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Esquizotipia y rasgos temperamentales de personalidad.

Fecha Publicación: 01/01/2004
Autor/autores: Antonio Andrés Pueyo

RESUMEN

Se ha discutido acerca de si la esquizotipia es un conjunto de factores independientes de los rasgos de personalidad normal o si precisamente es producto de la combinación específica de esos rasgos. Si la segunda propuesta fuera cierta, es decir, si la esquizotipia es una específica configuración de rasgos de personalidad normal, entonces, los modelos de personalidad podrían explicar suficientemente todas sus características. En el presente estudio se analiza en una muestra de estudiantes universitarios la relación entre rasgos de la esquizotipia, evaluados mediante el cuestionario O-LIFE-R, y rasgos de personalidad normal desde el modelo de personalidad de Eysenck, mediante el uso del EPQ-R.

Los resultados muestran la gran importancia del neuroticismo en la estructura de la personalidad esquizotípica. A partir de estos resultados se observa el peso específico de la extraversión y el psicoticismo en las distintas escalas del O-LIFE-R y destacan las limitaciones del modelo eysenckiano en la explicación de algunas de las características positivas de la esquizotipia. Así mismo, se sugiere que en este tipo de personalidad, el psicoticismo jugaría un importante papel como dimensión subyacente, mientras que extroversión y neuroticismo tendrían un rol modulador en el inicio y el desarrollo del trastorno. El concepto ?Esquizotipia? no es un término unívoco. A pesar de que cuenta con cincuenta años de historia, es abordado desde diferentes enfoques y la interpretación y uso que del mismo se haga varia en función de los profesionales y de sus objetivos. A pesar de ello, en todas sus concepciones, la esquizotipia se asocia a la personalidad (aunque bien puede ser normal o alterada) y se supone una cierta relación (e incluso una continuidad) con la esquizofrenia. Si nos centramos en su relación con la personalidad, la esquizotipia puede entenderse como un conjunto de características independientes de los rasgos de personalidad normal o bien como el producto de la combinación específica de esos rasgos. P. E. Meehl (1) considera la esquizotipia un constructo independiente, con sus propias bases genéticas y biológicas, etiología, patogénesis y sus signos y síntomas manifiestos. Pero si la segunda propuesta fuera cierta, es decir, si la esquizotipia es una específica amalgama de rasgos de personalidad normal, entonces, los modelos de personalidad podrían explicar suficientemente todas sus características. Este punto ha tratado de aclararse mediante estudios correlacionales y estudios factoriales que han incluido, junto con escalas específicas de la medida de la esquizotipia, escalas de evaluación de la personalidad, esencialmente las del modelo PEN de H. J. Eysenck y las del modelo de Cinco Factores. Acerca de la capacidad de las dimensiones propuestas por H. J. Eysenck, extroversión, neuroticismo y psicoticismo, para la evaluación de la esquizotipia, hay criterios opuestos. Eysenck (2-4) propuso la hipótesis que todas las psicosis comparten un rasgo latente, el psicoticismo, que se extiende más allá de los estados psicóticos y que puede ser medido también en la población normal. Las diversas variedades de psicosis y esquizotipia se deben a la diferente participación de las dimensiones de extraversión y neuroticismo (5). Muntaner (6, 7) analizó la relación entre los rasgos de personalidad, evaluados mediante las dimensiones del modelo de Eysenck, y los rasgos de esquizotipia, medidos a partir de las escalas de predisposición psicótica de Chapman y Chapman y el cuestionario STQ de Claridge y Brooks (8). Sus resultados concluyen que las variables de esquizotipia pueden ser explicadas por tres dimensiones que coinciden con las dimensiones PEN. La primera, relacionada con el neuroticismo, incluiría los rasgos psicopatológicos evaluados por las escalas de trastorno Esquizotípico de la personalidad STA (8), trastorno Límite de la personalidad STB (8), aberración Perceptiva PAS (9) e Ideación Mágica MIS (10). La segunda, asociada a la extraversión, incluiría la Anhedonia Física PhA (11) y Social SoA (11). La tercera dimensión, relacionada con el psicoticismo, incluiría el trastorno Límite de la personalidad (STB). El factor negativo de la esquizotipia y la dimensión de Extroversión-Introversión de Eysenck guardan una estrecha relación en algunos trabajos (6, 12, 13). Sin embargo, se considera que la extroversión y la anhedonia no son constructos sinónimos y que la