancial, horizonte de huida con intención de adquirir un estado placentero para confrontar la realidad exterior desde la ilusión del “poder” a la vez que entra a la pertenencia de un grupo que lo atrae, el que es aceptado, del que toma sus códigos, adquiere una nueva identidad, la del adicto, llegando incluso a verse como un ser superior, más allá de haber caído, rememorando al inmortal Fausto, en la venta de su alma al Diablo.

- Falta de metas. Desde los cambios culturales, generadores de crisis de valores en una sociedad que premia el éxito sin valorar el esfuerzo y lo cultural, con carencia de ideales y consumismo desenfrenado.
En su extremo, crisis existencial sobre la finitud de la existencia, con llegada hacia la muerte desde un lento o brusco suicidio.

- Búsqueda de nuevas experiencias. El riesgo le atrae como escudo para fortalecer la diferenciación y sentimiento de sí mismo. En esto, la droga puede acercar sus aguas, bañar pies y desde sus mareas, hundir al sujeto en el enigmático océano de aguas carnívoras.


Sobre el inicio del consumo, es poco frecuente que se realice fuera de un grupo. La presencia de terceros son sus acompañantes y él debe demostrarles que no los defrauda. Este llamado ante sus pares, puede llegar a tener una dimensión de “función ordálica” que lleva al sujeto a ir hacia senderos limitantes con la muerte. El fantasma ordálico lo conduce, física y psíquicamente, a un poder externo que decidirá sobre su muerte o de un derecho absoluto a la vida. En cierta forma, el joven reintroduce la dimensión de la muerte y, en parte, la muerte de su infancia, que él pone en acto.

- Un estado borderline o de pre-psicosis. Con angustia de fragmentación corporal y mental, más vivenciar paranoide, donde la droga sería un intento de “cura”, llegando a ser o un leve retardo a la eclosión psicótica, o un franco aceleramiento en su desencadenación.

- Sociales:

- Falta de oportunidades académicas, recreativas, deportivas, laborales.

- ausencia de credibilidad en las Instituciones.

- Fallas en políticas y programas para abordar el problema con, en lo comunitario lagunas en organización, participación y solidaridad. Los Medios de comunicación, tímida trinchera cuyo despertar está en espera.

- Acelerado y deshumanizado desarrollo de la época actual, con presiones grupales negativas más redes de producción y distribución. Llevando la mirada hacia los tiempos más remotos, vemos que todas las sociedades han tenido que ver con el consumo de sustancias euforizantes y alucinantes. La “metáfora iniciática” en dichas culturas contaba con el reconocimiento del grupo social. Haciendo un salto, a la vez temerario y arbitrario, diremos que desde aproximadamente los años cincuenta del siglo recién pasado, se da una notoria banalización de la droga junto con el exceso de la misma en el mercado, que nos lleva a ubicar el consumo como un fenómeno o enfermedad social.


Rasgos generales del drogadicto

a- Predominantemente adolescente y del medio urbano.
b- Inmadurez, con una debilidad yoica que le dificulta el control del deseo, teniendo una baja tolerancia a la frustración con prevalencia del principio del placer sobre el de realidad.
c- Dificultades con el medio familiar.
d- Rechazo del orden social, sin intención de cambiarlo, con aceptación de la trasgresión.
e- Huida con búsqueda de satisfacción y tentativa de comunicación mediatizada por el síntoma y la droga.
f- A veces, canto: a la libertad, sin compromiso o deberes, o a un valor místico, religioso, filosófico de la droga, sin contradicciones, sin historia, sin jerarquía, suerte de "Oriente Místico", cultura subterránea en combate contra la razón, con posición de considerar el imaginario como más real y válido que la realidad.
g- regresión con fijación en niveles oral y narcisístico.
h- Dentro del plano de participación grupal, necesidad de pertenencia con cierta imagen del "padre", que es la del "guía" o "gurú".


