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Depresión.

Autor/autores: Alan Freddy Carrasco Dávila
Fecha Publicación: 01/03/2006
Área temática: Depresión, Trastornos depresivos .
Tipo de trabajo:  Conferencia

RESUMEN

La depresión es el resultado final de la interacción de múltiples factores constitucionales, evolutivos, ambientales e interpersonales que modifican las pautas de nuerotransmision entre los hemisferios cerebrales y el sistema límbico, y alteran de manera irreversibles los circuitos cerebrales de recompensa y castigo. La depresión es un trastorno mental caracterizado por sentimientos de inutilidad, culpa, tristeza, indefensión y desesperanza profundos. A diferencia de la tristeza normal, o la del duelo, que sigue a la pérdida de un ser querido, la depresión patológica es una tristeza sin razón aparente que la justifique, y además grave y persistente. Puede aparecer acompañada de varios síntomas concomitantes, incluidas las perturbaciones del sueño y de la comida, la pérdida de iniciativa, el auto castigo, el abandono, la inactividad y la incapacidad para el placer.

La depresión se incluye en el grupo de los "trastornos afectivos"; porque como característica de la depresión es la alteración de la capacidad afectiva, y no solo es la tristeza sino también, la incapacidad de dar afecto o recibirlo de quienes nos rodean. La depresión propiamente dicha, interfiere en la persona produciendo alteraciones en su medio, en su familia, en el trabajo y en su sexualidad. Una de las características principales que acompañan este cuadro es el estado de ansiedad. La depresión puede aparecer en un hombre o en una mujer aunque las mujeres son dos o tres veces más propensas que los hombres a padecer esta enfermedad. La depresión es una enfermedad tratable que puede afectar a todas las personas sin ninguna edad en especial, sexo o situación social.

Palabras clave: Ayuda familiar, Causas, Depresión, Diagnóstico, Distimia, Enfermo, Factores sociales, Psicopatologías, Síntomas, Terapias, Trastorno mental, Tratamiento


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Depresión.

Alan Freddy Carrasco Dávila.

Centro Investigaciones Universales.

PALABRAS CLAVE: depresión, Psicopatologías, trastorno mental, distimia, Factores sociales, Síntomas, Causas, diagnóstico, tratamiento, Terapias, Enfermo, Ayuda familiar.

Resumen

La depresión es el resultado final de la interacción de múltiples factores constitucionales, evolutivos, ambientales e interpersonales que modifican las pautas de nuerotransmision entre los hemisferios cerebrales y el sistema límbico, y alteran de manera irreversibles los circuitos cerebrales de recompensa y castigo. La depresión es un trastorno mental caracterizado por sentimientos de inutilidad, culpa, tristeza, indefensión y desesperanza profundos. A diferencia de la tristeza normal, o la del duelo, que sigue a la pérdida de un ser querido, la depresión patológica es una tristeza sin razón aparente que la justifique, y además grave y persistente. Puede aparecer acompañada de varios síntomas concomitantes, incluidas las perturbaciones del sueño y de la comida, la pérdida de iniciativa, el auto castigo, el abandono, la inactividad y la incapacidad para el placer. La depresión se incluye en el grupo de los “trastornos afectivos”; porque como característica de la depresión es la alteración de la capacidad afectiva, y no solo es la tristeza sino también, la incapacidad de dar afecto o recibirlo de quienes nos rodean. La depresión propiamente dicha, interfiere en la persona produciendo alteraciones en su medio, en su familia, en el trabajo y en su sexualidad. Una de las características principales que acompañan este cuadro es el estado de ansiedad. La depresión puede aparecer en un hombre o en una mujer aunque las mujeres son dos o tres veces más propensas que los hombres a padecer esta enfermedad. La depresión es una enfermedad tratable que puede afectar a todas las personas sin ninguna edad en especial, sexo o situación social.



Introducción

La depresión ha acompañado al hombre, quizás, desde su origen; en la Biblia en el Libro de los Reyes, Saúl de Nabucodonosor muestra síntomas que hoy se pueden clasificar como depresión.  

En Roma un siglo antes de Cristo, Celso y Asdepiades recomiendan para aliviar la depresión las buenas relaciones humanas, estímulos intelectuales y música agradable, también en el Siglo 1 A. C. Aretaeus de Cappadocia describe una enfermedad como melancolía.

Soranus da como tratamiento para los pacientes deprimidos las idas al teatro a ver comedias. Constantino el africano fue el primero en descubrir los síntomas de la melancolía: miedo a lo desconocido, remordimientos religiosos excesivos y ansiedad.

En la Edad media había un gran número de variedades de la llamada melancolía, atribuida a espíritus o a causas naturales como exceso de trabajo o de actividad sexual; y hay que recordar que en esta época se etiquetaba de “diabólicos” a los sujetos con trastornos psiquiátricos.  

En 1839 Roberto Burton publica su “Anatomía de la Melancolía” donde identifica los estados depresivos. En 1883 Emil Kraspelines diferencia entre la psicosis maniaco depresiva y la demencia precoz (esquizofrenia)
Las llamadas escuelas organicistas, hoy biologistas, intentaron explicar el trastorno de la depresión a partir de errores, insuficiencias o intoxicaciones de tipo material, que concuerda con la escuela griega, que entendía la depresión como un exceso de “humor o bilis negra”. Otros estudiosos tratan de comprender la depresión como una disfunción cuyo origen está más allá de lo puramente orgánico.  