anhedonia representa un grado más severo en el continuo que va de la normalidad a la patología (14). Lipp, Arnold y Siddle (15) observaron que la anhedonia física y social, pero no la extraversión, presentaban cierta relación con el psicoticismo. Se ha hallado que los pacientes con esquizofrenia, los familiares de éstos y las personas con esquizotipia psicométrica, obtienen altas puntuaciones en neuroticismo (16-18). El rasgo de neuroticismo suele asociarse con los componentes positivos de la esquizotipia (14) así como con el factor de desorganización y/o de ansiedad social en aquellos estudios que lo incluyen (12). No obstante, a pesar de las relaciones halladas, el neuroticismo y los componentes positivos y de desorganización son entidades diferenciables, es decir, hay un solapamiento entre ellos, pero no una plena identificación. Claridge y Davis (19) se cuestionaban en un reciente artículo acerca de cuál es el significado del neuroticismo y examinan dos aspectos del constructo: su estatus como descriptor de la personalidad y su rol en la dinámica de los estados alterados de la personalidad. G. Claridge indica que el funcionamiento psicológico y biológico anormal suele estar acompañado de un elevado nivel de neuroticismo y que éste se encuentra en la base de múltiples patologías. Propone que el neuroticismo juega un papel de variable moderadora en la etiología de diversas alteraciones (personalidad límite, esquizotípica, obsesiva-compulsiva, narcisista), influyendo sobre la expresión de la patología específica. En este sentido, Van Os y Jones (20) tratan de esclarecer el papel del neuroticismo como consecuencia de la enfermedad o como factor de riesgo para su desarrollo, mediante un estudio longitudinal en el que se evaluó para una cohorte de edad de población general, neuroticismo y extraversión en adolescentes de 16 años y esquizofrenia en adultos. Los resultados mostraron que los rasgos de personalidad de neuroticismo y extraversión evaluados en la adolescencia contribuyeron, independientemente de otras medidas, de forma positiva y negativa respectivamente, al riesgo de desarrollar esquizofrenia en la edad adulta. Respecto a la dimensión de psicoticismo, suele aparecer asociada a rasgos esquizotípicos de disconformidad y de impulsividad (6, 12, 13, 21, 22), pero también a los componentes positivos (4). Sin embargo, todavía persiste el debate en torno a la necesaria clarificación y delimitación del término ?psicoticismo? en el sentido dimensional en que es utilizado por Eysenck en su modelo de continuidad (23, 24), y que, de manera inevitable, implica la requerida precisión en el término ?esquizotipia?. Algunos autores (13, 22, 25) afirman que, a pesar de las correlaciones halladas, el modelo trifactorial de la personalidad no explica suficientemente la esquizotipia. Argumentan que uno de los componentes con mayor relevancia en la esquizotipia, el denominado componente positivo (experiencias inusuales, ideación mágica, . . . ), es un factor diferenciado de las tres dimensiones del modelo PEN y su contenido no queda contemplado en la dimensión de psicoticismo, tal como pretende Eysenck. Dichas observaciones se desprenden de los resultados de estudios como el de Kendler y Hewitt (13). Estos autores analizaron la relación entre varias escalas de esquizotipia y las variables PEN, mediante análisis factorial exploratorio. Los resultados obtenidos mostraron tres factores, a los que se denominó: ?rasgos positivos? (que incluye ideación mágica, alucinaciones, aberración perceptual), ?disconformidad? (psicoticismo, anhedonia física) y ?esquizotipia social? (ideación paranoide y anhedonia social). Los autores indican que al incorporar E y N en el análisis, este último factor se descompone en dos: ?neuroticismo-ideación paranoide? y ?extraversión-anhedonia social?. Así pues, aparecía un primer factor, que podemos identificar como ?rasgos positivos? y que no quedaba explicado por ninguna de las dimensiones de PEN. Para hacer frente a estas críticas y mostrar el ajuste de la esquizotipia a su modelo, Eysenck y Barrett (4) reanalizaron los datos presentados por Kendler y Hewitt. Hacen notar que en el trabajo original, los autores no introdujeron todas las escalas en la matriz, por lo que resuelven incorporarlas todas y aplicar rotación Oblimin. Este análisis da lugar a tres factores. En el primero destaca el peso del neuroticismo, asociado a otros componentes como la ansiedad, la depresión, y a buena parte de las escalas de esquizotipia (anhedonia social y algunas características positivas como aberración perceptual, ideación