Ocho ventanas que alejan al adolescente de la droga

a- El sentirse aceptado por padres, profesores y terceros significativos.
b- Saber como expresar sus sentimientos positivamente.
c- Contar con autoestima y cierto grado de independencia.
d- Permitirse conocerse imperfecto y capaz de correr riesgos.
e- Saberse responsable ante otros y que es necesario y valorado.
f- No tomar decisiones por ignorancia.
g- Contar con amigos que te acepten por quien eres.
h- Tener más cosas importantes que hacer


Resumen clínico. (Drogas de uso ilegal)

 

Aproximaciones psicoanalíticas

Estimamos que la única actitud humana y científicamente válida es la interrogación y la escucha.

El "super placer" que procura la droga, corrompe y altera los mecanismos de control del hedonismo permitiendo tapar la insatisfacción y sentimientos de malestar internos. Tal inaptitud al bienestar va de la mano de un modo de amor egocéntrico, narcisista, con avidez y sed de una necesidad de idealización.

A nivel psicoanalítico se trata de comprender la drogadicción como un síntoma, es decir, como un compromiso entre el deseo y la realidad, reconociendo que no hay que limitarse al agente tóxico sino, ir más allá y ver en la dimensión de la impulsión al consumo lo que hace de un individuo un drogadicto.

Es oportuno señalar que el hombre se desarrolla a partir de su estado de dependencia primaria, estado que deberá sobrepasar.

Todo comienza entonces desde la dependencia cuya imagen más esclarecedora es la del bebe en sus dos estados el de la falta y el de la completitud o quietud paradisíaca.

A partir de allí nace la vivencia de la necesidad y del placer, registrándose como una memoria imborrable.

Memoria que debe permitir que la “falta” introduzca la dimensión temporal de la espera constituida en deseo.

Ante esta dinámica de “placer-abandono”, veremos la eventual mala salida del consumidor de droga (s) en su intento de atravesar el terreno de la dependencia para llegar al de la independencia, ocultando el conflicto de la pérdida y la espera de la llegada del deseo del Otro, con crisis del vínculo y caída en la trampa del objeto droga.

Estamos frente a la farmacotimia o enfermedad caracterizada por la necesidad de la droga, ubicándose el origen en la "depresión inicial", con su halo de frustraciones y de heridas narcisistas.

En "la euforia", el sujeto retorna libremente a la megalomanía primitiva, pasando a ser un bebé resplandeciente de autoestima, lleno de fe en su todo poder, su Yo re encontrando su antigua dimensión narcisística.

"Viaje" que dejando atrás el "paisaje de la realidad" solo permitirá ver el "sueño del placer".

Desde la familia, nos encontramos ante una doble problemática, la de la importancia de la relación madre-hijo (a) y la del padre.

 

Sobre la primera, ciertas dificultades pueden estar presentes:

· Madre poco presente que conlleve vivencias de abandono.
· Madre sobre protectora, que ahoga al hijo (a).
· Madre que no distinga el significado del llanto, con respuesta equivocada de más pecho nutriente, facilitando la dimensión oral, dejando en falta a la palabra y el afecto.
· Madre que se anticipa a las necesidades, impidiendo la demanda del hijo (a), obstaculizando que la frustración tenga un sano desarrollo.
Del lado paterno:
· Padre ausente o inexistente, débil, sin autoridad, más allá que esta pueda estar enmascarada en brutalidad. Debilidad paterna que no logra introducir la “Ley”, “Ley del Padre”, estructuración interdictora en la relación madre-hijo (a) sobre deseos incestuosos para abrir, desde la función simbólica, el deseo con el otro.
· identificación al padre dependiente, por ejemplo, alcohólico; proyección también valida para la madre con alguna dependencia.

Dentro de la dinámica señalada, se percibe una mala calidad o insuficiencia en los intercambios afectivos hijo-padres en la infancia, teniendo como consecuencia una dependencia afectiva total hacia el objeto de amor.

Al no haber guardado una adecuada imagen materna y paterna, cuya internalización es indispensable para la maduración de la personalidad, permanecen dependientes de un objeto fantasmático idealizado e inaccesible, cuyo rol es el de aportar una compensación al vacío, la falta y la insatisfacción, quedándose el sujeto en el modo de relación oral.

Desde la relación oral, se encuentra avidez, impulsividad, dependencia material y afectiva hacia el medio, con necesidad inmediata de satisfacción e intolerancia ante la frustración, el todo vinculable al modo de relación oral, exigiendo gratificación sin capacidad de espera ni de consideración de la realidad.