Con la revolución francesa y la renovación del espíritu humanístico, la idea acuñada por Philippe Pinel de “romper las cadenas de los alienados”, ayudo a que la medicina comenzara a mostrar un interés más acusado por las enfermedades mentales, entre ellas la depresión. En el Siglo XIX persistieron las interpretaciones organicistas en un afán de identificar y tratar las enfermedades mentales como cualquier otra enfermedad; en este momento se trató de clasificar y homogenizar los trastornos psíquicos en grupos de pacientes que sufrían síntomas iguales o muy parecidos.  

A principios de nuestro siglo se cuenta con la teoría del inconsciente propugnada por Sigmund Freud, entendiendo la enfermedad mental como un proceso dinámico e individualizado.  

El psiquiatra Karl Leonhard en 1957 fue el primero en separar los trastornos afectivos en “bipolar” (personas con trastornos maníacos depresivos o circulares) y “monopolar” (personas con historia solo de depresión o sólo de manía)

En los últimos años el gran desarrollo de las ciencias básicas, de la psicología conductual y cognitiva han aportado nuevas luces sobre la génesis y el tratamiento de la depresión.

Así como en el pasado hoy en día la depresión tiene un lugar dentro de los males que aquejan al hombre, situándose entre las enfermedades cardiovasculares, el SIDA y la ansiedad, entre otras. Hay que tener en cuenta que aun cuando la mayoría de estas dolencias ya existían anteriormente, no se detectaban con tanta claridad como hoy o las alternativas terapéuticas eran desoladoramente escasas.  

La depresión es contraria a la nueva tendencia de la salud donde es importante no-solo cuanto se vive, sino como se vive, es decir, en la actualidad al tener un promedio mayor de esperanza de vida, la calidad de vida es muy importante, entonces qué pasa con esa calidad de vida cuando uno no tiene la capacidad de ser feliz.


¿Qué es la depresión?

La palabra depresión viene del latín “depressio” que quiere decir hundimiento. Tal es el estado experimentado por quienes la padecen, una sensación de hundirse lenta y gradualmente.

Trastorno mental caracterizado por sentimientos de inutilidad, culpa, tristeza, indefensión y desesperanza profundos. A diferencia de la tristeza normal, o la del duelo, que sigue a la pérdida de un ser querido, la depresión patológica es una tristeza sin razón aparente que la justifique, y además grave y persistente. Puede aparecer acompañada de varios síntomas concomitantes, incluidas las perturbaciones del sueño y de la comida, la pérdida de iniciativa, el auto castigo, el abandono, la inactividad y la incapacidad para el placer.

La depresión, el más frecuente de todos los trastornos mentales, afecta a hombres y a mujeres de cualquier edad y clase social, aunque las mujeres y las personas en ciertos periodos del ciclo vital (adolescencia, menopausia, andropausia y en general los periodos de crisis o cambios importantes) parecen ser las más afectadas.

La depresión se incluye en el grupo de los “trastornos afectivos”; porque como característica de la depresión es la alteración de la capacidad afectiva, y no solo es la tristeza sino también, la incapacidad de dar afecto o recibirlo de quienes nos rodean.  

Consideramos los factores psicosociales como determinantes en la adquisición y desarrollo de la depresión.

La predisposición hereditaria se plasma en real en tanto y en cuanto esté reforzada por la historia personal desde el momento del nacimiento. La educación refuerza o revierte las predisposiciones orgánicas. Entendemos que aún en el caso de no existir factores hereditarios es posible la adquisición de esta enfermedad, a partir de la realidad histórica y actual de la persona.


¿Por qué se producen las depresiones? Causas y manifestaciones

Para hablar de las causas de la depresión se debe considerar que existen diferentes tipos y cada uno puede padecer unas causas u otras. La depresión es un desorden mental que afecta a las personas integralmente. Afecta a sus sentimientos, pensamientos y acciones.

Las causas de la depresión son complejas y solo parcialmente comprendidas. La mayoría de los médicos aceptan que la depresión es causada por una combinación de factores biológicos (incluyendo los factores genéticos), sociales y psicológicos.

Algunos tipos de depresión tienden afectar a miembros de la misma familia. Se da el caso de esto en los trastornos bipolares, los estudios de familia con miembros que padecen este trastorno han demostrado que aquellos que enferman tienen una constitución genética diferente a quienes no enferman.

Otros factores que pueden hacer que aparezca esta enfermedad son tensiones de la vida, problemas en la familia, trabajo o estudios.

Algunas personas pueden tener más posibilidades de desarrollar estos trastornos, dependiendo del carácter. Una persona con una autoestima baja, pesimista y que se pone nerviosa con facilidad tiene más posibilidades que otras de padecer depresión.

Otro factor causante de estos trastornos puede ser una enfermedad física como por ejemplo los ataques de corazón, cáncer, trastornos hormonales, la enfermedad del Parkinson. Cuando una persona padece una enfermedad física y a la vez cae en una depresión puede hacer que su recuperación sea más difícil y larga de lo que suele ser ya que no atienden a sus necesidades, están decaídas y no colaboran con el tratamiento para poder curarse.  

La pérdida de un ser querido, los problemas en una relación personal, los problemas económicos, o cualquier situación estresante en la vida también pueden hacer que aparezca un episodio depresivo.

Después del episodio inicial, otros episodios depresivos pueden ocurrir sin que haya una situación de estrés.
A lo largo de los años la psiquiatría ha elaborado diferentes teorías para explicar el fenómeno de la depresión. Desde distintos puntos de vista no hay ninguna teoría que explique completamente él por qué de las depresiones.  