mágica, ideación paranoide, alucinaciones). El segundo factor recoge el componente de extraversión junto con características positivas (alucinaciones, ideación mágica) y anhedonia física. El tercer factor, representado por el psicoticismo, también integra el inconformismo y la anhedonia social. Eysenck destaca la importancia del neuroticismo en la esquizotipia, ya que aparece como primer componente, con un peso factorial considerable y mostrando relación con bastantes componentes de la esquizotipia. Sin embargo, esto no significa que se deba considerar la esquizotipia de forma unifactorial. Con el fin de esclarecer la validez externa de la esquizotipia y la posición que el componente positivo tiene en la estructura de la personalidad, otros estudios han utilizado modelos de personalidad diferentes. El modelo de Cinco Factores, de creciente actualidad, puede proporcionar la solución a este problema según criterio de algunos autores (16, 25-27). Éstos sugieren que la dimensión de Apertura a la Experiencia estaría relacionada con el componente positivo. Las características positivas de la esquizotipia y de la psicosis en general suponen una desregulación en el control de los contenidos a la conciencia, la cual podría explicarse como resultado de un elevado nivel de Apertura a la Experiencia (14). Gutiérrez et al. (27) analizaron en una muestra de estudiantes universitarios la relación entre esquizotipia y los cinco factores de personalidad mediante las versiones en castellano de los cuestionarios O-LIFE-R (Oxford-Liverpool Inventory Feeling and Experiences ? revised; (28)) y FFPI (Five-Factor Personality Inventory; (29)). En el FFPI, el quinto factor, que habitualmente se conoce como Apertura a la Experiencia o Intelecto, en este cuestionario se denomina autonomía, y evalúa la tendencia a tomar decisiones independientemente y a mantener el punto de vista propio. Gutiérrez et al. (27) hallaron que la Estabilidad Emocional era el mejor predictor de la esquizotipia, entendida ésta como una puntuación global en el cuestionario O-LIFE-R. Encontraron una correlación negativa entre la escala de Desorganización Cognitiva (O-LIFE-R) y la de Estabilidad Emocional (FFPI). Esta relación se debe a que ambos factores comparten rasgos de sensibilidad emocional y de ansiedad social. También hallaron correlaciones negativas entre Desorganización Cognitiva (O-LIFE-R) y autonomía (FFPI); y entre Desorganización Cognitiva (O-LIFE-R) y extraversión (O-LIFE-R). La Anhedonia Introvertida (O-LIFE-R) correlacionaba negativamente con extroversión, Estabilidad Emocional y Cordialidad (FFPI) y positivamente con Responsabilidad (FFPI). La Disconformidad Impulsiva (O-LIFE-R) correlacionó negativamente con Cordialidad (FFPI) y en menor medida, pero en el mismo sentido, con Responsabilidad, autonomía y Estabilidad Emocional (FFPI). Por último, Experiencias Inusuales (O-LIFE-R) correlacionó negativamente con Estabilidad Emocional y Responsabilidad (FFPI) y positivamente con autonomía (FFPI). Watson (30) en un estudio acerca de experiencias asociadas con el sueño y su relación con esquizotipia y disociación, utilizó entre otros instrumentos el Big Five Inventory BFI (31) y varias medidas de esquizotipia (escalas de Chapman y Chapman y STQ). Halló que, si bien la escala de neuroticismo del BFI correlacionaba en mayor medida con esquizotipia y disociación, la magnitud de las correlaciones era baja o moderada, por lo que concluía que tanto la disociación como la esquizotipia evaluaban contenidos que no estaban bien representados en los rasgos generales de medida de la personalidad. A pesar de la divergencia en los resultados, estos estudios pretenden explicar la esquizotipia como el resultado de una combinación específica de rasgos de personalidad; aunque el modelo teórico elegido proporcionará la capacidad explicativa para los contenidos de la esquizotipia. En el presente estudio se analiza la relación entre rasgos de la esquizotipia y rasgos de personalidad normal desde el modelo de personalidad de Eysenck. La evaluación de las dimensiones de esquizotipia se ha realizado mediante el cuestionario O-LIFE-R, y las dimensiones de extraversión, neuroticismo y psicoticismo han sido evaluadas mediante un instrumento ampliamente conocido, el EPQ-R. Dicha contrastación permitirá a su vez, analizar la validez externa del instrumento de medida de la esquizotipia utilizado.


Palabras clave: EPQ-R, Esquizotipia, O-LIFE-R, Personalidad
Tipo de trabajo: Conferencia
Área temática: Personalidad, Trastornos de la Personalidad .

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