En su desarrollo, la prioridad genital aparece inestable, llegando a la desinvestidura genital del objeto, con investidura narcisística autoerótica, la que puede acompañarse de una actividad fantasmática en la que los objetos de amor son evocados en el imaginario, teniendo con frecuencia una temática edípica y considerándose a sí mismo Ley y transgresor.

Por lo señalado, a raíz del carácter patológico de la simbiosis previa con la madre, será incapaz de efectuar una buena desimbiotización, viviendo en el plano de la necesidad puesto que su deseo no llegó a articularse, es decir, a organizarse sobre la base de su ausencia.

No es un ser habitado por una falta sino, que la enormidad de esta ha devorado su ser.

La relación de objeto en el drogadicto es pregenital, modo de relación en la cual el Yo no considera al objeto como complemento necesario de sus necesidades instintuales, pasando a ser la droga un "dispensador nutriente".

La vida sexual del drogadicto puede estar marcada por una conflictiva de sus tendencias homosexuales con intento de negar la castración: "no hay castración dado que mi pareja tiene también un pene".


En el caso en que las tendencias homosexuales sean fuertemente reprimidas, le queda la aproximación a una mujer que ocuparía el rol de: "madre fálica".

Cabe señalar que el hecho fundamental de la sexualidad de estos sujetos es la angustia de castración que toma su fuerza del masoquismo, dado que la relación de objeto pre-genital es, necesariamente, masoquista. Esto se debe a que ella lleva a la pérdida del objeto, destruido por incorporación en la oralidad, perdida de objeto que pasa a ser dolorosa por el duelo que representa.

Se establece una dinámica de sufrimiento privación-separación.

Enlazando su placer al sufrimiento, el Yo tiende a negar la depresión y, al mismo tiempo, se enferma porque el sufrimiento deviene objeto libidinal.

El masoquismo conduce a suprimir la angustia afirmando que el sufrimiento es agradable.

La ambivalencia está presente y el hecho de buscar placer en el objeto mágico de la droga, muestra bien que la libido está lejos de su extinción.

Si bien puede estar consciente de su destrucción y llegar a fantasear con la muerte el verdadero Nirvana, inconscientemente no cree en su propia muerte, cree en su invulnerabilidad y en su todo poder.

Queda también que el masoquismo se viste de agresividad, volcada contra el otro y la sociedad a quienes señalan como responsables de sus dificultades, quienes a su vez le son rechazantes, generándose reacciones depresivas con el círculo vicioso que conduce de la necesidad incoercible a la culpa, de esta a la depresión y ella a la necesidad.

El sujeto en fuga, con deseo de felicidad y comunicación, frustrado de su vivir, ávido de toda satisfacción, tiene ante la droga un espejismo de respuesta, con su velo de misterio, de lo prohibido y supuesta afinidad con lo juvenil visto como falta de conformismo, esoterismo, libertad sin límites, rechazo del orden establecido sin voluntad de cambiarlo y sin compromiso. La experiencia con la droga, pudiendo llegar a ser no solamente hedónica y huida sino además el de darle una dimensión "ideológica", mística y filosófica.

La droga pasa a ser “remedio” a sus dificultades internas y de comunicación, huida y supuesto enriquecimiento personal.

Huir es reconocer una posición insostenible, por ello, el sujeto desea escapar. Huye dominantemente de una angustia de castración y de muerte y van al "viaje".

La curiosidad puede ser un primer paso sobre la vía de la búsqueda de gratificación.

Hay inmadurez con intento de reencuentro de un deseo particular, preexistente, la droga pasando a ser el emisario del placer.

Recordando que todo deseo es deseo de valorización del Yo implicando trabajo y capacidad de espera, el fracaso se le anuncia al drogadicto para ubicarse en estado de necesidad.

Hay regresión del Yo hacia la oralidad y el narcisismo, encontrándose entre la depresión y la psicosis teniendo como mecanismos de defensa:

- La impulsividad, intento frustro de suprimir la demora necesaria entre deseo y placer.