Concluyendo, Son causa de la depresión: 

· La pérdida de un ser querido.
· La falta de confidentes.
· Los problemas económicos
· Problemas familiares.
· Envejecimiento.
· Perdida del trabajo (aunque esta es muchas veces una consecuencia del estado depresivo)

La depresión se manifiesta por:

· tristeza y llantos frecuentes.
· Pesimismo marcado.
· Falta de interés por las actividades normales.
· Perdida de las capacidades para resolver los propios problemas.
· Bajo rendimiento y absentismo laboral.
· sensación de inutilidad.
· pérdida de apetito y adelgazamiento.
· Trastornos del sueño.
· Variaciones de carácter. Normalmente el estado anímico es desastroso por las mañanas, pues el sujeto teme enfrentarse con un nuevo día, esto va mejorando con el transcurso de las horas.
· Búsqueda de un amigo o persona que sepa escucharlo y aconsejar frente a la forma de actuar frente a los problemas.


Factores que influyen en la depresión

Factores Sociales

Numerosos factores sociales son los determinantes de esto. Por lo que es necesario captar qué fenómenos sociales de las últimas décadas están determinando la aparición de la depresión en cada persona.

Nos referimos a los siguientes fenómenos sociales:

· Recesión económica.
· Alto índice de desempleo.  
· inseguridad social.
· Marginación.
· Carencia de proyectos.
· Mercado individualista.
· Ruptura de redes sociales.
· Desaparición de lugares de pertenencia.
· aislamiento social.

Síntomas Asociados:

Estamos ante un fenómeno social, de extensión mundial, de gran confusión e indiscriminación de la realidad.
Nos encontramos permanentemente en la clínica con pacientes que recurrentemente nos hablan de miedo, soledad, ataques de pánico. Vemos que estas manifestaciones encubren determinadas características que forman parte de cuadros depresivos.

Estos síntomas asociados surgen en estos últimos años como consecuencia de fenómenos sociales y cambios agresivos que repercuten sobre las personas.

Características:

· pérdida de interés o de placer por las actividades cotidianas.
· aislamiento social.
· Trastornos del humor.
· humor disfórico, caracterizado por sentirse deprimido, desalentado, triste, sin esperanzas o irritable.
· anorexia o perdida de peso (sin hacer dieta)
· Aumento exagerado del apetito y de peso.
· insomnio o hipersomnio.  
· Agitación o lentificación psicomotriz.
· pérdida de energía o fatiga.
· Disminución de las actividades vitales.
· Descenso de la actividad y del deseo sexual.
· Disminución de la capacidad de pensamiento y concentración.
· Sentimientos de ruindad, inutilidad y fracaso.
· Carencia de proyectos.
· Disminución del rendimiento en la escuela, el trabajo, etc. , ocasionado por distracción, escasa memoria y alteraciones del pensamiento.
· Valorizaciones predominantemente negativas.
· Pensamientos de muerte recurrentes, ideas suicidas, deseos de estar muerto.
· Intolerancia a ruidos y movimientos.
· sentimiento de culpa exagerado.
· Auto reproches.
· Baja autoestima.
· Fracasos reiterados.
· Impotencia para salir de la depresión y exigencia de hacerlo.

 

Entorno social.

Estado civil. Tanto las personas casadas como las que mantienen relaciones afectivas estables con menor frecuencia son víctimas de la depresión. Puede decirse que hay algún factor hereditario en el caso de las depresiones bipolares, mientras que las otras tienen que ver con soportes sociales-familiares que actúan como atenuante.  

Clase social. Las depresiones unipolares y otras depresiones menores aparecen con mayor frecuencia en clases sociales bajas, personas con pocos años de escolaridad y/o con trabajos menos calificados, parece haber un ligero predominio de las depresiones bipolares en las clases sociales altas.  

Creencias religiosas. Aparentemente la frecuencia de suicidios es menor entre los creyentes de cualquier religión. Mientras se ha señalado aumento de depresiones bipolares entre los practicantes de religiones muy estrictas y cerradas.  

Medio ambiente. Las depresiones unipolares y menores se presentan con mayor frecuencia en el medio urbano y la frecuencia de las depresiones bipolares es semejante.

Sexo. En las depresiones bipolares la proporción hombre / mujer es muy semejante, no es así en el caso de las depresiones menores y unipolares, en estas dos últimas la frecuencia es de un hombre por dos mujeres. Se piensa que hay relación entre estas cifras de depresión y los cambios hormonales, el papel social asignado a la mujer, la educación sociocultural de la mujer, quizás, la ayude a aceptar y reconocer que se encuentra triste, desmoralizada, mientras que los hombres no expresen la depresión por ser un signo de debilidad y tiendan a optar por el alcoholismo, la agresividad o somatizaciones, enmascarando “el sentimiento” considerado como poco masculino.  


Edad. Aunque por lo general la depresión se presenta sobre todo entre los treinta y los cincuenta años, en cualquier etapa de la vida puede haber depresiones. Tanto en la infancia como en la vejez existen depresiones con características propias de cada una de estas edades. Hay que tener en cuenta que los niños pueden no ser capaces de verbalizar sus estados de ánimo y entonces sus manifestaciones de desánimo se encuentren en el trastorno del apetito, aislamiento social, fobias escolares, vómito, insomnio, etc. Entonces es importante reconocer estos síntomas como posible punta del iceberg de un cuadro depresivo.  