- La perversión, desviación hacia el placer que relega la sexualidad a un segundo plano ante el miedo a la castración, quedándose la regresión en fijaciones de la sexualidad infantil. La perversión es el precio para tratar de probar justamente la ausencia de la castración. Cabe distinguirse que en una estructura perversa, para este existen los semejantes, no así para el drogadicto; en el perverso, como "amo del goce", su satisfacción dura hasta que finaliza la puesta en escena de su fantasma y el "partenair" es degradado a la condición de desecho, mientras que en el drogadicto, el objeto no es reducido en su nivel.

- La elación-depresión, estado de bienestar y magnitud del Yo desde el efecto placer de la droga, defensa contra la depresión, pero este estado dura poco y cae nuevamente a la posición depresiva.

La droga en estructuras oral narcisistas, pasa a ser identificada con el buscado objeto ideal de compensación, llenando el vacío por la ausencia de internalización de los imagos parentales, equilibrando su sentimiento de falta, satisfaciéndole aspiraciones y el bienestar a que aspira.

El drogadicto debe ser visto como un enfermo, inestable, en riesgo continuo de descompensación hacia la enfermedad mental, señalándose que vive entre la experiencia de:

- La fusión, éxtasis con vivencia que se diluye la diferencia entre Yo-no Yo.

- La desintegración, vivencia de despedazamiento, de fragmentación corporal, de no ser.
Con la escalada y aumento de dosis, el sujeto constatará con angustia que ya el efecto mágico se agota, deja de "controlar" su sufrimiento y depresión.
Tres caminos se vislumbran en su horizonte:

- El suicidio, provocado por las pulsiones autodestructivas liberadas por la desestructuración yoica, develándose más que un querer morir, un querer triunfar sobre la muerte y en ocasiones acto de una búsqueda de inmortalidad.

- El pasaje a un episodio psicótico, como refugio o medio de escapar del estado de crisis en que, privado el Yo de la euforia protectora, hay salida de la fantasmatización masoquista de castración, con caída en delirio persecutorio, este a veces celopático y en ocasiones con conflictividad homosexual.

- La desintoxicación, previo a ella el sujeto se puede presentar "ansioso de perdón" con la finalidad de obtenerlo y recaer. Ya aceptada la desintoxicación, el acto es, con cierta frecuencia, falseado por el sujeto por su intención de realizarla para reencontrar el efecto perdido de la droga; también, cabe señalarse, que se libera el masoquismo que acompaña la abstinencia.

En el tercer camino, una vez desintoxicado, nos encontramos en presencia de una personalidad sin consistencia, insatisfecha, agresiva, totalmente dependiente, ante quien el terapeuta pasa a ser parte del objeto sustitutivo complementario de la droga, quien debe conducirlo a ser capaz de amar al otro y sobre todo de amarse y estimarse, con apertura al amor no tenido, entendido como encuentro espontáneo del afecto y de la sexualidad.


Desde el poder amar su cuerpo, se le restablece el principio de realidad con un real intercambio con el principio del placer, puerta de entrada para el verdadero objeto del deseo tras una maduración de la genitalización de la pulsión, quedando la droga desplazada como objeto de deseo.

En este proceso debe pasar a "identificarse a", lo que le exige como condición el "ser identificado desde".

Obviamente, nadie "es" sino que todos "nos identificamos a", y gracias a ello es que podemos sentirnos alguien e incluso algún día descubrir que hemos variado de referencia identificatoria.


Señalamientos finales

a- De la vida, de poetas:

- "Lo que hay de trágico en la muerte es que transforma la vida en destino".
- "La muerte sirve para definir la vida y no para impedirla".
- "Una vida vale nada, pero nada bien vale una vida".

b- Un triste final:

Creyéndose haber ingresado al Templo del Éxtasis por la puerta del placer, se compra la ilusión pagando contra el cuerpo y el pensar, teniéndose muy cerca, entreabierta, la puerta de la infelicidad y la caída a la Noche del Vacío.

c- Un canto:

En medio de un camino de inquietudes y de fantasías, nada la vivencia, la angustia, la depresión y/o la insana alegría. Delante, quedará esencialmente o lo anodino, o un grito sin escucha o un mundo poético, creativo.

Frente a la caída del telón,
queda la voz y la mirada.
Ante la vida,
en una orilla el horizonte,
en otra, bajo el cielo,
los entrenudos de un chinchorro
y la luz de un cisne.


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