En el anciano la depresión también tiene otras características pues hay que tener en cuenta que con la edad cambian las particularidades biológicas, el cerebro del anciano cambia la cantidad de neurotransmisores, el número de neuronas disminuye, afectando entre otras cosas la memoria, todo esto sumado a los cambios en el resto del cuerpo, la economía; el uso de fármacos para diferentes enfermedades, etc. En el punto de vista social un anciano es una persona improductiva, puede cambiar su estatus en la familia. Entonces estos cambios explican en parte ciertas depresiones y sus características clínicas y terapéuticas. La depresión en el anciano puede manifestarse de la misma forma que en la edad adulta, pero también se presenta con rasgos que pueden confundir a las personas de su alrededor, como en la pseudo-demencia depresiva y las depresiones involutivas.  

Pseudo-demencia depresiva. Hay una disminución de las funciones integrativas superiores. El anciano es víctima de la confusión. Hay errores en su orientación temporal-espacial y de la orientación. La memoria y la atención están muy disminuidas. La lectura, el cálculo y la expresión también están afectados. Como estos síntomas son los más evidentes y visibles, muy seguido enmascaran el sustrato depresivo que los sostienen y los síntomas característicos de la depresión no se ven o se consideran menos relevantes. Esto puede llevar al diagnóstico equivocado de demencia senil en pacientes deprimidos.

Depresión involutiva. Designa a las depresiones que aparecen durante la vejez en individuos que carecen de antecedentes depresivos. Aquí, además de los síntomas típicos depresivos, se añade una marcada actitud negativa, caracterizada por hipocondriasis, histrionismo, mayores manifestaciones de ansiedad y una peculiar resistencia a responder positivamente a los habituales tratamientos antidepresivos. Se ha dicho que estos pacientes son proclives a actos suicidas, pero no hay estudios que confirmen la opinión.  

Herencia. Se ha demostrado que la frecuencia de trastornos depresivos endógenos entre familiares de primer grado va del 15 al 20%. Este porcentaje está muy por encima de lo que corresponde a la población en general. El mecanismo de transmisión hereditaria no ha sido aclarado. También es posible encontrar en la ascendencia y descendencia de pacientes con depresión alteraciones psíquicas no depresivas con una mayor influencia que en la población en general. Mientras que en las depresiones menores el componente hereditario da la impresión de ser mucho menor e incluso inexistente. Hay que tener en cuenta las semejanzas que presenta esta enfermedad entre gemelos.  

Factores biológicos.

El sistema nervioso central es la parte del cuerpo, junto con las glándulas endocrinas, que producen casi todas las sustancias químicas que son necesarias para la vida, las cuales nos hacen dormir, controlar nuestras emociones, estar hambrientos…. En algunas depresiones se han encontrado alteraciones de estas sustancias y de los mecanismos cerebrales donde actúan. Se han encontrado alteraciones biológicas como las referidas al sueño, mientras dormimos se producen unas ondas de distintos tipos y duración las cuales son distintas en pacientes deprimidos.

Factores genéticos

La genética estudia la transmisión de los caracteres heredados de generación en generación a través de los genes. En las depresiones endógenas hay altas tasas de antecedentes familiares de personas que hayan padecido trastornos del estado de ánimo. Es curioso que en los gemelos univitelinos haya un 65-70% de posibilidades de que si uno padece una depresión, la padezca el otro también, mientras que en los gemelos bivitelinos solo hay un 10% de posibilidades. Por lo tanto los datos obtenidos de los estudios genéticos apoyan la existencia de un componente hereditario y familiar en este trastorno.

Factores psicológicos.

Las distintas escuelas que estudian el comportamiento y la psicología han intentado explicar el fenómeno de las depresiones desde una perspectiva más psicológica basándose en personalidad, pensamiento, modelos de conducta o aspectos de aprendizaje e interacción.  

La psicología cognitiva se basa en la consideración que los pensamientos que tenemos son los que hacen que tengamos un comportamiento u otro e incluso crean nuestro estado de ánimo. Por ejemplo, una persona se siente deprimida y triste especialmente en el trabajo, si se le pregunta que pensamientos tiene cuando esta angustiada, ella explica que todo comienza al llegar al trabajo por las mañanas, se va a desayunar sola porque su compañero(a) desayuna en su casa. Esto le hace pensar que le cae mal a su compañero(a) y que, por lo tanto, la evita. Al estar sola comienza a pensar que ella tiene la culpa de todo y comienza a llorar. Este es el ejemplo de cómo un pensamiento puede motivar un estado de ánimo.

Las teorías psicoanalistas tienen su origen en los estudios de Freud. Consideraba que hay una serie de factores que favorecen una crisis de la autoestima y, por lo tanto, ablandan los síntomas depresivos. Muchos de estos factores se requieren a la edad infantil.

¿Quién tiene mayor riesgo de sufrir una depresión y porque?

Nadie sabe que es lo que provoca la depresión exactamente, pero varios factores importantes han sido identificados. - Dr. Stuart Yudofsky del psychiatry department at Baylor College of Medicine in Houston.  

Por razones que aun no están claras, algunas personas son más vulnerables que otras para sufrir una depresión. Algunas personas tienen mayor riesgo que otras para sufrir una depresión por ejemplo: 

- Parientes. Puede ser algo genético, o también provocado por las relaciones familiares, comparados con aquellos que no tienen parientes depresivos, aquellos que tienen parientes cercanos que son o han estado deprimidos tienen el doble de probabilidad de sufrir una fuerte depresión ellos mismos.

- Mujer. Las mujeres sufren depresión con una mayor facilidad que los hombres, se dice que por cada hombre deprimido hay dos mujeres deprimidas. Además las mujeres se ven afectadas por los efectos hormonales provocados por su periodo menstrual, embarazos, nacimiento del niño, infertilidad y los efectos causados por los anticonceptivos.

Para las mujeres son muy importantes sus relaciones con otros, es por eso que a ellas una perdida las afecta profundamente y esto las vuelve más vulnerables a una depresión.
Por otra parte, comparadas con mujeres que no tienen hijos, las madres son menos propensas a sufrir depresiones mayores o ha cometer intentos de suicidio, tal vez esto sea por la intensa relación afectiva que hay entre ellas y sus hijos.

- Hombre. Algunos hombres tienen los clásicos síntomas de la depresión, pero la mayoría de ellos tiende a esconderla. Esto sucede debido a las creencias de que el hombre debe superar sus sufrimientos emocionales y ellos se sienten avergonzados por su propia depresión, es por esto, que los hombres tienden a desviar su depresión hacia otras cosas como el alcohol, el abuso de otras substancias o comportamientos antisociales.

- Gente Mayor. La depresión en personas de edad mayor está relacionada la mayor de las veces con un deterioro psicológico, pérdida de amigos, familia, y la imposibilidad de realizar actividades que antes les llenaban de satisfacción.
La mayoría de personas ancianas están satisfechas con sus vidas. Cuando un anciano se deprime, a veces su depresión se considera erróneamente un aspecto normal de la vejez. Si no se diagnostica, ni se trata, es un sufrimiento innecesario para el anciano y para su familia. Los ancianos no suelen hablar mucho de su desesperanza y tristeza. No quieren dar a entender su pena tras la muerte de un ser querido, incluso aunque ésta se prolongue por mucho tiempo. Algunos factores que pueden influir en la aparición de una depresión en un anciano puede ser enfermedades, la jubilación, la pérdida de seres queridos, el rechazo familiar, la falta de reconocimiento social.

- Niños. La depresión en niños es poco común, pero los abusos, pérdidas y tener padres depresivos incrementa el riesgo de que el niño sufra una depresión. Los niños deprimidos no se notan totalmente tristes, sus síntomas tienden a ser problemas de conducta, se portan irritables, explosivos y presentan problemas en la escuela.  

- Adolescentes. El suicidio es la segunda causa de muerte en jóvenes de entre 15 y 19 años de edad. La adolescencia es una etapa difícil, los adolescentes sufren una gran cantidad de cambios hormonales. Sus alegrías son más grandes pero también sus tristezas son más profundas.

- Citadinos. Por razones inexplicables depresiones mayores son más comunes en grandes espacios urbanos mucho más que en espacios rurales, pero otras formas de depresión no aparecen en estas áreas.

- Personas con enfermedades crónicas. Es normal que se sienta tristeza cuando se le ha diagnosticado alguna enfermedad crónica, ya que esto lleva a una limitación de tus actividades y provoca un gran dolor.

- Personas que abusan del alcohol y las drogas. Un gran causante de depresión (especialmente en hombres) es el abuso de depresores: alcohol, narcóticos, sedantes y tranquilizantes.


Clasificación de los trastornos anímicos

Dicotomías Descriptivas.

Se han contabilizado hasta 53 subtipos diferentes de depresión (por ejemplo: enmascarada, existencial, juvenil, melancólica, menstrual, etc. ) Algunas de las dicotomías que han sido más empleadas a lo largo de los pasados decenios para clasificar los trastornos afectivos son:

Depresión Normal: 

Es un condicionamiento normal de pérdida en la vida. Incluyendo tristeza, somnolencia y en algunos serios casos (como la muerte de un ser querido) desesperación, furia, insomnio, pérdida de apetito, aumento de peso, obsesión y culpa.  

Depresión Atípica:

Esta es la más inusual. Abundan los sentimientos de melancolía y somnolencia, una persona en este estado puede estar profundamente deprimido por unos días, después bien por un tiempo o ansioso e irritable. También aparece sin causa específica.

Desordenes Afectivos (SAD):

También conocidos como "Winter Blues". Es provocada por la pérdida de luz durante el invierno, aparece a finales del otoño y dura hasta principios de la primavera. Mientras más lejos del ecuador se viva aparece con mayor frecuencia. En el Hemisferio Norte Diciembre, Enero y Febrero son los peores meses.

Depresión Pos-parto:

La madre presenta el sentimiento de pérdida después de dar a luz. Esto es provocado por un cambio hormonal, transmitiendo tristeza. Este tipo de depresión puede oscilar desde un cuadro depresivo muy leve y de corta duración hasta formas depresivas más graves que requieren ingreso y tratamientos específicos en un hospital. Las depresiones leves son muy frecuentes y pueden aparecer en dos de cada tres mujeres, comienza a los pocos días del parto, la mujer llora con facilidad, se siente desgraciada, irritable y no puede dormir. Las llamadas psicosis depresivas en la forma más severa, aparecen en una de cada mil embarazadas, entre la segunda y cuarta semana de dar a luz, se caracterizan por su gran confusión mental, sentimientos de inutilidad o culpa, ideas de muerte y amenazas de agresividad hacia el hijo, en el tratamiento de este tipo de depresión deben colaborar el psiquiatra, el ginecólogo y el médico de cabecera.

Endógena-reactiva:

El debate se originó, en parte, por la contraposición entre la visión freudiana y la kraepeliana. Es decir la discusión entre causas psicológicas frente a causas biológicas.

El eje endógeno-reactivo alude a una supuesta distinción entre depresiones biológicas (o endógenas) y depresiones psicosociales (o reactivas) Esta distinción etiológica no tiene ningún apoyo empírico; por ejemplo, muchos estudios han demostrado que las depresiones de aquellas personas que reciben el diagnóstico de “depresión endógena” han padecido factores estresantes ambientales en la misma intensidad que aquellas otras a las que se le diagnostica una “depresión reactiva”. La existencia o no de precipitantes psicosociales es irrelevante para distinguir los subtipos de depresión o para efectuar cualquier clasificación de los trastornos afectivos.

Esta distinción suele utilizarse para distinguir dos subtipos de depresión que difieren entre sí por sus síntomas pero no por su etiología: Las depresiones endógenas (hoy llamadas melancólicas) serían aquellas con mayor sintomatología vegetativa (perdida de peso, insomnio, retardo psicomotor, etc. ) y síntomas graves como el suicidio, y más recurrentes. Mientras que la depresión endógena tiene una razonable validez si nos atenemos a este patrón específico de síntomas, existe un apoyo empírico escaso que justifique el término de “depresión reactiva”. Así pues se utiliza la distinción entre “depresiones endógenas” y depresiones “no endógenas”, dejando así de lado el concepto de reactividad.

Psicótica-neurótica:

Esta diferencia diagnóstica ha desaparecido en las clasificaciones más modernas y fiables.
En el contexto de los trastornos afectivos el término de “depresión psicótica” se ha utilizado para designar indistintamente depresiones endógenas, depresiones graves o depresiones con síntomas psicóticos (alucinaciones y delirios) Por otro lado el término depresión neurótica también ha sido empleado para denominar depresiones ligeras, depresiones secundarias, trastornos de personalidad, estados depresivos crónicos, etc. En realidad bajo la distinción “psicótica vs. neurótica” subyace simplemente una distribución unimodal basada en la gravedad sintomatológica. Debido a esta imprecisión conceptual y terminológica se ha desaconsejado el uso de esta dicotomía clasificatoria.

No obstante el DSM-III y sus sucesores conservan el término de “psicótico” para clasificar aquellos trastornos afectivos en los que existen o bien delirios (normalmente ideas delirantes de culpa, de enfermedad o de ruina económica) o alucinaciones (voces acusatorias o visiones de familiares fallecidos) acompañando al trastorno depresivo.

Unipolar-Bipolar:

Esta dicotomía es la que más se emplea en la actualidad en los sistemas de clasificación oficiales. El trastorno bipolar o maníaco-depresivo en anteriores terminologías se caracterizaba por la aparición de episodios de manía (existan o no episodios depresivos) Por el contrario, los trastornos unipolares depresivos se caracterizan porque el sujeto tiene episodios de depresión sin que nunca haya padecido un episodio maníaco. Los unipolares son 10 veces más frecuentes que los bipolares.  

Lo más habitual es que en el transcurso de la vida el paciente bipolar presente episodios de depresión y de manía con una duración de varios meses cada uno de ellos. Un paciente que presente un episodio de manía sin que nunca haya tenido un episodio depresivo también se diagnostica como bipolar, pues es muy probable que a lo largo de su vida alguna vez desarrollen episodios depresivos.

Sintomatológicamente no hay diferencias entre el estado depresivo de un paciente unipolar y el de un bipolar. Ambos, cuando están deprimidos, tienen el mismo patrón de síntomas y con la misma intensidad. Sin embargo existen diferencias en cuanto al curso, genética y respuesta al tratamiento.


Primaria-secundaria:

“Primario” hace referencia a cuadros en los que el trastorno del estado de ánimo (depresivo o bipolar) existe aisladamente, sin la presencia actual o pasada de otro cuadro distinto al afectivo (alcoholismo, fobias, TOC, esquizofrenia, trastornos orgánicos cerebrales, etc. ) Por el contrario los trastornos anímicos secundarios hacen referencia a pacientes “con un trastorno médico o psiquiátrico preexistente y diferente a la depresión o a la manía”. Por lo tanto esta distinción alude a un orden de presentación. La idea es separar depresiones puras o aisladas de otras en las que haya cierta contaminación de otros cuadros médicos o psiquiátricos coexistentes.

Esta diferencia es importante tanto desde el punto de vista descriptivo como para la predicción del curso y el manejo clínico. En general las personas con trastornos primarios están bien entre cada episodio, porque hay otro trastorno que complique la situación, pero por el contrario tienen mayor riesgo de suicido que los secundarios (con excepción del caso del alcoholismo)


Tipos de trastornos depresivos

Los síntomas de la depresión varían según la persona.
La depresión puede ser calificada como leve, moderada o grave dependiendo de la cantidad y gravedad de sus síntomas. En psicopatología se pueden reconocer tres categorías dentro de la depresión, pero en todos los síntomas principales es el estado de ánimo. Estas categorías son: trastorno depresivo mayor, trastorno bipolar y trastorno distímico.

Trastorno depresivo mayor.

A menudo causa una desesperación tan grande que la persona pierde interés en la vida, se vuelve incapaz de sentir placer y pierde interés en el sexo, no puede salir de la cama y dejar de comer por varios días.

Puede acompañar enfermedades serias como diabetes, cáncer, artritis, etc. Para que se considere una depresión mayor debe presentarse durante dos semanas mostrando los siguientes síntomas: problemas de sueño (insomnio o somnolencia), problemas de apetito (pérdida de apetito o de peso), falta de energía (apatía, somnolencia o falta de interés), sentimiento de desesperanza y/o terrible culpa, dificultad de concentrarse o indecisión, pensamientos o intentos suicidas. El 25% de las personas que padecen este tipo de depresión intenta matarse.

Los factores causales de este trastorno suelen dividirse de forma artificial en biológicos, genéticos y psicosocioles. Los factores genéticos son que de 1 a 1, 5 veces los parientes más cercanos al paciente que padezca este trastorno sufran el mismo. Además en gemelos univitelinos existe un riesgo del 50-75% más. En gemelos bivitelinos existe el riesgo de un 50%.

Las personas con un trastorno depresivo mayor muestran un estado de ánimo triste, ansioso o “vacío” en forma persistente. Pierden la esperanza de todo y se muestran pesimistas. Se sienten inútiles y culpables por todo y ante todo. Suelen perder el interés por todas las actividades que antes les interesaban, hasta el apetito sexual. Tienen dificultad a la hora de concentrarse en hacer su trabajo. Pueden cambiar su metabolismo y perder peso de una manera exagerada y por el contrario puede aumentar su peso excesivamente. En un 97% de los casos pierden la energía. También suelen padecer de insomnio.
Los enfermos depresivos se sienten tristes, desesperanzados y sumidos en la melancolía. Dos tercios de los pacientes se plantean el suicidio y de estos un 15% llegan a cometerlo. Algunos pacientes cambian su humor a medida que avanza el día, por la mañana están de mal humor y va mejorando con el paso de las horas. Los enfermos con este trastorno suelen distraerse con facilidad o quejarse por la falta de memoria.

Síntomas y trastornos asociados

Los enfermos con un episodio depresivo mayor se presentan a menudo con llanto, irritabilidad, tristeza, ansiedad, fobias, preocupación excesiva por la salud física y quejas de dolor. La consecuencia más grave en un episodio depresivo mayor es la tentación del suicidio y el consumo de drogas o alcohol.

Los síntomas de este episodio suelen desarrollarse a lo largo de días o semanas. En el 50% de los casos suele aparecer antes de los 40 años con una duración de 6 a 13 meses sin tratamiento y de tres con tratamiento. Tiende a ser crónico.

El término trastorno depresivo mayor es el que se emplea para describir a una persona que presenta un episodio depresivo mayor y además cumple una serie de condiciones adicionales:

. Nunca ha tenido un episodio de manía o de hipomanía (en cuyo caso estaríamos frente a un trastorno bipolar); y
. No se trata de un caso de esquizofrenia, trastorno esquizoafectivo, o un trastorno psicótico, es decir, no se trata de un problema “jerárquicamente” superior a los trastornos del estado de ánimo.

Sólo se pueden diagnosticar dos tipos de trastorno depresivo mayor: 

. De episodio único: para aquellos que el episodio actual sea el único que hallan tenido en sus vidas.
. Recurrente: para aquellos casos en los que ha habido por lo menos algún otro episodio depresivo mayor en su vida.

El curso de la depresión mayor es muy variable. Aunque la mayor parte de las personas que sufren un episodio depresivo acaban recuperándose en 1 o 2 años, aproximadamente un 15% de los casos va a tener un curso crónico (2 años o más deprimidos), en concreto, el 18% de los pacientes con depresión permanecería deprimido tras dos años de seguimiento, y el 10% estaba aún deprimido al cabo de 5 años.  

Trastorno depresivo bipolar (maníaco-depresivo)

Se trata de un trastorno caracterizado por dos episodios al menos en los que el estado de ánimo y los niveles de actividad del enfermo están profundamente alterados, de forma que en algunas veces la alteración consiste en una exaltación del estado de ánimo y un aumento de la vitalidad y el nivel de actividad (manía) Otras veces, ocurre todo lo contrario (depresión) El comportamiento de un enfermo puede variar desde la histeria, hiperactividad, hipocondría, hasta la inactividad y los impulsos suicidas.
Este trastorno maníaco-depresivo puede aparecer igual en mujeres que en hombres. Suele aparecer en la adolescencia o en la edad adulta temprana y permanece durante mucho tiempo destruyendo la vida escolar, laboral, familiar y social del enfermo, en el caso que no reciba un tratamiento.

Los síntomas psiquiátricos característicos del trastorno bipolar son clasificados en una serie de categorías básicas:

El episodio maníaco: hace referencia a un estado de ánimo elevado, excitado o irritable. Los episodios comienzan normalmente de manera brusca durante un periodo entre 2 semanas y 4 meses. Los síntomas suelen ser: la dificultad a la hora de concentrarse, el sentimiento de no servir para nada, hiperactividad, incapacidad para relajarse, irritabilidad, insomnio, en ocasiones, consumo de drogas, alcohol y otras substancias, incremento del deseo sexual, autoestima exagerada, más hablador de lo habitual, intento de suicidio.

Es el episodio contrario a la depresión. Los síntomas suelen ser los mismos pero al contrario.
Este episodio tiene un comienzo brusco, los síntomas aparecen al levantarse o a las pocas horas o días. Este síntoma inicial se le llama “síntoma señal” y es diferente en cada enfermo.  

Los enfermos tienen un aspecto radiante, rebosan de alegría, prefieren los colores chillones, diseños llamativos y ropas juveniles. Si la manía es intensa se pueden llegar a desnudar en público.

Las personas que padecen este trastorno se mueven mucho. Tienen la necesidad de hacer muchas tareas las cuales comienzan pero dejan a medias para comenzar a hacer otras nuevas. Cualquier cosa que no tenga que ver con la actividad que esté realizando en un momento concreto hace que se distraiga. Hablan mucho y muy rápido, suelen tener una risa fuerte y contagiosa. Suelen pensar más rápido de lo que hablan y por ello a veces no se les entiende, a este fenómeno se le llama “Fuga de ideas”.

Suelen aparenta tener una alegría desbordante. Se muestran optimistas, todo lo ven perfecto y por el lado positivo. Contagian su alegría a los demás.

Estos enfermos pueden llegar a agredir a alguna persona por el hecho de que ésta les lleve la contraria.
La peligrosidad del maníaco esta basada en su irritabilidad. Los riesgos más frecuentes pueden ser de tipo económico ya que se han dado casos en que un enfermo maníaco ha firmado cheques en blanco, ha donado todos sus bienes a una fundación benéfica y esto le ha llevado a la ruina. A algunos les echan del trabajo ya que no expresan confianza por los actos que comete.

Sus ideales suelen ser de grandeza, mienten y dicen tener riquezas, conocer a famosos, les escriben o hacen ver que hablan con ellos por teléfono.

Conservan la capacidad de percepción, identificación y claridad de la conciencia, orientación y memoria. En ocasiones recuerdan cosas y personas que conocieron hace tiempo y que normalmente tenían olvidados. Por ejemplo, amigos que conocieron haciendo el servicio militar, poesías que aprendieron de pequeño.

Tienen trastornos en el sueño. No pueden dormir mucho pero aún así descansan. Respecto a la alimentación suelen hacer un cambio de metabolismo. Se levantan de la mesa con frecuencia para hacer otra actividad.

La evolución de este trastorno consta de fases maníacas seguidas de períodos intercables completamente libres de síntomas en los que el individuo reemprende sus tareas con total normalidad. Las frecuencias de las fases son muy variables de un paciente a otro.

Algunos enfermos que se encuentran en este periodo pueden controlarse, otros, sin embargo, pierden el control de sí mismos.  

Cada individuo tiene una manifestación particular de la enfermedad. Algunas personas se caracterizan por presentar periodos de manía de baja intensidad mientras que otras la sufren con violencia.  

El episodio depresivo: su duración media es de 6 meses. El enfermo sufre un estado de ánimo desesperanzado, un aislamiento profundo junto a una pérdida de interés por hacer las cosas. Los síntomas más característicos son: sentimientos de tristeza, cansancio, pérdida del autoestima, perdida de interés por las cosas, incapacidad de experimentar sensaciones positivas, disminución del deseo sexual, cambios en la alimentación, sentimientos de inferioridad, suicidio, alucinaciones, delirios.
Las personas depresivas son pesimistas y siempre ven el lado oscuro de las cosas, se ofenden por la más mínima cosa y piensas que todo irá a peor.

Hay un tipo de depresión llamada la depresión histérica. Las personas que la padecen tienen una personalidad ruidosa y teatral. Les encanta llamar la atención y suelen hacer ver que está mucho más enfermo de lo que realmente están. Les hacen chantaje a sus familiares con la amenaza de que si no les dan lo que piden se suicidan, cosa que sólo es una amenaza, ya que en la mayoría de los casos no tienen el pensamiento de hacerlo. Calculan cuando hacer el “numerito” para que cuando lo hagan lo puedan ver y salvarle.

Algunos depresivos tienen una personalidad obsesiva. No se quejan y niegan sus síntomas, siempre creen que tienen la culpa. Se aíslan y pierden la autoestima, creen que no merecen la ayuda de nadie.  

Trastorno distímico.

Este trastorno es parecido a la del trastorno depresivo mayor. Los síntomas que suelen apreciarse en los enfermos con este trastorno suelen ser la pérdida de interés por todo, el autismo, los sentimientos de culpa.
Incluye crónicas depresiones de humor, poca autoestima, se consideran ellos mismos perdedores, a menudo son callados, no es necesario una pérdida o un cambio drástico en la vida, es un estado confuso tanto para él como para las personas que le rodean. Cualquiera puede sufrir distimia sin ninguna causa específica.  

Trastorno Distímico (DSM-IV)

A. Estado de ánimo deprimido prácticamente todo el día, y más días presente que ausente, durante al menos DOS AÑOS.

B. Presencia de al menos TRES de los siguientes síntomas, que acompañan este estado de ánimo:

1) Baja autoestima, baja auto confianza o sentimientos de inadecuación.
2) Pesimismo, desesperación o desesperanza.
3) pérdida generalizada del interés o placer.
4) aislamiento social.
5) fatiga o cansancio crónicos.
6) Sentimientos de culpa o repaso del pasado.
7) sensación de irritabilidad o ira excesivas.
8) Eficacia general disminuidas.
9) Problemas de concentración, memoria o indecisión.


C. Durante esos 2 años, no ha habido un período de más de dos meses libre de los síntomas de A y B.

D. En los primeros dos años del trastorno no hubo un episodio depresivo mayor, de modo que el trastorno no puede considerarse un trastorno depresivo mayor crónic

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